Existe una amplia diversidad de sistemas de refrigeración, pero es imprescindible adoptar una serie de pautas para limpiar el aire acondicionado y prolongar así su vida útil. Esto se alinea con las estrategias de eficiencia energética, ya que los aparatos de enfriamiento de aire son responsables de un 18% de nuestro consumo energético nacional.
Como consecuencia del calentamiento global, el uso de aire acondicionado en las viviendas privadas y locales públicos de nuestro país presenta un incremento llamativo durante estos 5 años más recientes. En España 1 de cada 3 hogares tiene instalado un equipo de climatización y la evolución va en aumento desde hace tres años con una subida en torno al 12% anual.
10 consejos para limpiar tu aire acondicionado
- Limpieza habitual. No todos limpian sus aires acondicionados de forma regular, lo que supone un error, ya que esto afecta a su funcionamiento y posibles averías. Debes limpiar el aparato con agua y jabón, desmontando y limpiando cada filtro por separado.
- Controles periódicos. Es importante hacer controles antes de que llegue el verano, cuando el uso de los sistemas de refrigeración aumenta. Un técnico revisará el sistema y el flujo de aire para que haya un ambiente óptimo.
- Ductos despejados. Por otro lado, también tienes que mantener los ductos limpios y sin obstrucciones, ya que son los canales que reparten el aire tratado entre el aparato y los espacios climatizados. Cuanta menos suciedad, mejor será el flujo de aire y menos polvo.
- Supervisión del módulo externo. La parte del sistema que queda fuera de la casa la debes revisar con frecuencia y, en caso de haber anomalías o fallos en el funcionamiento, tendrás que avisar a un técnico.
- Apagado cuando no se use. Acuérdate de desactivar el sistema cuando no lo estés usando, cosa esencial para prolongar su vida útil. Puedes poner el termostato a temperatura mínima o aumentar la potencia de noche, para ahorrar energía. Así evitarás tener el sistema a tope de manera continua.
- Chequeo anual. Otro factor importante es un buen mantenimiento con periodicidad anual, para garantizar el buen funcionamiento. Si lo usas mucho te recomendamos una puesta a punto trimestral, teniendo en cuenta los consejos del fabricante.
- Revisión de la batería. Debes limpiarla de manera regular con aire a presión o con un cepillo, para evitar reducir la eficiencia y la potencia térmica. Tu aparato puede llegar a bloquearse por este motivo. Ten en cuenta que al no tener filtros, la suciedad de la calle se acumula en la batería.
- Adecuación de la temperatura. La elección del aparato es crucial, teniendo en cuenta el espacio que quieres enfriar, para impedir el sobreesfuerzo. La diferencia de temperatura con el exterior no debería superar los 10 grados.
- Nivel del gas refrigerante. Las fugas de este agente enfriador son comunes, por lo que debes estar pendiente de la cantidad en todo momento, pero también para detectar y arreglar posibles fugas.
- Buen estado de los filtros. Límpialos con regularidad para evitar que acumulen suciedad y bacterias que pueden obligarlo a un esfuerzo desproporcionado que reduzca su eficiencia.
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