Definimos los riesgos ergonómicos como aquellos que se originan cuando el trabajador interactúa con su puesto de trabajo y requiere realizar movimientos, posturas o acciones que pueden producir daños a su salud.
Los profesionales que trabajan en el sector sanitario están constantemente expuestos a riesgos de esta naturaleza. No solo tienen un efecto directo en su salud individual, sino en la sociedad como tal, pues el desempeño de su labor repercute en la ciudadanía. De ahí que conocer los riesgos y tomar las medidas necesarias para evitarlos cobra especial relevancia a la hora de prestar un excelente servicio y cuidar del paciente. Ahondemos más en esto.
Los factores de riesgo a los que están expuestos los profesionales sanitarios pueden variar en mayor o menor medida de acuerdo a cada puesto de trabajo, pero por lo general están relacionados con el esfuerzo físico creado durante la movilización de pacientes, la realización de posturas forzadas, trabajos repetitivos, levantamiento de cargas y/o empujes y arrastres de material. Cuando estos factores se materializan las lesiones más comunes son las musculoesqueléticas, como puede ser lesiones musculares, tendinitis, daños en articulaciones, ligamentos y nervios. Dichos problemas pueden causar dolor, inflamación o disminución de fuerza o de movilidad y, por tanto, un serio riesgo para la salud del trabajador.
Ejemplos
Pongamos varios ejemplos de estos factores de riesgo que he mencionado. En el sector sanitario, los profesionales de enfermería, auxiliares y celadores en su mayoría deben levantar a los pacientes para trasladarlos, ya sea desde la cama, la silla de ruedas o el baño. Esto puede implicar un esfuerzo físico considerable en el cuerpo del trabajador, especialmente en la zona baja de la espalda, que se podría agudizar si se realizase varias veces en un mismo turno y de forma apresurada. Este esfuerzo puede incluso llegar a generar una presión hacia el interior de la columna vertebral deteriorando los tejidos con el paso del tiempo, pudiendo causar la aparición de lumbalgias agudas e imposibilitar el desarrollo de las actividades a los profesionales que lo sufren.
En otras ocasiones, los especialistas de la salud se ven abocados a adoptar posiciones forzadas durante la asistencia a los pacientes, específicamente en situaciones como la atención en camilla, la asistencia en el baño, las labores de higiene y cualquier situación que no permita adoptar posturas neutras para la espalda, los brazos y las piernas del personal.
La postura forzada más común es la flexión de espalda superior a 45°, que puede encadenar en un dolor de espalda recurrente
En lo referente a labores repetitivas, estas suelen presentarse en la asistencia de higiene para los pacientes, los cambios de pañal, la colocación y retirada de las vías o la preparación de alimentos para los pacientes, entre otras. Este esfuerzo que recae en las extremidades superiores, sumado el esfuerzo que realizan muchos profesionales de la salud al movilizar a los pacientes, puede desembocar, por ejemplo, en efectos directos negativos en hombros y muñecas.
El levantamiento de pesos representa un riesgo de afectación en la zona baja de la espalda. Ya sea el levante de bandejas de comida, colchones, cajas con medicación, pilas de sábanas sucias, etc. Cualquiera de estas actividades puede presentar un riesgo, si no se hace de manera correcta.
Por otra parte, el empuje de camillas, sillas de ruedas, carros de comidas y de medicación, entre otras, son más tareas comunes que pueden presentar un riesgo para la salud. Aunque la incidencia de este esfuerzo está relacionada con la fuerza que cada objeto requiera para moverse, también es importante notar que el tipo de cama, de ruedas y de suelo en las instalaciones puede aumentar o disminuir la dificultad en la realización de esta actividad.
Foros
En muchos foros se polemiza con que los riesgos ergonómicos son más acuciados en el sector industrial que en el sanitario. Bajo mi punto de vista, no es lo mismo las tareas que implican un trabajo para generar un producto que trabajar para atender a una persona. Claro ejemplo es que, aunque en un hospital se quiera trabajar con un ritmo homogéneo, los ciclos difícilmente serán iguales en tiempo, ya que pueden estar sujetos a variaciones provocadas por la no colaboración o la colaboración inadecuada de la persona con la que se esté trabajando, como puede suceder, por ejemplo, en las campañas de extracción de sangre. En otras situaciones, cuando el paciente realiza un movimiento brusco, es necesario que el trabajador ejecute una respuesta rápida con postura forzada e incluso en ocasiones con un sobreesfuerzo, lo que aumenta el riesgo de producirse una lesión. Otra diferencia que fortalece mi postura se encuentra en la manipulación manual de cargas: en el sector hospitalario, además de ser una de las tareas más habituales, presenta algunas singularidades como pueden ser la existencia de espacios más reducidos, ya que están diseñados para el confort de la persona atendida, no para el del trabajador.
Es, por tanto, necesario identificar los riesgos biomecánicos en los centros de trabajo y tomar las medidas necesarias para prevenirlos, así como contar con una vigilancia de la salud del empleado que ayude a prevenir enfermedades y accidentes de trabajo. Muchos de los riesgos del personal sanitario podrían evitarse con pequeñas mejoras de diseño en los centros de trabajo o una adaptación del puesto de trabajo en sí. Resulta importante que se realicen inversiones inteligentes orientadas al bienestar general al adquirir mobiliario hospitalario. Esta es una de las líneas de trabajo que desarrollamos en Vithas, grupo sanitario de referencia en España con 19 hospitales y 31 centros médicos y asistenciales en 13 provincias y 12.000 profesionales. Trabajamos teniendo en cuenta los riesgos ergonómicos de nuestros empleados: ejemplo de ello es la construcción de nuevos centros de trabajo en Valencia, Málaga o Barcelona, con espacios en los que se tiene en cuenta la ergonomía del trabajador.
En el resto de hospitales y centros Vithas, los riesgos que puedan tener nuestros profesionales sanitarios se mitigan gracias a equipos mecánicos de movilización como grúas de movilización de pacientes, habitaciones con mayor espacio de movilidad o camas regulables en altura, entre otras. Es, además, fundamental la formación de los empleados, así como una correcta identificación de estos riesgos. Para ello, en el Servicio de Prevención Propio Vithas combinamos distintos métodos y normas para obtener el grado de riesgo atendiendo al tipo de tarea ejecutada y disponemos de herramientas digitales para la identificación correcta de este tipo de riesgos, con el fin de poder ofrecer soluciones a medida para mitigarlos y evitarlos como puede ser los diseños antropométricos del puesto de trabajo que realizamos.
Para el Servicio de Prevención Propio Vithas, la protección, la seguridad y la salud de las personas que trabajan en Vithas son nuestra razón de ser. Nos esforzamos día a día en proporcionar seguridad, salud y bienestar a cada uno de nuestros trabajadores. Y es que cada persona es única y, por tanto, la atención que le ofrecemos también lo es.