Protocolos exigentes organizan la higiene hospitalaria

Si existe algún lugar donde la asepsia es importante sin duda pensaremos en lugares donde una higiene deficiente puede suponer la pérdida de una vida. Es ya suficientemente reconocido y sabido por la sociedad que una infección supone un riesgo mayor que la posible patología por la que un enfermo se encuentra ingresado en un centro de salud, de ahí la importancia que esta labor adquiere para los responsables de los centros, donde el servicio tiene que ser más que excelente.

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Uno de los quirófanos del Hospital Universitario de Navarra

Leticia Duque

Pacientes pero también personal tienen que estar protegidos, los hospitales o centros sanitarios son instalaciones en las que confluyen una gran variedad de bacterias y virus, evitar que se produzcan contagios o que estos organismos se aprovechen de la debilidad de un nuevo huésped es fundamental. Una correcta higiene y desinfección, es decir la higiene hospitalaria, un ambiente limpio es una medida para evitarlo.

En la Clínica Universitaria de Navarra, la directora del área de Limpieza, África Bértiz, destaca tres factores para conseguir una correcta asepsia: en primer lugar, la preparación del personal y la sensibilización del mismo.

“Es importante preparar a las empleadas en el ámbito sanitario. No es lo mismo realizar la limpieza de una nave industrial o de un comedor de un colegio de niños que realizar la de un centro hospitalario. Para eso se necesita un plan de formación inicial y continuo, adecuado a las necesidades concretas.

El personal tiene que familiarizarse con la diferencia limpieza-desinfección, con los riesgos de infección nosocomial, etc.” Otro factor sería la selección adecuada de productos, en los que aparezca un amonio cuaternario con algún componente hidroalcohólico como producto base, algún hipoclorito y, finalmente, algún producto con un grado mayor de desinfección para las zonas críticas -en algunos centros se recomienda, por ejemplo, para estos casos la utilización de lejía diluida al 1:10, a menos que decida lo contrario el Servicio de Medicina Preventiva e Higiene Hospitalaria del centro o el responsable que designe la dirección del hospital, no empleándose amonios cuaternarios, en estas zonas, ya que se  produce una adaptación de las bacterias a dichos agentes desinfectantes-.

El tercer factor es la supervisión, por parte de los encargados, de los protocolos que llevan a cabo los empleados. Además, en todo el proceso hay que contar con el asesoramiento del Servicio de Medicina Preventiva, que garantizará la desinfección.

Protocolos

En el Hospital General de Segovia,  Antonio Velasco, responsable de Servicios Generales, junto con su equipo definen, en el pliego de condiciones para la contratación del servicio de limpieza del hospital que garantizará la higiene hospitalaria; el objetivo de los protocolos, con los que se pretende “minimizar la incidencia de infección nosocomial atribuible a una deficiente limpieza del entorno inmediato del paciente, debido a que en ocasiones los objetos sucios pueden constituir reservorios de agentes infecciosos que pueden transmitirse a los pacientes o a los propios trabajadores -el polvo, la suciedad en general, sirven como medio de transporte de los microorganismos, como alimento e impiden la acción correcta del desinfectante-.

Por este motivo, es necesario disponer de procedimientos normalizados de limpieza, en especial en determinadas zonas del hospital calificadas de alto riesgo, bien por la naturaleza de los pacientes que en ellas se atiende bien por las maniobras o procedimientos diagnósticos o terapéuticos que en ellas se realizan”.

Los protocolos para la higiene hospitalaria, para cualquier servicio, marcan el sistema de trabajo. Las zonas a limpiar se agrupan teniendo en cuenta criterios como el tipo de actividad, el riesgo de infección, etc. Así, aunque existan algunas diferencias entre centros, se emplean protocolos para: habitaciones ocupadas por pacientes, alta del paciente, paciente infeccioso (según grado); pero fundamentalmente se dividen en tres tipos: zonas de bajo o nulo riesgo (pasillos, almacenes, ascensores, mobiliario, etc.), zonas de medio riesgo (algunos laboratorios, áreas de urgencias, farmacia, consultas, cocina, etc.), y zonas de alto riesgo (quirófanos y paritorios, unidades especiales -según el centro pueden estar en medio o alto riesgo-, laboratorios de microbiología, etc.).Puede parecer que la variedad de protocolos complica la actividad pero, como explica África Bértiz, “ocurre todo lo contrario, son el marco de actuación que garantiza la seguridad clínica”.

El objetivo de todo este control de la higiene hospitalaria, en el Hospital de Segovia, por ejemplo, se realizan evaluaciones periódicas con puntuaciones concretas de cada zona por el gobernante, que sí es personal interno- es tratar de tener un equilibrio entre todas las zonas y asegurar un grado de desinfección por encima de los mínimos establecidos.Para desarrollar los protocolos, en España no existe una imposición del Ministerio de Sanidad y Política Social ni un marco de aplicación, cada hospital tiene un margen de actuación flexible.

En el caso de la Clínica Universitaria de Navarra trabajan con protocolos siguiendo las indicaciones del Center for Disease Control and Prevention (Centro de Control y Prevención de Enfermedades) de Atlanta (USA), para las supervisiones siguen las indicaciones de la Joint Comission Internacional, institución americana especializada en control de calidad en hospitales, que les acredita desde el año 2004.

Formación

La elaboración minuciosa de estos protocolos no tiene ningún sentido si después no es trasladado al personal, así como a cada una de las nuevas incorporaciones al servicio. En el centro de Segovia, las actividades formativas corren a cargo de la empresa concesionaria del servicio, ésta debe desarrollar anualmente un programa de formación y reciclaje de todo el personal en materia medioambiental y de prevención de riesgos laborales.

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Encargadas del servicio de limpieza del Hospital Universitario de Navarra. En el centro África Bértiz.

Para completar este reportaje, entrevistamos a:  África Bértiz Colomer, directora del área de Limpieza de la Clínica Universitaria de Navarra.

¿Cuál es el principal reto de una gobernanta en un hospital?

Sensibilizar a su propio personal y al resto del personal del hospital de la trascendencia que tienen los trabajos asistenciales en el cuidado del paciente y conseguir la excelencia en el mismo. A veces nos podemos preguntar: ¿es posible curar sin cuidar? Puede que ‘técnicamente’ sí, si atendemos solamente al aspecto más puramente biológico del individuo.

La experiencia nos confirma que el paciente llega al hospital en una situación de carencia. Es vulnerable y en muchas ocasiones, además, no puede valerse por sí mismo: se encuentra mal y lo pasa mal, no solamente porque tenga dolencias físicas sino porque la enfermedad acarrea también otro tipo de síntomas que no son meramente fisiológicos.

Los cuidados de enfermería y los de los servicios de base (dietas, ropa, limpieza) son muy importantes a la hora de atender esta vulnerabilidad. El paciente se siente así atendido, respetado y valorado, al margen de cualquier otro tipo de condicionamiento personal o social.  Coadyuvan a valorar su dignidad y su intimidad. Todo el personal que trabaja para el paciente, y muy especialmente las áreas citadas,  deben colaborar en estos aspectos y no limitarse a lo puramente científico o mecánico.

¿Con cuantas personas cuenta para organizar la limpieza del centro y cómo es esa organización (turnos, áreas, etc.)?

La superficie del centro abarca 75.000 metros cuadrados repartidos en cuatro edificios comunicados por dentro  y contamos con 110 personas con distintas dedicaciones.

Atendemos la limpieza 24 horas/día e implica un total de 78 jornadas completas repartidas en varios turnos.Trabajan además conjuntamente con la directora de área, una encargada de limpieza de hospitalización y otra encargada de policlínica.

En cuanto al personal, ¿qué problemas se presentan (formación, absentismo, idioma, etc.)?

Los problemas varían en función de cada grupo de trabajo. En las nuevas incorporaciones o en el personal que lleva poco tiempo trabajando con nosotros,  se ve una menor identificación con la misión institucional y menor experiencia en el puesto de trabajo, lógicamente. El personal que lleva tiempo está mucho más fidelizado pero al mismo tiempo es fácil que en ocasiones se ‘relaje’ en cuanto a rendimiento, horarios, etc. También es verdad que nos podemos apoyar más en este personal veterano para ocasiones específicas, momentos de alguna dificultad, etc. El índice de absentismo es muy bajo, prácticamente nulo. Pensamos que se debe a que en general están motivadas en su trabajo y contentas con la empresa. La relación entre el equipo de trabajo y el resto del personal de clínica es muy grata.

¿Cómo cree que se valora la limpieza de un centro sanitario?

No conozco otros centros sanitarios en este aspecto. En general la limpieza es fundamental porque si no el riesgo de infección se dispararía y es un índice de seguridad/inseguridad clínica. Además, en España la limpieza es un servicio comúnmente valorado y estimado.

Otra cosa diferente es que a veces se valoran los resultados y se minusvalore al personal, o el puesto de trabajo en sí. Pienso que la valoración de un trabajo lo da la persona que lo realiza: la limpiadora que trabaja bien hará que su trabajo se ‘revalorice’.

En la Clínica Universitaria de Navarra, la limpieza es fundamental no solamente por un tema de seguridad, que ya es bastante, sino porque nos importa todo lo que haga la estancia del paciente más cómoda y porque la higiene, el orden, la decoración, el buen estado de los edificios de nuestro hospital no representan solamente un valor estético sino que en nuestro caso también es un factor institucional de cuidado de la persona. Supone un valor añadido, un input que el personal de clínica y los pacientes esperan y agradecen además de la específica del servicio a desarrollar (métodos de limpieza y desinfección), que deberá ser supervisado por la dirección del centro.

En el caso de la clínica de Navarra, nos cuenta la directora del área, “todas las empleadas que se incorporan por primera vez al puesto de trabajo realizan un plan de acogida establecido, en el que se les transmite toda la información que necesitan para poder desarrollar su tarea respetando su seguridad personal, la de los pacientes y resto del personal del hospital”.

Además, tienen establecido un plan de formación continua de forma que una vez al mes, toda la plantilla -son 110 empleadas de limpieza de jornadas muy variadas- recibe una sesión profesional que va abarcando distintas facetas relacionadas con su puesto de trabajo. Las sesiones se preparan desde la dirección del área de Limpieza y colaboran profesionales de la clínica como enfermeras, consultores médicos, gestores de calidad, médicos, prevencionistas, etc.

En el caso del Hospital Santa Caterina de Gerona, nos encontramos con un sistema mixto donde la formación corre a cargo tanto del centro, (protocolos personalizados para cada puesto como un aprendizaje in situ supervisado por la encargada de zona), como de la empresa concesionaria que tiene la obligación de desarrollar cursos de formación continua.

Productos homologados

La preocupación por la salud y la prevención de riesgos laborales tanto para el personal empleado como para el paciente es real y se refleja en los materiales y utensilios, las normas que deben seguir y los productos usados.Entre las especificaciones en EPI’s que pide el Hospital de Segovia para su personal laboral en el pliego de condiciones, se encuentra el uso de guantes de protección antipinchazos para recogida de residuos -ya que tenemos que tener en cuenta que dentro del servicio de limpieza se incluye también la correcta gestión de los residuos- (cumplirá la Directiva 89/686/CEE y cumpliendo Norma EN 388) y contenedores específicos para productos infecciosos y de alto riesgo.

Gafas para determinados productos o chalecos para zonas de hospitalización en las que se realizan tratamientos de yodo, también se usan en algunos centros.Para prevenir enfermedades músculo-esqueléticas, en cuanto a útiles y complementos, se utilizan carros con doble cubo, soporte para bolsas de residuos y bandeja para útiles, así como doble cubo con ruedas y prensa para mopa.

En cuanto a los productos químicos, deben contar con su Ficha Técnica de Datos de Seguridad, especificando asimismo: marca, composición, dilución recomendada y zonas que proponen para su utilización. Deberán cumplir lo establecido por la normativa vigente sobre clasificación, envasado y etiquetado para preparados y sustancias peligrosas, y en cumplimiento del R.D. 374/2001 sobre protección de la salud y seguridad de los trabajadores contra los riesgos relacionados con los agentes químicos durante el trabajo, cumpliendo además con el Reglamento Técnico Sanitario de Detergentes y la legislación vigente sobre Biodegradabilidad.

En las máquinas fregadoras, que se suelen utilizar en zonas comunes como pasillos, el nivel sonoro debe ser inferior a 80 dB (A) y contener una mínima emisión de partículas, las últimas innovaciones en las máquinas, en este sentido, son los filtros Hepa -este tipo de filtro está compuesto de diminutas fibras de vidrio, que tejidas forman un papel muy tupido que permite capturar partículas diminutas. Éstas no pueden volver de nuevo al aire debido a sus poros altamente absorbentes-.

Este tipo de indicaciones se hacen también para el vestuario del personal tanto interno como externo del servicio de limpieza, un ejemplo de ello es el que se exige en el Hospital General de Segovia en el que deben llevar un zapato de uso hospitalario (no zuecos) antiestático y antideslizante debiendo cumplir la norma UNE 347, pijama, en dos piezas: chaqueta y pantalón; vestuario de protección para exteriores y traje de agua en dos piezas (para el personal que lo requiera), el cual deberá cumplir la norma EN 343 para temperaturas de menos de 5ºC, resistencia al vapor de agua, resistencia térmica y resistencia a la penetración de agua.Teniendo en cuenta las diferencias de zonas y riesgos.

Contaminación cruzada

Todos estos factores son imprescindibles para obtener un buen servicio, cada detalle olvidado puede hacer que surja una mínima infección, todo debe estar detallado en los protocolos de limpieza: qué limpiar (pavimentos, techos y paredes, dorados y metales, persianas, alfombras y moquetas, ventanas y puertas, lámparas y apliques, patios interiores, terrazas, mobiliario, ascensores, paramentos verticales, etc.), cómo limpiar (si se utiliza microfibra, mopas humedecidas, código de colores, cómo se debe barrer, el orden de limpieza, etc.), con qué frecuencia y si la desinfección y limpieza se hacen al mismo tiempo.

El control del servicio se realiza a través de evaluaciones, hojas de notificaciones de incidencias, registros e informes periódicos que ayuden a mejorar o mantener un modo de actuación. Las medidas se desarrollan conjuntamente con mantenimiento -dependiendo del centro puede ser un mismo departamento-, ya que también habrá que comprobar la diferencia de presiones, evitar corrientes, etc. “Por otro parte -comenta Bértiz- medicina preventiva en colaboración con el equipo de cada especialidad y con el área de enfermería determina las medidas de seguridad que se tienen que emplear en cada tipo de infección: tipo de mascarilla que usa el personal, bata desechable o no, material de un sólo uso para la limpieza, etc.  Supone una serie de procedimientos en cadena en la que no está implicado sólo el personal de limpieza sino que forma parte del sistema de calidad del proceso”.

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Zona específica

Los quirófanos y paritorios son áreas que requieren un importante tratamiento y especial cuidado para el personal laboral si, por ejemplo, el enfermo posee una patología infecciosa. Cuando el encargado de la limpieza entra en el quirófano, los residuos orgánicos e inorgánicos de entidad ya están recogidos. Es el propio personal sanitario quien los recoge y retira. La limpieza de quirófanos se divide en dos partes: la que se realiza entre intervención e intervención y la que se realiza al término del uso concertado del quirófano, con una limpieza más profunda y generalizada. Esta limpieza implica una formación específica más exhaustiva que la de otras zonas.

El personal de limpieza ha de ser ágil para poder minimizar los tiempos. Los operarios entran en el quirófano con un vestuario adecuado, se tiene especial cuidado en los accesos de ‘limpio’ y ‘sucio’ tanto en uniformes como en utensilios, que se deberán cambiar para cada intervención; si se tratase de una intervención con una patología infecciosa se procederá al uso de EPI’s específicos.

El procedimiento, más o menos similar en cada centro, es la retirada, en primer lugar, de las bolsas de residuos y la ropa sucia; recogen los posibles restos pequeños que queden en el suelo, limpian soportes de las gasas, mesas de operaciones, objetos que se hayan manchado de materia orgánica, limpian la sala de acceso de los cirujanos al quirófano, reponen bolsas limpias y friegan el suelo con un producto de alto grado de desinfección.

La limpieza final se hace más a fondo añadiendo, además de lo que se hace entre intervenciones, las lámparas, sillas y las paredes. Al igual que en otras áreas, se deben limpiar las zonas altas, rejillas de aire y puntos de luz.

Durante la limpieza diaria, se prioriza las operaciones con pacientes que presenten algún grado de infección.En los centros sanitarios, el servicio de limpieza, aunque sigue unos parámetros muy similares donde la importancia de la eficiencia es máxima, puede ser desarrollado por personal laboral dependiente del centro o estar externalizado aunque supervisado por personal interno, puede compartir departamento con otros servicios como lavandería, dietas, seguridad, etc.

En el servicio de limpieza también se incluye la separación, control y recogida de los residuos (con la colaboración del resto del personal laboral) lo que implica un gran esfuerzo de organización y coordinación, para que ninguna emergencia sanitaria se produzca por no cumplir los mínimos niveles de desinfección e higiene que unas instalaciones sanitarias requieren.

Implantación dela microfibra

En abril del 2007 el Hospital Universitario Doctor Negrín de Gran Canaria comenzó a trabajar con la compañía Clece, quien decidió a través de Rubbermaid implantar un nuevo sistema de limpieza por el que se sustituían los cubos de agua y detergente, la fregona, las mopas de algodón, etc. por un sistema de microfibra que consiste en un carro de limpieza, equipado con un cubo de desinfección en el que, según la firma, caben hasta 20 mopas limpias, con un soporte de aluminio empleado con mopas planas de microfibra reutilizables y una bolsa para desechos.

Los beneficios que han contemplado el hospital se reflejan en la eliminación casi total del riesgo de contaminación cruzada, ya que el sistema de pre-impregnación de las mopas garantiza su desinfección en cada uso. La prevención es por tanto total, según los resultados de los controles bacteriológicos realizados mensualmente por el hospital.

Contaminación cruzada: ¿qué medidas se toman en este sentido?

Carlos Duque, Cap de Serveis Hotelers del Hospital Santa Caterina de Girona: “Las normas básicas de limpieza describen las medidas a tomar para evitar este tipo de contaminación. Concretamente, el orden de limpieza (de arriba a bajo, de dentro a fuera, de limpio a sucio) y el método del doble cubo son la base para evitar este tipo de problema.En los casos de pacientes infecciosos hay que tomar otras medidas: utilizar bayetas, cubos y fregonas exclusivas para estas zonas. Si la limpieza es en una habitación aislada se utilizará material exclusivo para la zona que después será desechado”.

María Romero, gobernanta del Hospital Santa Caterina de Girona: “Lo esencial para evitar la contaminación cruzada es la formación y concienciación del personal que trabaja en limpieza. Tienen que diferenciar lo que es limpieza y lo que es desinfección, tienen que respetar el protocolo que es el que marca cómo se deben limpiar las diferentes zonas, los productos que se tienen que utilizar y cómo trabajar con el material. De todo esto, la medida principal es que este material (cubos, bayetas y fregonas) esté limpio. Hay que cambiar el agua con el producto correspondiente en cada espacio.”

 

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