El pasado 29 de marzo, Feique, la Federación Empresarial de la Industria Química Española, presentó los resultados de cierre del sector químico en 2022, de un análisis de la situación por la que la industria está pasando en estos momentos.
En este sentido, la presidenta de la Federación, Teresa Rasero, comenzó dando un dato esclarecedor: el ejercicio 2022 cerró con un aumento de la cifra de negocios del 16,3%, hasta los 89.866 millones de euros. Sin embargo, la producción solo creció un 0,9% respecto a 2021, debido a los altos costes energéticos.
La evolución de la producción y los precios en el sector químico
Los precios de venta crecieron de media un 18,6% este último año. Los resultados que se obtuvieron no fueron homogéneos en todos los subsectores: la química de la salud y la química de consumo directo crecieron entre el 10% y el 6%, pero la química básica, sin embargo, sufrió una caída de 11,2 puntos. Teresa Rasero hizo hincapié en esta última, pues es donde reside la preocupación principal para el sector, debido, en mayor medida, al incremento de los precios energéticos y sobre todo del gas. “No producimos más, sino que, lamentablemente, tenemos que producir más caro», confesó la presidenta de Feique.
Si atendemos al mercado internacional, el sector se expuso a los mismos condicionantes que el mercado nacional, aunque con una mayor virulencia. Así, en 2022, la cifra de negocios en el exterior creció un 29,2%, lo que ha conducido a que el sector químico se posicione como número uno en exportaciones.
Casi 800.000 puestos de trabajo gracias a la industria química
Un dato esperanzador para el sector químico es que el número de asalariados ha crecido un 12,1% anual. Dos tercios de estos nuevos 25.000 empleos se produjeron en el área de farma y el tercio restante en química. En general, la industria química generó en 2022 casi 800.000 puestos de trabajo.
Cabe mencionar que el empleo que se ofrece se caracteriza por ser estable y de calidad, además de presentar una alta cualificación. El 92% de los empleados directos disponen de contratos indefinidos y el salario medio se sitúa en casi 40.000 euros anuales por trabajador. Asimismo, es necesario destacar el avance en igualdad. En 2022, se alcanzó el mayor equilibrio de género hasta la fecha, puesto que el 42,4% de la fuerza laboral del sector está conformada por mujeres.
¿Cuáles son las prioridades del sector químico?
El sector químico español presenta cuatro retos fundamentales de cara a 2023:
- En primer lugar, se enfrenta a la Reforma del Mercado eléctrico. Esta es imprescindible para asegurar precios competitivos y predecibles a largo plazo. Teresa Rasero destacó que el mercado mayorista de la electricidad, dado su carácter marginalista, estuvo desde mediados de 2021, sumamente afectado por los altos precios del gas y de los derechos de CO2. Además, Feique apuesta por establecer precios regulados y a plazo para la energía nuclear e hidráulica.
- Otro de los retos a los que se enfrenta la industria es el apoyo a los sectores gasintensivos. Es una realidad que el gas ha complicado la situación industrial de Europa este último año. De esta manera, la Comisión ha permitido temporalmente la implantación de ayudas a los diferentes Estados Miembros, de los que España no forma parte al quedarse muy lejos de la efectividad de estos mecanismos. Así pues, Rasero solicita al Gobierno el establecimiento de un mayor número de ayudas directas.
- Por otro lado, se encuentran trabajando en un Green Deal Industrial Plan más ambicioso para que la industria europea sea mucho más competitiva. La Comisión Europea ha anunciado recientemente el GDIP (Green Deal Industrial Plan) como respuesta a la Inflaction Reduction Act, lo que influirá de manera clara en las decisiones de inversión de los sectores industriales. Por tanto, el sector químico considera que este plan podría ser aún más ambicioso con la incorporación de reformas claras.
- Por último, tienen por delante el reto de impulsar a España a las tecnologías de Captura, Almacenamiento y Uso de CO2. Estas medidas serán fundamentales e imprescindibles para alcanzar los objetivos de neutralidad climática en 2050.
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