¿Podría explicarnos qué es la Legionella y qué es la legionelosis?
La Legionella es una bacteria que se encuentra en el agua, ya sea de manera natural o artificial. Existen alrededor de 50 especies enmarcadas dentro de este género, pero es específicamente la Legionella pneumóphila la que provoca la legionelosis, que es una enfermedad que se presenta por regla general como una neumonía con fiebre alta. En España, existe una incidencia de tres casos por 100.000 habitantes, lo que viene a ser más o menos unos 1.000 casos de legionelosis al año.
La Legionella se encuentra en su medio natural en bajas concentraciones. Sin embargo, en instalaciones que favorecen el estancamiento de agua y la acumulación de productos que puedan servir de nutrientes para la bacteria, además de con una temperatura propicia para su supervivencia y proliferación, esta bacteria puede llegar a multiplicarse exponencialmente hasta alcanzar concentraciones infectantes para el ser humano. Además, y dado que la Legionella pneumophila suele sobrevivir en espacios húmedos, instalaciones como torres de refrigeración, sistemas de distribución de agua caliente sanitaria o condensadores evaporativos son considerados como potenciales amplificadores de Legionella. De ahí que espacios como residencias u hospitales sean especialmente sensibles a la proliferación de la bacteria y deban, por tanto, extremar las precauciones. La Legionella entraña un riesgo real para las personas, sobre todo para aquellas que superen la edad de los 60 años, fumadores o con un sistema inmunológico debilitado.
El contagio puede producir una infección pulmonar caracterizada por neumonía con fiebre alta, aunque también puede presentarse en forma no neumónica como ‘Fiebre de Pontiac’, que se manifiesta como un síndrome febril agudo.
¿Por qué esta enfermedad está tendiendo a crecer en todo Europa?
En Europa, se registraron un total de 11.343 casos de legionelosis en 2018, lo que supone un 57% más que en el año 2007, según datos del European Center for Desease Control (ECDC). En España, la tasa de incidencia de esta enfermedad está muy por encima de la media europea; un dato que no deja de empeorar cada año. Según un informe publicado por el Instituto de Salud Carlos III, sólo en 2018 se declararon 1.631 casos de legionelosis frente a los 1.493 de 2017 o los 1.020 de 2016. Estos datos muestran un aumento de los casos declarados de legionelosis en 2018 de un 7% sobre los casos de 2017 y de un 57% sobre los de 2016.
Este fenómeno, paradójicamente, se produce en paralelo a una mayor regulación y exigencia en materia preventiva. Los motivos de este incremento son sin duda multifactoriales y van desde un aumento progresivo de la edad poblacional hasta el envejecimiento de las infraestructuras hídricas, pasando por la intensificación del ciclo hidrológico, la adaptación de la bacteria a los ecosistemas urbanos o, por ejemplo, el aumento de las instalaciones de riesgo, entre otros.
¿Cuál ha sido la incidencia en España el pasado verano?
A falta de los datos oficiales que han de ser publicados por el Centro Nacional de Epidemiología del Instituto de Salud Carlos III con respecto al año 2023, el pasado verano en España se detectaron un total de cuatro casos de Legionella en distintos puntos del territorio nacional, que provocaron el fallecimiento de una persona y afectaron a una treintena. El más grave de ellos tuvo lugar en Cáceres, donde fallecieron un hombre de 86 años y otras ocho personas fueron infectadas con esta bacteria. Los otros tres tuvieron lugar en Dos Hermanas (Sevilla), Alberic (Valencia) y Murcia con 4, 15 y 3 afectados, respectivamente.
¿Querría explicarnos cuál es la historia o evolución de esta enfermedad en nuestro país?
El primer brote conocido en Europa aconteció en España, durante el verano de 1973, en un hotel de Benidorm. Tres años antes del primer brote acaecido en la ciudad americana de Filadelfia y cuyas posteriores investigaciones pusieron nombre a esta nueva bacteria. El Dr. Joseph McDade y su equipo del Center of Prevention and Control of Diseases (CDC) anunciaron, el día 18 de enero de 1977, el descubrimiento de una nueva bacteria. El hallazgo fue el fruto de las investigaciones iniciadas, casi siete meses antes, tras la misteriosa e inexplicable infección y muerte de muchos asistentes a la 58a Convención de la Legión Americana del Estado de Pennsylvania, alojados en el Hotel Bellevue Stratford (Filadelfia) celebrada entre los días 21 y 24 de julio de 1976.
