La Comisión Europea ha propuesto recientemente modernizar la legislación de la UE sobre baterías. La Comisión pretende presentar su primera iniciativa de las acciones anunciadas dentro del Plan de Acción para la Economía Circular.
En el marco del Pacto Verde Europeo, unas baterías mucho más sostenibles a lo largo de todo su ciclo de vida resultaría clave para cumplir los objetivos. Asimismo, contribuiría a alcanzar la meta de contaminación cero fijado en el pacto.
Se promueve su sostenibilidad competitiva y que sean necesarias para el transporte ecológico, para la energía limpia y para lograr la neutralidad climática de aquí a 2050. La propuesta aborda las cuestiones sociales, económicas y medioambientales relacionadas con todos los tipos de baterías.
Las baterías comercializadas en la UE deben ser sostenibles, de alto rendimiento y seguras a lo largo de todo su ciclo de vida. Esto se traduce en que sean producidas con el menor impacto medioambiental posible, utilizando materiales obtenidos con pleno respeto de los derechos humanos y de las normas sociales y ecológicas. Deben ser duraderas y seguras y, al final de su vida útil, reutilizarse, remanufacturarse o reciclarse, de forma que los materiales valiosos se reincorporen a la economía.
Europa promueve la sostenibilidad competitiva
La Comisión Europea lo que propone son unos requisitos obligatorios para todas las baterías (las industriales, de automóviles, de vehículos eléctricos y portátiles) comercializadas en el mercado de la UE.
Estos requisitos son:
- El uso de materiales de origen responsable con un empleo restringido de sustancias peligrosas.
- Un contenido mínimo de materiales reciclados.
- La huella de carbono.
- El rendimiento, la durabilidad y el etiquetado.
- El cumplimiento de los objetivos de recogida y reciclado, esenciales para desarrollar una industria de baterías más sostenible y competitiva en toda Europa y en todo el mundo.
Ofrecer seguridad jurídica contribuirá además a desbloquear inversiones a gran escala y a impulsar la capacidad de producción de baterías innovadoras y sostenibles en Europa y el resto del mundo, para satisfacer las necesidades de un mercado que crece rápidamente.
Mínimo impacto medioambiental de las baterías
Las medidas que propone la Comisión facilitarán alcanzar la neutralidad climática de aquí a 2050. La mejora de las baterías y de su rendimiento supondrá una contribución clave a la electrificación del transporte por carretera, lo que reducirá significativamente sus emisiones, aumentará el uso de vehículos eléctricos y facilitará una mayor cuota de fuentes renovables en la combinación energética de la UE.
Con esta propuesta, la Comisión también pretende impulsar la economía circular de la cadena de valor de las baterías y promover un uso más eficiente de los recursos con el fin de minimizar el impacto ambiental de las estas últimas. A partir del 1 de julio de 2024, solo podrán comercializarse las baterías de vehículos eléctricos e industriales recargables que cuenten con una declaración de huella de carbono.
Por otro lado, para mantener los materiales valiosos utilizados en las baterías durante el mayor tiempo posible en la economía europea, la Comisión propone establecer nuevos requisitos y objetivos sobre el contenido de materiales reciclados y la recogida, el tratamiento y el reciclado de las baterías en la parte final de su vida útil. Con ello, se garantizaría que la economía no pierda las baterías industriales, de automóviles o de vehículos eléctricos una vez prestado su servicio.
Para mejorar significativamente la recogida y el reciclado de baterías portátiles, el porcentaje actual de recogida, equivalente al 45%, debería ascender al 65% en 2025 y al 70% en 2030, de forma que la economía no pierda los materiales de las baterías que utilizamos en los hogares. Otras como las industriales, de automóviles o de vehículos eléctricos, deben recogerse íntegramente. Deben reciclarse todas las baterías recogidas y alcanzarse altos niveles de recuperación, en particular de materiales valiosos como el cobalto, el litio, el níquel y el plomo.
El Reglamento propuesto establece un marco que facilitará la reutilización de las baterías de los vehículos eléctricos para que puedan tener una segunda vida, por ejemplo, como sistemas fijos de almacenamiento de energía o como parte de la red eléctrica como recurso energético.
El uso de nuevas tecnologías de la información, como el pasaporte para baterías y el espacio de datos asociado, serán fundamentales para un intercambio de datos seguro, una mayor transparencia en el mercado de las baterías y la trazabilidad de las baterías de gran tamaño a lo largo de su ciclo de vida. Permitirá a los fabricantes desarrollar productos y servicios innovadores como parte de la doble transición ecológica y digital.
Mediante sus nuevas normas sobre la sostenibilidad de las baterías, la Comisión también promoverá a escala mundial la transición ecológica y establecerá un plan de acción para nuevas iniciativas en el marco de su política de productos sostenibles.
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