La figura esencial de una empresa especializada en limpieza de inmuebles y oficinas es el supervisor de limpieza, cuyo papel intermedio entre «los de arriba» y «los de abajo» es esencial para el encaje de todos los integrantes.
El supervisor es determinante para el buen funcionamiento de una empresa
El supervisor tiene un cometido básico en el engranaje de cualquier entidad comercial. Por lo tanto, es imprescindible entender los objetivos de la profesión y en qué consisten exactamente las tareas a realizar. En España a menudo se le llama también gerente de limpieza.
Como sucede en cualquier organización comercial, en una empresa de limpieza no es suficiente con usar tecnología puntera, productos de primera calidad y maquinaria de última generación. Es fundamental entender que la limpieza es todavía una labor manual que realizan personas de manera directa y presencial. Por muy automatizada que esté la labor, las máquinas correspondientes requieren un manejo humano.
Es por ello que tiene una importancia vital la educación que el supervisor de limpieza pueda transmitir a su personal en las técnicas más adecuadas, y que lo supervise para asegurar su utilización, así como que organice los trabajos para conseguir óptimos resultados de rentabilidad y servicio.
Formación que debe tener el supervisor de limpieza
- Preparación técnica para estar al tanto de los productos, maquinaria y técnicas de limpieza.
- Capacidad de gestión para llevar a cabo el trato directo con el cliente, lo que incluye la negociación y el cierre del presupuesto.
- Talento social y de relaciones públicas, ya que se interacciona con tres clases de individuos diferentes: el cliente, la directiva de la propia empresa y la plantilla.
- Competencia pedagógica: por la formación que se ha de dar al personal; muchas veces se ejerce de maestro.
Un supervisor incapacitado puede entorpecer la buena marcha de una empresa, por muy eficaz que sea el resto del organigrama. No en vano recae sobre este puesto la responsabilidad de ser un interlocutor que atienda al cliente, que escuche sus requisitos y que mantenga un canal de contacto siempre disponible. Pero a un mismo tiempo debe ser firme, es decir, sabiendo lo que se requiere y, por tanto, aportando seguridad al cliente. Debe ser también flexible, sabiendo transigir y adaptarse a las circunstancias.
Cualidades profesionales y humanas de un supervisor de limpieza
- Perfil sociable y adaptable a las circunstancias. Trabajará con tres sectores diferentes: la plantilla, la directiva y el cliente. Tres interacciones distintas con perspectivas diferentes, pero uno objetivo compartido: el mejor servicio posible.
- Buen negociador para regatear el presupuesto con el cliente.
- No solo atender, sino entender al cliente. Saber ver qué hay tras sus palabras.
- Maña para gobernar al personal con buenas maneras.
- Disposición para programar y coordinar las actividades.
- Facilidad para resolver problemas rápidamente, a menudo teniendo que improvisar sobre la marcha.
- Personalidad firme, que no se achanta y defiende sus decisiones.
- Capaz de aportar a su trabajo iniciativa y creatividad.
- Ingenio para ir enseñando la profesión a la cúpula directiva.
- Formación técnica con talento social.
- Tener un sexto sentido para entender cada situación.
- Actuar con prudencia y sin perder la calma, pero siempre en estado de alerta.
- Talante estable y coherente.
- Mentalidad adaptable a la coyuntura de cada momento.
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