El pasado 31 de mayo el Parlament balear aprobó la nueva Ley de Turismo, que, a rasgos generales, apuesta por la circularidad y la sostenibilidad. Además, recoge una serie de obligaciones para las empresas del sector. Entre ellas, la norma aumenta la protección a las camareras de piso, un colectivo muy afectado por la siniestralidad en su puesto de trabajo. No en vano, el 35% de los accidentes laborales que sufre este colectivo están relacionados con los sobreesfuerzos, según el gobierno balear.
Con esta nueva normativa, desde el año 2023, los hoteles de las islas deberán instalar camas elevables (mecánicas o eléctricas) para facilitar el trabajo de las camareras de piso, una medida que implicará la renovación de 300.000 camas. Además, de ella se beneficiarán más de 20.000 trabajadoras de este sector, que habitualmente desempeñan tareas como la limpieza y arreglo de las habitaciones, pasillos, zonas comunes y baños; la preparación de las salas para reuniones o convenciones; o las labores propias de lencería y lavandería, entre otras.
Estudio del Govern y Melià
Precisamente, esta nueva legislación toma como base diversos estudios como el realizado por el Govern balear, a través del Instituto Balear de Seguridad y Salud Laboral (Ibasal) y Melià Hotels International, mediante su Servicio de Prevención de Riesgos Laborales. En él, se constatan los beneficios de la instalación de camas elevables para la salud del colectivo de las camareras de piso, pues este tipo de mobiliario reduce significativamente el esfuerzo de estas trabajadoras. Sin ir más lejos, tal y como se indica en el documento, la fuerza que tienen que realizar es 8,4 veces superior cuando hay que mover camas individuales sin elevador.
En cambio, los sistemas elevables en las camas de los hoteles reducen un 50% los accidentes laborales de unas trabajadores que, ya de por sí, tienen grandes secuelas físicas a consecuencia de su trabajo. Y es que, según el mencionado informe, un 82% de las encuestadas manifiesta tener molestias y dolor en el cuello; un 87%, en la espalda; y un 65%, en los hombros.
Principales riesgos para las camareras de pisos
Estos datos ponen sobre la mesa que estas trabajadoras, en un alto porcentaje, padecen síntomas relacionados con alteraciones músculo-esqueléticas. Esto se debe principalmente a la repetición diaria de posturas forzadas. En otras palabras, son aquellas posiciones de trabajo que suponen que una o varias regiones anatómicas dejan de estar en una posición natural de confort para pasar a otra más forzada.
Hay que tener en cuenta que las flexiones o extensiones sobrecargan los músculos y tendones, siendo los giros y desviaciones las posturas que cargan las articulaciones de una manera asimétrica. Asimismo, las posturas sostenidas en el tiempo producen una carga estática en la musculatura.
Por otro lado, los trastornos músculo-esqueléticos incluyen alteraciones que se identifican y clasifican según los tejidos y estructuras afectados como los músculos, los tendones, los nervios, los huesos y las articulaciones. Estos trastornos, por lo general, son de carácter crónico por lo que se desarrollan durante largos periodos de tiempo en los que se padece malestar y dolor.
En el caso de las camareras de piso, las tareas que más destacan por su repercusión sobre la salud son hacer las camas y cambiar la ropa de las mismas, debido a la necesaria flexión del tronco provocando trastornos músculo-esqueléticos, especialmente de las extremidades superiores y zona dorsolumbar.
Apuesta por la ergonomía
Con la aprobación de la ley y la progresiva implantación de las camas elevables en los hoteles de las Islas Baleares, todas estas dolencias de las camareras de piso se van a reducir significativamente, pudiendo realizar las camas de las habitaciones en una postura más natural y sin necesidad de forzar demasiado su musculatura.
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