En las últimas semanas España ha iniciado un proceso de reducción gradual de las medidas extraordinarias de restricción de la movilidad y del contacto social establecidas mediante el Real Decreto 463/2020, de 14 de marzo por el que se declara el estado de alarma.
De esta forma, el pasado 28 de abril de 2020 el Consejo de Ministros adoptó el Plan para la transición hacia una nueva normalidad que establece los principales parámetros e instrumentos para la consecución de la normalidad.
El objetivo fundamental del plan es conseguir que, preservando la salud pública, se recupere paulatinamente la vida cotidiana y la actividad económica, minimizando el riesgo que representa la epidemia para la salud de la población y evitando que las capacidades del Sistema Nacional de Salud se desborden.
Desde el lunes 8 de junio, el 52% de la población española podrá retomar las actividades recogidas en la fase 3. Es decir, más de 24 millones de personas se incorporarán a la fase 3 y 23 millones de personas podrán realizar las actividades recogidas en la fase 2.
Salvador Illa, ministro de Sanidad, resaltó en su comparecencia el pasado viernes el «buen funcionamiento y la efectividad del Estado de Alarma» y agradeció a la ciudadanía «el esfuerzo y la determinación al cumplir el confinamiento más estricto de Europa y uno de los más estrictos del mundo». No obstante, ha hecho un llamamiento a la prudencia en este tramo final del proceso de desescalada, para no dar pasos atrás en la lucha contra la COVID-19.
Los territorios que pasan a la fase 3 y tendrán que tener en cuenta las medidas de higiene que ya les relatábamos son: Andalucía, Aragón, Asturias, Islas Baleares, Canarias, Cantabria, Castilla-La Mancha (Guadalajara y Cuenca), Cataluña: regiones sanitarias de Alt Pirineu i Aran, Terres de l’Ebre y Camp de Tarragona; Extremadura, Galicia, La Rioja, Navarra, Melilla, Murcia, País Vasco.
Archivado en: