El próximo 12 de mayo entra en vigor la nueva ley sobre control horario aprobada por el Gobierno, en el marco de un paquete de medidas de lucha contra la precariedad laboral y, en concreto, sobre la jornada laboral.
Las empresas tendrán la obligación de:
- Llevar un registro y control de los horarios de entrada y salida de los trabajadores, así como la obligación de documentarlo. Este registro se acordará mediante negociación colectiva o acuerdo de empresa o, en su defecto, decisión del empresario previa consulta con los representantes legales de los trabajadores.
- Archivar los registros durante 4 años. Los registros serán accesibles para los propios empleados, sus representantes o para los inspectores de trabajo.
Las sanciones por no cumplir con esta nueva ley están estipuladas en la Ley de Infracciones y Sanciones del Orden Social y se pueden distinguir de tres tipos:
- Leves: no informar sobre los procedimientos para el fichaje o sobre las condiciones laborales. Sanciones de entre 60 y 650 euros.
- Graves: irregularidades en los horarios, ausencia de un registro horario de los empleados. Sanciones entre 600 y 6.250 euros.
- Muy graves: superar el límite de horas extra, aumentar las horas extra sin compensación económica. Sanciones entre 6.250 y 187.505 euros.
Estos últimos años ha habido un vaivén de cambios y resoluciones en lo que a control de jornada laboral se refiere. En 2015, hubo una sentencia de la Audiencia Nacional, en concreto contra Bankia, que obligaba a registrar la jornada de todos los trabajadores. Sin embargo, dicha sentencia se recurre en el Tribunal Supremo que, en 2017 y pese a confirmar la necesidad de registrar la jornada laboral, indica que: “Los Tribunales no pueden suplir al legislador imponiendo a la empresa el establecimiento de un complicado sistema de control horario”.
El próximo 12 de mayo entra en vigor la nueva ley sobre control horario aprobada por el Gobierno, en el marco de un paquete de medidas de lucha contra la precariedad laboral y, en concreto, sobre la jornada laboral
Durante este tiempo y a falta de que el legislador aclarara este punto, la ley solo establecía la obligatoriedad de llevar un control horario en dos supuestos: para registrar horas extraordinarias o en el caso de trabajadores a tiempo parcial. A partir del 12 de mayo siguiendo la recomendación del Tribunal Supremo, así como del Abogado General de la UE, todas las empresas estarán obligadas a llevar un registro y control de la jornada de todos los trabajadores.
Pero en el caso de los profesionales del sector Facility Services hay ciertas particularidades. Independientemente de lo que dice la ley, los clientes de este sector, tanto instituciones públicas como entidades privadas, llevan años solicitando este tipo de sistemas. Los contratantes necesitan transparencia, más que en otros sectores, y solicitan una garantía de resultados por la prestación contratada, con penalizaciones importantes en caso de no cumplimiento, empujando a las empresas de Facilites hacia una transformación digital en aras de garantizar este cumplimiento.
Sin embargo, han sido tradicionalmente los empleados los que se han mostrado más reticentes a este tipo de sistemas: miedo al cambio, sentimiento de vigilancia y control, etc. han supuesto un freno importante y un rechazo a usar sistemas de control de presencia. Ahora ya no son las empresas las que tendrán que obligar a sus empleados a fichar, sino que las propias empresas estarán obligadas a que los trabajadores fichen.
Es precisamente por esto que esta ley puede ser tan importante para el sector y un punto de inflexión en su modernización y propuesta de valor. Por un lado los clientes necesitan una transparencia total y saber en todo momento el nivel de los servicios contratados. Y, por otro, los proveedores de servicios tienen que poder monitorizar la actividad de un gran número de empleados en varias zonas geográficas, ya que la trazabilidad de las intervenciones es un requisito imprescindible para ofrecer esta transparencia y garantía de resultados demandada.
La combinación de esta nueva ley junto con sistemas específicos del sector proporciona pues un beneficio doble para la dupla proveedor-cliente. El primero tendrá la posibilidad de demostrar lo realizado y de facturar las prestaciones realizadas y no previstas en el contrato. El segundo verá cubierta su necesidad de transparencia y seguimiento del contrato percibiendo un valor añadido superior.
Esta trazabilidad y control de presencia requiere de herramientas que tengan en cuenta la complejidad y heterogeneidad de los diferentes clientes y sus necesidades. La transformación digital ofrece soluciones que permiten optimizar la actividad, fáciles de usar y que ponen la calidad en el centro de la estrategia.
Las empresas de Facilities demandan soluciones simples y adaptadas a su mercado, que permitan maximizar la rentabilidad y, al mismo tiempo, la calidad de los servicios prestados. Para ello, los datos de las intervenciones suponen un valor añadido y ofrecen respuestas pertinentes a la realidad del sector. Pero estos datos deben de estar centralizados y tratados eficazmente.
Muchas empresas del sector consideran que no existe una solución adaptada que les corresponda perfectamente. En especial consideran que la transformación digital ha hecho aumentar la exigencia del cliente, pero que la rentabilidad ganada no está a la altura. Es por ello que, los proveedores de servicios deben dar un valor comercial a las inversiones hechas en esta transformación digital.
Esta transformación digital, así como la demanda de transparencia y control, no debe hacernos caer en la tiranía de lo urgente y lo mediocre. Los proveedores de servicios deben enseñar a sus clientes que la trazabilidad y seguimiento deben estar al servicio de mejorar la calidad. Los clientes deben ser conscientes de que mayor exigencia y mayor calidad no puede ir acompañado de precios más económicos.
El sector Facility Services no es solo un sector que factura 9.000 millones de euros al año y que emplea a medio millón de trabajadores. La limpieza, mantenimiento, seguridad y recepción forman parte de la experiencia del cliente, y los defectos en estos impactan negativamente en la imagen de la empresa más allá de su actividad principal. La transformación digital no debe hacer bajar el precio del sector, sino añadir un valor añadido suplementario vendido a su precio justo.
En línea con esto, el Grupo MoveWORK lleva años acompañando esta transformación digital del sector. Proponiendo una suite de soluciones concebidas específicamente para el sector Facilities Services que mejoran la productividad y las condiciones de trabajo. Ofreciendo a sus clientes y partners la posibilidad de diferenciarse y ofrecer a su vez servicios y prestaciones a medida y flexibles, basadas en la realidad de la situación.
El control horario es solo uno de los diferentes módulos dentro de un mismo ecosistema donde podemos también controlar la gestión de la calidad, la trazabilidad de actividades, las mejoras de procesos, la comunicación con los clientes y empleados y mucho más.
MoveWORK se encuentra desde hace meses expandiendo su paquete de software, basado en Big Data y Business Intelligence en España y Europa.
Con cinco módulos complementarios (WorkinTIME, SmartSWITCH, DataFORM, CentralDESK y DataFLOW) e integrados en la misma plataforma en la nube, la suite de software MoveWORK responde a los desafíos de transformación digital. Hasta la fecha, las soluciones MoveWORK cuentan con más de 65.000 usuarios activos en todo el mundo, incluyendo los proveedores y contratantes de servicios más exigentes en cuanto a sus procesos de calidad.
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