directora CESEDAM
María José Notario Directora CEDESAM

El rol de los biocidas dentro de la gestión de espacios saludables

Si existen actividades en las que cobra especial importancia la manipulación y uso de biocidas son las relacionadas con la generación y mantenimiento de espacios saludables, en los que las personas puedan desarrollar su vida diaria. Para ello, es fundamental la gestión de organismos nocivos, desde microorganismos a vertebrados, pasando por artrópodos.

Tendríamos que remontarnos al año 1.000 a.C para encontrar el primer uso documentado de un producto cuya función fuera eliminar un organismo perjudicial para el ser humano. En este caso, sería el ‘S’ (azufre) y su misión era contrarrestar la presencia de hongos.

Desde ese momento, la relación del ser humano con el uso de biocidas fue creciendo, hasta alcanzar su máximo durante la primera mitad del siglo XX. En ese periodo, el desarrollo de la industria química favoreció la aparición de productos tremendamente eficaces en el control de organismos nocivos para el ser humano, ya sea para su salud o para su bienestar.

Es una lástima que en aquellos años no se tuvieran en cuenta los efectos secundarios de la fabricación, uso y eliminación de esos biocidas (aunque todavía no se les denominaba con ese término). No fue hasta los años 60 cuando algunas voces comenzaron a poner de relieve los daños provocados por el uso incontrolado de estos productos químicos.

El más conocido de todos ellos es el DDT, sintetizado y descrito químicamente en 1874, aunque su uso como insecticida (descubierto por Paul H. Müller, quien fue premio Nobel en 1948) no se registró hasta la Segunda Guerra Mundial.

Su utilización llegó a ser tan masiva que en él han recaído muchos de los estudios sobre los efectos ambientales de los productos químicos, en referencia a las contaminaciones humanas, animales, vegetales y ambientales que ha originado. Aunque, por supuesto, este no es el único responsable de la situación ambiental generada.

El punto de inflexión con respecto a la concienciación de la peligrosidad del uso indiscriminado de los biocidas se puede fechar en 1962

Sin embargo, no se puede perder de vista el beneficio que para ciertas poblaciones humanas —y en momentos concretos— ha tenido la utilización de los productos biocidas. Por mencionar un ejemplo, en la India en 1952 se registraban 75 millones de casos de malaria, y tras campañas continuadas con DDT, el número de casos computados se redujo hasta los 100.000 en el año 1964.

El punto de inflexión con respecto a la concienciación de la peligrosidad del uso indiscriminado de los biocidas se puede fechar en 1962, cuando Rachel Carson publica su libro “La primavera silenciosa”. En este trabajo, Carson hace un estudio muy certero y pormenorizado de los riesgos y de la realidad a la que ya en aquellos años el ser humano se enfrentaba por el uso de biocidas. A partir de este momento, da comienzo una regulación legal y formativa para la manipulación de los productos biocidas en todo el mundo.

Tipos de biocidas y sus riesgos asociados

Los productos químicos en general (incluyendo biocidas) son una herramienta en las actividades de control de la aparición y establecimiento de organismos nocivos en los diferentes ámbitos como el agua, aire y por supuesto, los espacios donde el ser humano habita.

Como cualquier herramienta necesaria para llevar a cabo un trabajo, se deben conocer todos los elementos relacionados con su manejo, de ahí que la formación sea una faceta fundamental para su uso adecuado.

Los biocidas se pueden catalogar de varias maneras, atendiendo a diferentes aspectos, como pueden ser, entre otros:
» Tipos de organismos que controla.
» Naturaleza química.
» Legal.
» Mecanismo de actuación.
» Forma de presentación.
» Metodología de aplicación.

Tal vez una de las clasificaciones más importantes es la referida a su toxicidad, dado que esta es la característica fundamental que determina una gestión especial en su uso. En este contexto, encontramos productos que están catalogados como CMR, (acrónimo de Carcinogénicos, Mutagénicos y/o Tóxicos para la Reproducción), los cuales requieren una formación específica de 40 horas adicionales a la formación básica para la manipulación de biocidas.

Otros biocidas con especial indicación de toxicidad son los productos que son o generan gases en su utilización. La mayoría de ellos están también catalogados como CMR y requieren, de nuevo, una formación adicional de 40 horas para acreditar la capacitación de su manipulación.

Con estas formaciones adicionales para los productos con indicación especial de toxicidad —que no pueden ser manipulados ni por usuarios domésticos ni profesionales no especializados— se pretende que los profesionales especializados conozcan todas las repercusiones intrínsecas a su manejo, tanto de cara al medioambiente como al ser humano. También, que se familiaricen con las pautas de mitigación de riesgos asociados a la planificación de la intervención con estos productos.

Biocidas

Legislación existente al respecto

Actualmente la legislación de biocidas regula aspectos como su fabricación, comercialización y capacitación de uso. Podemos destacar:

» RD 1054/2002 (actualmente en revisión). Su finalidad es controlar la fabricación y utilización de los biocidas.
» Reglamento 1907/2006. Garantiza la máxima transparencia en la cadena de distribución, uso y manipulación de biocidas.
» SCO 3269/2006. Establece la obligatoriedad y requisitos de inscripción en el Registro Oficial de Empresas de Servicios Biocidas (ROESB).
» Reglamento 1272/2008 (actualmente en revisión). Clasifica toxicológicamente las sustancias y mezclas, regula los contenidos de la etiqueta, forma de indicarlos y características de los envases.
» RD 830/2010. Normativa reguladora de la capacitación para realizar tratamientos con biocidas.
» Reglamento 528/2012 (prevista su revisión entre 2024-2026). Regula la comercialización y uso de biocidas a nivel europeo, con la consiguiente obligatoriedad de cumplimiento por todos los estados miembro.

Además de las legislaciones mencionadas, desde la Comisión Europea se está trabajando por implementar la Directiva Green Claims, basada en el uso sostenible de los biocidas, y por su parte, la Agencia Europea de Sustancias y Mezclas Químicas (ECHA, por sus siglas en inglés) publica guías que tratan sobre los riesgos en el uso de biocidas.

Formación para la manipulación de biocidas

Sin lugar a dudas, la base para que la manipulación y uso de biocidas se realice en las condiciones óptimas de minimización de riesgos es que el personal que los utiliza tenga la formación adecuada y acreditada.

Es fundamental que la formación sea impartida por profesionales expertos y que los alumnos alcancen las competencias requeridas. En CEDESAM impartimos desde los cursos básicos para poder manipular biocidas según su tipo de usuario autorizado (como los de Manejo de biocidas de uso profesional y los certificados de profesionalidad SEAG0110 y SEAG0212), hasta los catalogados como niveles especiales, que son los cursos de Manipulación de productos T+ y CMRs, así como los productos que sean o generen gases. Sin olvidar, tampoco, toda la formación complementaria en sanidad ambiental.

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