Con la llegada de las primeras flores de primavera, Andalucía ha confirmado la llegada del primer caso de este año de Fiebre del Virus del Nilo Occidental. Esta zoonosis, que provocó un brote en España en agosto de 2020, cobrándose la vida de hasta ocho personas, es transmitida por el mosquito Culex (género pipiens y perexiguus), también conocido como mosquito común.
Este caso sorprende principalmente debido a que los indicios del comienzo de esta pandemia no suelen surgir hasta principios de verano. Jorge Galván, director general de ANECPLA, explica por qué ha sucedido de manera tan precoz: «las recientes lluvias seguidas de un aumento de las temperaturas han creado las condiciones ideales para la proliferación acelerada de mosquitos. El cambio climático está adelantando la temporada en la que estos insectos alcanzan las temperaturas necesarias para reproducirse, lo que contribuye a este fenómeno.»
Andalucía, como está situada en las cercanías del continente africano y se caracteriza por sus condiciones climáticas cada vez más tropicales, destaca como una de las Comunidades Autónomas españolas con mayor presencia de especies plaga, como los mosquitos y las garrapatas. Estos insectos son vectores transmisores de enfermedades graves como la Fiebre del Virus del Nilo Occidental, el dengue, la leishmaniosis, entre otras.
Consciente de esta situación, la Junta de Andalucía ha aprobado esta semana el primer Plan Estratégico Andaluz para la Vigilancia y Control de Vectores Artrópodos con incidencia en Salud (PEVA). Esta iniciativa, pionera en España, ha sido reconocida por ANECPLA como un «proyecto ambicioso que aborda con responsabilidad y profesionalidad, además desde un enfoque One Health (que reconoce la interdependencia entre la sanidad humana, animal y medioambiental)». Este plan aborda uno de los retos más importantes de Salud Pública a corto, medio y largo plazo.
El director general de ANECPLA reconoce y aplaude «la determinación con la que la Administración Pública andaluza ha tomado la iniciativa en el ámbito de la Sanidad Ambiental», especialmente tras el brote de Fiebre del Virus del Nilo Occidental en 2020 y pone un especial énfasis en este Plan Estratégico, haciendo elogio de las acciones preventivas que han logrado mitigar en gran medida las consecuencias sobre la salud de los ciudadanos andaluces derivadas de este problema.
Galván subraya la necesidad de involucrar al sector profesional de la Sanidad Ambiental en iniciativas como esta, poniendo como referencia la de la Junta de Andalucía y afirma que esta colaboración es fundamental para garantizar el éxito en la implementación de los planes de control de vectores. “En la actualidad, las empresas de Sanidad Ambiental son quienes llevan a cabo el 90% de las intervenciones de control de vectores en nuestro país. La colaboración público-privada en este ámbito es imprescindible”, añade el presidente.
La fiebre del Nilo Occidental, cómo podemos prevenirla
La fiebre del Virus del Nilo Occidental es una zoonosis causada por el virus del mismo nombre y se transmite a través de la picadura del mosquito común en un ciclo de transmisión que va del mosquito al ave (infectada) y, posteriormente, vuelve al mosquito. Como resultado, tanto los équidos como los seres humanos actúan como huéspedes finales del virus, lo que significa que no lo transmiten pero sí pueden padecer la enfermedad.
ANECPLA recuerda que no hay mejor medida de prevención que evitar las picaduras de estos mosquitos y, en muchas ocasiones, esto depende del propio ciudadano. Por ejemplo, la instalación de telas mosquiteras en ventanas y puertas, así como evitar transitar por zonas de humedales durante el atardecer y el amanecer. Además, se recomienda usar ropa de manga larga y repelentes de insectos si es necesario.
Enfoque One Health
ANECPLA enfatiza la importancia de que los planes de prevención y respuesta ante enfermedades transmitidas por vectores, como la Fiebre del Virus del Nilo Occidental, se desarrollen desde una perspectiva de «Una sola salud» (One Health). Esto implica la integración de todos los sectores involucrados en la enfermedad, incluyendo la salud humana, animal, los vectores, el medio ambiente, entre otros. Esta aproximación holística es fundamental para abordar de manera efectiva los desafíos relacionados con este tipo de enfermedades.
La asociación concluye con este mensaje: “Los retos sobre la Salud Pública que el cambio climático y el aumento de las temperaturas está poniendo sobre la mesa no va a ser posible afrontarlos si no es desde una perspectiva One Health que tenga en cuenta de forma integral la salud desde estos tres ámbitos: personas, animales y medioambiente. Estamos viviendo en primera persona un cambio de paradigma que exige, de forma urgente, un cambio asimismo en la perspectiva de abordaje y la toma de decisiones, de lo contrario estaremos abocados al fracaso”.
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