Diferencias entre el alcohol isopropílico y el alcohol normal

Varios geles hidroalcóholicos
Gertrudis Bujalance

Todos solemos tener en casa un frasco de alcohol de farmacia, también conocido como etanol o alcohol medicinal, que sirve para desinfectar pequeñas heridas. Pero existe otro alcohol apto para la limpieza, que es el alcohol isopropílico, un compuesto similar en estructura química, aunque con propiedades y usos distintos.

Alcohol isopropílico y alcohol de farmacia: ¿cuáles son las diferencias?

Los dos son desinfectantes comunes. Las diferencias radican en la composición química, los usos y los efectos en la salud. Ambos tipos de alcohol tienen propiedades desinfectantes. El isopropílico es más adecuado para la limpieza de superficies y dispositivos electrónicos, mientras que el etílico se usa tanto en desinfección como en bebidas.

  • Alcohol isopropílico (C₃H₈O) es un compuesto químico con un olor fuerte y propiedades desinfectantes muy potentes. Se usa principalmente en la limpieza de equipos electrónicos, superficies médicas, desinfección industrial y eliminación de plagas. Es altamente volátil y se evapora rápidamente sin dejar residuos, lo que lo hace ideal para aplicaciones donde la humedad podría ser un problema. Sin embargo, no es apto para el consumo humano, ya que es tóxico y puede causar daño al sistema nervioso si se ingiere.
  • Alcohol etílico (C₂H₆O) es el tipo de alcohol presente en bebidas alcohólicas. Se obtiene mediante la fermentación de azúcares y es seguro para el consumo en dosis moderadas. Se usa también como desinfectante, aunque con menor efectividad que el isopropílico. En concentraciones del 70% al 90%, el etanol se emplea en hospitales y productos de higiene, como geles antibacteriales.

Comparación de los niveles de toxicidad

El alcohol isopropílico y el alcohol etílico son sustancias ampliamente utilizadas en desinfección y limpieza, pero presentan distintos niveles de peligrosidad en cuanto a su manejo. Ambos deben manejarse con precaución, evitando su ingestión y exposición prolongada.

El alcohol isopropílico es más tóxico para el organismo, ya que su ingestión, inhalación excesiva o contacto prolongado con la piel puede causar irritación, mareos, náuseas e incluso efectos neurológicos graves como depresión del sistema nervioso central. Su metabolización en el hígado produce acetona, lo que puede llevar a intoxicaciones graves.

Por otro lado, el alcohol etílico es menos tóxico y se encuentra en bebidas alcohólicas, aunque en concentraciones altas también puede ser perjudicial, provocando daño hepático, depresión respiratoria y problemas neurológicos.

 

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