Desde 1996 la legionelosis es una Enfermedad de Declaración Obligatoria (EDO) en nuestro país a partir de la aprobación del Real Decreto 2210/95 de 28 de diciembre por el que se creó la Red Nacional de Vigilancia Epidemiológica. En este primer año del que se disponen datos del Sistema de Enfermedades de Declaración Obligatoria, se declararon 201 casos de legionelosis por 11 comunidades autónomas.
¿Cuándo y cómo se pueden producir los brotes de Legionella? ¿A quién afecta?
Los casos de infección por Legionella asociados al turismo constituyen una parte muy importante de la carga sanitaria de esta enfermedad. Teniendo en cuenta que España es un destino turístico de primer orden, su prevención en hoteles es muy relevante. En los establecimientos hoteleros, gran parte de los casos tienen su origen en los sistemas de agua potable (fundamentalmente, el de agua caliente sanitaria). La segunda fuente de infección la suelen constituir los spas (cada vez más frecuentes en los hoteles españoles). Y, en tercer lugar, las torres de refrigeración húmedas de los sistemas de aire acondicionado. También pueden existir otros puntos de riesgo adicionales, como fuentes ornamentales o redes de riego por aspersión, pero las tres primeras constituyen el origen de la gran mayoría de los casos. La Legionella entraña un riesgo muy alto para todas las personas en general, pero sobre todo para aquellas que superen los 60 años, fumadores o con un sistema inmunológico debilitado.
Recientemente, se ha publicado un nuevo Real Decreto para el control de la Legionella. ¿Qué novedades ha traído y cómo ha sido su aplicación en este primer año?
La prevención, las mejoras en el ámbito analítico, la introducción del enfoque preventivo basado en la evaluación de riesgos en los Planes Sanitarios de Legionella (PSL). Aunque, para ser sinceros, esta última novedad ha quedado, según el criterio de ANECPLA, muy poco concretada en comparación con el detalle y la relevancia prestadas al Plan de Prevención y Control de Legionella (PPCL).
¿Cuáles son los retos a los que se enfrenta el sector en materia de control de la Legionella?
En España, tenemos aún mucho recorrido para mejorar la calidad del agua y aumentar la conciencia ciudadana sobre la seguridad hídrica. En relación al mencionado Real Decreto 487/2022, desde ANECPLA consideramos que tenemos ahora una oportunidad histórica de aprovechar los Planes de Seguridad del Agua (PSA), que deben prepararse obligatoriamente en el 2024 al menos en los edificios prioritarios.
Nuestro país no destaca precisamente por ser puntero en una adecuada consideración de las evaluaciones de riesgo y, en ese sentido, tenemos un enorme reto por emprender. Si todos los organismos implicados en este objetivo (empresas, Administraciones Públicas y profesionales de la Sanidad Ambiental) nos comprometemos seriamente para hacerlo bien, sin duda podemos cambiar el curso de la historia de la Legionella en nuestro país.
En España, la tasa de incidencia de legionelosis está muy por encima de la media europea, un dato que empeora cada año
¿Qué recomendaciones da ANECPLA para evitar casos de legionelosis?
Desde ANECPLA insistimos en extremar los controles para impedir la propagación de la bacteria de la Legionella a partir de 4 medidas fundamentales:
1. Evitar las condiciones ambientales que favorezcan la colonización, multiplicación y dispersión de Legionella. Estas son: temperaturas entre 25-45oC (adecuadas para su crecimiento), estancamiento de agua y acumulación de sustratos o productos que puedan servir de alimento.
2. Realizar limpiezas y desinfecciones, tanto periódicas como iniciales antes de la puesta en marcha de una instalación. El control de ésta es la princi- pal medida de prevención, muy especialmente en lo referente a hospitales, centros médicos y clínicas.
3. Acudir a empresas profesionales y autorizadas para la realización de ese mantenimiento.
4. Llevar a cabo un adecuado cumplimiento de la normativa por parte de propietarios y usuarios, así como el incremento de medidas cautelares son otros dos aspectos prioritarios. De esta manera podremos evitar futuros brotes que pongan en riesgo la salud de las personas.