Las aguas de una inundación y el agua estancada son peligrosas, ya que pueden producir enfermedades infecciosas, daños por sustancias químicas y lesiones. Los primeros auxilios pueden curar rápidamente las heridas pequeñas, frenando las infecciones. Aquí tienes una guía para limpiar las heridas durante una inundación catastrófica como la DANA de Valencia de octubre de 2024, tanto por la riada en sí como durante el desescombro.
Guía para limpiar las heridas pequeñas después de la DANA
- Lávate las manos cuidadosamente con agua potable y jabón.
- No toques la herida con los dedos mientras la estés limpiando, poniéndote guantes de usar y tirar.
- Aparta la ropa y los accesorios que estén cerca de la herida.
- Presiona con las yemas de los dedos sobre la herida en caso de sangrar, para frenar la hemorragia.
- Espera a que deje de salir sangre antes de desinfectar la herida.
- Examina la herida de cerca, para ver si tiene suciedad o algún elemento incrustado.
- Echa un chorro de agua mineral o agua del grifo. Si tienes posibilidad de comprar solución salina en una farmacia, es lo mejor.
- Lava con agua potable y jabón la piel que rodea la herida.
- Seca la piel con un paño limpio, sin frotar, dando palmaditas, y cúbrela con una tirita, una venda adhesiva o una gasa sujeta con esparadrapo.
- No cubras con vendas las heridas profundas por objeto punzante ni las mordeduras que no hayas podido desinfectar a fondo, ya que pueden contener bacterias que produzcan infecciones.
- Si es posible, consigue medicamentos que calmen el dolor.
- Revisa la herida cada 24 horas sin falta.
Medidas para proteger a las personas de tu alrededor
- Evita el contacto con las aguas de la riada, sobre todo en caso de heridas abiertas.
- Lava cuidadosamente las heridas abiertas con agua y jabón.
- Cubre las heridas con vendajes impermeables.
- Acude a un médico o centro de salud si la herida se pone roja, se hincha o suelta pus.
- Busca atención sanitaria en caso de fiebre, dolor intenso, dificultad para respirar, palpitaciones o mareos.
Acude a un centro sanitario o médico en estos casos
- Objeto incrustado (tierra, astilla, metal o similar).
- Mordisco de animal.
- Incisión provocada por un artefacto puntiagudo y sucio.
- Infección evidente: enrojecimiento, hinchazón, pus o fiebre.
- Piel fría, húmeda o sudorosa.
- Mareos, palpitaciones, ahogos.
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