Detectada por primera vez en 2005, la especie de termita Reticulitermes flavipes ha puesto en jaque la integridad de decenas de viviendas y otros edificios de la isla de Tenerife. El problema es que, aunque saltara la voz de alarma en 2017, no se empezó a actuar de facto hasta 2019; es decir, catorce años después de su detección. Sin embargo, en el caso de las termitas, la actuación rápida tras su detección es la pieza clave para su tratamiento.
Así lo indicó David Hernández-Teixidor, doctor en Biología del Instituto de Productos Naturales y Agrobiología (IPNA) del CSIC, en su intervención en Expocida Madera 2021. Se trata del Congreso Profesional de Conservación y Tratamiento de la Madera organizado por la Asociación Nacional de Empresas de Sanidad Ambiental (ANECPLA). “En el caso específico de Tenerife, lo ideal hubiera sido haber empezado el control mucho antes, cuando era una población de bajas densidades. Y es que, cuanto antes se empiece, mejor pronóstico habrá de éxito. Es probable que la especie lleve en Tenerife por lo menos veinte años. Es un periodo muy dilatado en el que sus poblaciones han tenido tiempo de crecer y expandirse por otras zonas de la isla”, comentó.
Hace algo más de un año que comenzó a desarrollarse e implementarse las acciones de control que parece que están dando los resultados esperados. No en vano, allí donde se han aplicado no se ha vuelto a detectar presencia de termitas en los meses posteriores. Sin embargo, tal y como reconoce la directora general de ANECPLA, Milagros Fernández de Lezeta, “el precio pagado a todos los niveles ha sido muy alto. Sobre todo, si tenemos en cuenta que podía haberse evitado con unas adecuadas medidas preventivas”.
Termitas, el silencioso cáncer de la madera
Para evitar casos tan extremos, los expertos hacen un llamamiento a la prevención como una de las vías más efectivas de contención de esta plaga. Y es que su proceso destructivo es tan silencioso que cuando sus efectos se dejan ver, en la mayoría de los casos suele ser tarde.
Los cascos históricos de las ciudades son las localizaciones más sensibles al embate de esta plaga. Y más si tenemos en cuenta que más del 90% de los edificios de nuestro país construidos antes del año 1920 poseen estructuras en madera. A pesar de su milimétrico tamaño, la termita puede llegar a suponer una enfermedad letal para los edificios con este tipo de estructuras. La termita anida de forma silenciosa en los inmuebles, devorándolos desde dentro. Una plaga que puede afectar los órganos vitales de los edificios con gran presencia de madera en sus estructuras.
Estos organismos también resultan un gran peligro para el Patrimonio Histórico con el que pueden encontrarse las Administraciones al desarrollar obras de rehabilitación. Por todo ello, resulta de gran importancia adoptar medidas contra la amenaza de las plagas de termitas; especialmente en la revitalización de los cascos antiguos y la conservación de edificios históricos.
Norma UNE 56418:2016
En esos casos, la norma UNE 56418:2016, elaborada por el Comité Técnico de AENOR AEN/CTN 56 Madera y Corcho, y en la que ANECPLA ha colaborado, regula el protocolo de actuación en cascos urbanos afectados por termitas subterráneas que deberán seguir las Administraciones Públicas, organizaciones y empresas de control de plagas.
Su objetivo es sistematizar las intervenciones de control de plagas de xilófagos tanto en edificios como en entornos de núcleos urbanos. La normativa “se presenta como una recomendación de protocolo de actuación a seguir por las Administraciones Públicas, organizaciones y empresas de tratamientos en el caso de que un conjunto de edificaciones se vea afectado por un ataque de termitas subterráneas”, concluye Fernández de Lezeta.
Consejos para la detección y prevención de las termitas
Las termitas son insectos sociales que viven en colonias y que tienen una gran capacidad de reproducción. No son fáciles de localizar, ya que huyen de la luz. Si golpeamos alguna de las zonas que podrían estar afectadas y se rompe o se queda hueco, casi con toda seguridad estará plagado de termitas. Las termitas subterráneas son las más peligrosas y pueden llegar a provocar graves daños en relativamente poco tiempo.
Los lugares carentes de ventilación, con humedad y faltos de mantenimiento y limpieza son el hábitat idóneo para su asentamiento. En materia preventiva, ANECPLA recomienda, entre otras medidas, controlar que no se produzcan humedades en las viviendas. Y en caso de inundación, el área afectada debe secarse con la mayor celeridad posible por medio de ventilación y calor. No obstante, lo más aconsejable será recurrir a expertos en el tratamiento de esta plaga. No en vano, en caso de no tratarse con los métodos adecuados, puede perdurar por mucho tiempo en el edificio.
Archivado en: