2021 es año Xacobeo, lo que animará a muchas personas a coger su mochila y lanzarse a hacer el Camino de Santiago. Ahora bien, hay que tener mucho cuidado, porque se pueden encontrar con un compañero de viaje inesperado. Su nombre científico es Cimex lectularius, aunque son conocidas popularmente como chinches (de cama). No son peligrosas ni transmiten enfermedades. Ahora bien, sus picaduras pueden convertirse en una molestia para los peregrinos que hacen el Camino de Santiago.
Por eso, unas buenas medidas de prevención, por parte de los alojamientos, y unos hábitos de higiene adecuados, en el caso de los viajeros, son la mejor solución para hacerles frente. Así opinan los responsables de EZSA Sanidad Ambiental, especialista en la eliminación de chinches de cama. Es más, la empresa recuerda que las chinches “llevan haciendo” el Camino de Santiago desde 2005. Desde entonces, no han dejado de frecuentarlo, aunque, por suerte, afectan a muy pocos viajeros.
“Es recomendable que los peregrinos aprendan a reconocer las chinches e identificar las pistas que dejan para revisar los albergues de paso. Conviene mirar debajo del colchón y en las costuras, en el suelo y en los rincones cerca de la cama”, recomienda Ignacio Santamarta, director de Innovación de EZSA Sanidad Ambiental. “Las manchas oscuras en sábanas, colchones, somieres, almohadas y colchas pueden ser un indicador de su presencia, ya que a menudo responden a restos de excrementos o sangre ingerida por estos insectos”.
Alimentación de las chinches
Y es que estos insectos son hemípteros, se alimentan básicamente de sangre. Las atrae el calor corporal que generan los humanos y el dióxido de carbono que desprenden al respirar, pero no viven sobre ellos. Pican para extraer sangre y abandonan la piel para ir a refugiarse a sus nidos. Son insectos de hábitos nocturnos, de ahí que actúen cuando su huésped duerme. Pueden sobrevivir hasta seis meses sin alimento y además desarrollan resistencia a los repelentes e insecticidas.
La picadura de las chinches produce una reacción alérgica que se manifiesta en forma de habones y una fuerte picazón. Lo normal es que la lesión cutánea se resuelva en una semana; aunque, si el afectado se rasca demasiado, pueden aparecer infecciones. Para evitarlo, los antihistamínicos pueden aliviar los síntomas.
Aprender a localizarlas en el Camino de Santiago
Las chinches tienen una gran habilidad para pasar desapercibidas, y más en el Camino de Santiago, con tanto trasiego de gente. Eso sí, hasta que pican. De hecho, a menudo, la confirmación definitiva de que hay chinches es el hallazgo del propio insecto o las picaduras en el cuerpo. La higiene (ducha diaria y lavado de la ropa) sigue siendo el método profiláctico más eficaz contra este insecto. Claro que de poco o nada sirve ir limpio si luego se acaba durmiendo en una cama infectada de chinches.
Por eso, es recomendable avisar al encargado del albergue en el caso de encontrar rastros de chinches. Y si no se ven indicios, en cualquier caso, nunca está de más separar la cama de la pared y dejar las pertenencias en alto. Toda prevención es poca y es recomendable no bajar la guardia una vez finalizada la ruta, para no llevárselas a casa.
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