La Agencia Europea de Sustancias Químicas (ECHA) ha lanzado recientemente una importante base de datos relacionada con el Reglamento (CE) nº 1907/2006 sobre Registro, Evaluación, Autorización y Restricción de sustancias y mezclas químicas (REACH), que entró en vigor el 1 de junio de 2007.
El REACH tiene como objetivo principal mejorar la protección para la salud humana y el medio ambiente frente al riesgo que puede conllevar la fabricación, comercialización y uso de sustancias químicas peligrosas. Este reglamento es de aplicación para todas las sustancias químicas presentes en la vida diaria y los consumidores tienen el derecho de conocer y estar informados sobre si hay sustancias químicas peligrosas en los productos que compran.
Para cumplir con las disposiciones del REACH, las empresas deben identificar y gestionar los riesgos asociados a las sustancias que fabrican y comercializan en la Unión Europea. Para ello, deben demostrar cómo usar dichas sustancias de manera segura y comunicar toda información relativa a las medidas de gestión de riesgos a las partes implicadas.
Por este motivo, la Agencia Europea de Sustancias Químicas (ECHA) puso en marcha el pasado año la base de datos para las Sustancias Preocupantes en Productos (SCIP). Y ya a comienzos de 2021, las empresas que comercializaban productos en el mercado europeo estaban obligadas a alimentar esta base de datos con información sobre aquellos artículos que contengan sustancias clasificadas como extremadamente preocupantes (SVHC) según el reglamento REACH.
Base de datos de sustancias químicas peligrosas
Esta base de datos SCIP pública ya es una realidad desde el pasado mes de septiembre y ayudará a que los consumidores tomen decisiones de compra más informadas. Además, los gestores de residuos podrán desarrollar aún más la reutilización de productos y el reciclaje de materiales, porque se podrá separar de forma más precisa las sustancias o componentes que confieren peligrosidad a los residuos. La base de datos permite conocer mejor la peligrosidad de los residuos con SVHC y, por tanto, recogerlos y tratarlos de forma más segura para las instalaciones y el personal de las empresas de gestión.
Recientemente, la ECHA ha hecho público que alrededor de 6.000 empresas de la Unión Europea han cumplido con éxito su obligación de notificación de estos productos y la base de datos SCIP ahora muestra más de cuatro millones de notificaciones de artículos.
Esta es la relación de las categorías de productos que se han notificado con mayor frecuencia en la base de datos: maquinaria, instrumentos de medición, equipos electrónicos, vehículos, artículos de caucho y muebles. Y en cuanto a las sustancias muy preocupantes más habituales en las notificaciones se encuentran: plomo, monóxido de plomo, trióxido de plomo, titanio, ácido silicídico, sal de plomo y Dechlorane Plus, una sustancia sintética que se utiliza en adhesivos y pegamentos.
La base de datos SCIP permite buscar los datos por nombre de artículo o marca, categoría de producto, tipo de material o nombre químico
Todos estos datos ayudarán a los consumidores a tomar decisiones informadas al verificar si un producto contiene sustancias químicas peligrosas y leer sus instrucciones para un uso seguro. Además, toda esta información permite a los gestores de residuos aumentar la reutilización de los productos y desarrollar aún más los procesos de reciclaje.
Acceso a la información
No cabe duda de que este lanzamiento mejora el acceso a la información sobre sustancias químicas peligrosas en productos que se comercializan en el mercado de la UE. También va a permitir el cumplimiento de los objetivos en materia de economía circular, porque permite rastrear los productos hasta que alcancen su clasificación como residuos. Además, creemos que podría contribuir a la innovación y aparición de nuevas tecnologías de tratamiento de residuos.
La clave ahora es que se consiga una amplia difusión de esta base de datos para que los usuarios se familiaricen con ella. Todas las empresas que comercialicen productos que contengan sustancias muy preocupantes en el mercado de la UE deben notificarlos, por lo que la ECHA ha desarrollado varios documentos, vídeos y podcasts de orientación e instrucciones.
Nuestra asociación ha apoyado el desarrollo de esta base de datos desde la puesta en marcha del proyecto. No podemos olvidar que los residuos peligrosos que el Instituto Nacional de Estadística (INE) identifica como de mayor relevancia en España son los residuos químicos, por lo que la base de datos SCIP recientemente publicada resulta de extrema utilidad para los profesionales de la gestión de residuos peligrosos y ayudará a que contribuyan aún más a la economía circular en la Unión Europea.
Ellos son los que descontaminan los residuos peligrosos de forma segura antes de su valorización, retiran contaminantes para su posterior eliminación y consiguen, gracias a ello, una mayor calidad de las materias recicladas. Es un buen ejemplo práctico de empleos verdes de calidad y del potencial de crecimiento que puede tener la industria medioambiental en España.