Cada vez que usamos un producto de limpieza que viene en un envase de plástico, es inevitable la inquietud sobre el ciclo de vida de ese recipiente, aunque sea de manera subconsciente. Cuando tiramos al contenedor de reciclaje un envase vacío de lejía o de detergente, con frecuencia pensamos qué sucederá con él a partir de ese momento. Pese a ser un tema preocupante, la humanidad no parece capaz de solucionar el problema de los envases en el sector limpieza.
El dilema de los empresarios del sector de la limpieza
Un número creciente de fabricantes de productos de limpieza y detergentes industriales buscan maneras de reducir la cantidad de plástico usada para envasar sus productos. Una posibilidad es crear sustancias altamente concentradas que reduzcan la necesidad de comprar productos con frecuencia, reduciendo la cantidad de envases de plástico en el mercado. Pero esto requiere subir los precios y cambiar la mentalidad del cliente, que tiende a desconfiar o no saber usar los productos concentrados. Otro método consiste imponer una cultura del reciclaje para reutilizar los envases posconsumo, disminuyendo así los residuos globales de plástico.
Plásticos: qué son y por qué dan tantos problemas
Los plásticos son polímeros que contienen carbono, formados por unidades repetidas de monómeros. Las combinaciones de monómeros permiten crear una amplia variedad de plásticos con diferentes propiedades. La mayoría de los plásticos son químicamente inertes y resistentes al contacto con otras sustancias. Puedes meter alcohol, detergentes, soluciones ácidas o alcalinas en un recipiente de plástico sin dañarlo. También tienden a ser ligeros, resistentes e higiénicos. Pero esta durabilidad es la que nos obliga a reducir nuestro uso de plástico. En un vertedero o desperdigados por el entorno natural, los plásticos pueden tardar largos años en desintegrarse, ocupan espacio mientras dañan el medioambiente. Por si esto fuera poco, una vez descompuestos conservan partículas de plástico, con menos de 5 milímetros de diámetro. Estos microplásticos son ingeridos por la fauna marina, que puede enfermar y también colarse en lo que comemos los seres humanos.
Ventajas de los envases de plástico en el sector limpieza
- Comodidad e higiene. Los envases de plástico revolucionaron la forma en que envasamos y transportamos los productos de limpieza. Hace apenas setenta años, en la década de 1950, el champú se vendía en botellas de cristal. Los detergentes y demás productos de limpieza se comercializaban en cajas de cartón. El formato del jabón de aseo era la pastilla sólida, que venía envuelta en papel. La llegada del plástico cambió todo eso, hasta tal punto que las generaciones actuales no imaginamos comprar champú en un frasco de vidrio, fácilmente rompible. Desde el punto de vista de la conservación y la higiene, el plástico tiene méritos indudables.
- Buen precio. Una de las principales razones de la popularidad de los plásticos es su precio. Los envases de plástico son mucho más baratos que las alternativas como el vidrio o el metal. Esta rentabilidad permite a los fabricantes mantener los precios más bajos, lo cual es una ventaja indudable.
- Vida útil del producto. Los envases de plástico de un solo uso son excelentes para prolongar la vida útil de lo que contienen. Esta mejor conservación del los productos de limpieza, reduce el desperdicio y contribuye a la sostenibilidad, por paradójico que pueda parecer.
- Eficiencia del transporte. Los plásticos son ligeros, lo que significa que los productos envasados en plástico son más fáciles de transportar. Esto se traduce en un menor consumo de combustible durante el transporte, lo que podría considerarse positivo para el medioambiente.
Defectos graves de los envases de los productos de limpieza
- Impacto medioambiental. El problema es tremendo. Estos plásticos tienen un proceso de biodegradación muy lento y tardan cientos de años en descomponerse. Y cuando lo hacen, se desintegran en microplásticos que contaminan los ecosistemas, especialmente los ambientes marinos. La comodidad que disfrutamos ahora deja una huella duradera en la Tierra que nuestros hijos y nietos heredarán.
- Volumen de residuos. La cantidad inimaginable de desechos generados por los plásticos de un solo uso es aterradora. Se calcula que para 2050 podría haber más plástico que peces en el océano. Ese es un futuro que nadie quiere ver, especialmente si espera dejar un mundo más limpio para la próxima generación.
- Uso de energía en la producción. Aunque los plásticos son livianos, su producción requiere mucha energía. Los combustibles fósiles necesarios para fabricarlos aumentan su huella de carbono, y las emisiones de este proceso contribuyen al calentamiento global. Es un círculo vicioso de conveniencia versus consecuencia.
- Efectos sobre la salud. Los plásticos de un solo uso pueden filtrar sustancias químicas a los alimentos y bebidas que contienen, especialmente cuando se exponen al calor. Pese a la seguridad demostrada de una buena cantidad de envases plásticos, existe una creciente preocupación por los efectos a largo plazo en la salud de la exposición repetida a estos químicos.
Archivado en: