Tras dos veranos de restricciones, el turismo se ha reactivado con fuerza este año en España. Y con él, una plaga muy asociada al sector hotelero y las viviendas turísticas: las chinches de cama. Así lo pone de manifiesto la Asociación Nacional de Empresas de Sanidad Ambiental (ANECPLA). Es un insecto parásito de entre 5 y 6 mm. de longitud que suele anidar en las camas, los pliegues de las sábanas, muebles, sillones… y que se alimenta fundamentalmente de sangre humana. Su picadura genera molestias e, incluso, reacciones alérgicas diversas, insomnio o estrés.
Por tanto, ningún alojamiento está libre de padecer la presencia de estos parásitos capaces de acabar con la salud mental de quienes los padecen. Y es que, si bien hasta ahora se relacionaba su presencia con la suciedad y el abandono, ha quedado demostrado que la presencia de chinches no tiene nada que ver con estos factores. Su crecimiento exponencial, especialmente en las dos últimas décadas, está más relacionado con otras circunstancias mucho más generales. “La globalización, los mayores niveles de contaminación y el aumento de las temperaturas debido al cambio climático están detrás de este resurgimiento de las chinches en Europa”, afirma Jorge Galván, director general de ANECPLA.
La población de chinches se incrementa
Debido a la reactivación del turismo, la contaminación ambiental disparada y unas temperaturas sofocantes, la población de chinches se haya incrementado más de un 500%. “Se trata de un problema emergente de salud pública muy grave. Desde ANECPLA consideramos que es importante trascienda el ámbito privado y sea abordado en el ámbito institucional. De lo contrario, corremos el riesgo de que se cronifique, con todas las implicaciones que esto puede llegar a tener”, advierte Galván.
Por si fuera poco, hace poco que se ha detectado en España la presencia de una nueva especie de chinche: la chinche de cama tropical (Cimex hemipterus). Es originaria de Asia y en los últimos años está colonizando Australia, Estados Unidos y Europa. Se trata de una especie muy resistente a los insecticidas convencionales, cuyo uso está totalmente desaconsejado por los expertos. Y es que esto no solo no se resuelve el problema, sino que extiende la plaga a espacios cercanos. “Es muy importante que sean servicios profesionales de gestión de plagas, quienes disponen de los conocimientos específicos necesarios, los encargados de tratar el problema desde una aproximación basada en la biología y el hábitat de esta especie”, afirma Galván.
Por último, desde ANECPLA alertan de que las chinches se pueden convertir en vectores transmisores de enfermedades. “Desde ANECPLA instamos a una necesaria colaboración entre el sector y las Administraciones Públicas a fin de llevar un control más riguroso de esta cuestión. Hasta el momento, la enfermedad de Chagas –una enfermedad mortal endémica de Centroamérica y América del Sur– ha sido la única demostrada transmitida por la chinche de cama, a pesar de su potente capacidad vectorial. Sin embargo, esta circunstancia puede cambiar en cualquier momento. Dada la creciente presencia de esta plaga, de no estar preparados, las consecuencias podrían llegar a ser terribles”, sentencia Galván.
Archivado en: