Las necesidades de limpieza y desinfección de espacios y superficies van a ser las protagonistas en el sector de la limpieza profesional en los próximos meses.
A principios de febrero, cuando la pandemia del Covid-19 aún no había azotado a España, advertíamos desde nuestra revista Formación de Seguridad Laboral sobre la preocupante situación de desabastecimiento de mascarillas y otros equipos de protección, asegurando que España no estaba preparada si la epidemia nos golpeaba de lleno, como así ha ocurrido.
El resultado por desgracia ya lo conocemos y, entre otras cosas, somos el país con mayor número de personal sanitario contagiado por el virus.
Hoy desde la revista Limpiezas queremos dar a conocer otro riesgo en el horizonte, esta vez relacionado con las empresas y productos de desinfección.
Comienza el desconfinamiento gradual de la población Española y también las empresas volverán a operar en las próximas semanas y meses. En el momento de elaboración de este artículo se conocen algunos detalles de cómo será ese calendario con el que se pretende volver a una ‘normalidad’ en la que se produzcan de forma progresiva, y con condiciones, la reapertura de empresas, negocios y comercios.
Lo que seguro se va a producir es un aumento de las necesidades de limpieza y desinfección de espacios y superficies, para poder mantener la actividad y garantizar la seguridad de clientes y empleados.
Ante este escenario nos preguntamos nuevamente si España está preparada para este aumento de la demanda de productos y servicios de desinfección. En este caso podemos dar una buena noticia, pero también una alerta.
La buena noticia es que, al contrario de lo que ocurría con la capacidad productiva de España en cuanto a mascarillas y equipos de protección, nuestro país tiene un tejido productivo de industria química muy potente, de hecho somos un país exportador, y por tanto tenemos la capacidad de producir desinfectantes suficientes para cubrir las necesidades del país.
Entonces, ¿cuál es el problema?. El posible problema sobre el que queremos alertar es que, dependiendo del comportamiento de las empresas y del Gobierno, a pesar de la capacidad productiva se podría producir tensiones en el suministro de productos y servicios de desinfección. Si las empresas, comercios y negocios concentran su demanda sobre un número limitado de productos y de empresas prestadoras de servicios de desinfección y el Gobierno no ofrece la suficiente flexibilidad al mercado, podemos tener un nuevo problema de desabastecimiento.
Para explicar esta paradoja tenemos que empezar desde el principio. En España tradicionalmente tenemos dos sectores complementarios: el sector de la limpieza profesional y el sector de control de plagas, ahora denominado como sanidad ambiental. Este último, al trabajar con productos peligrosos (pesticidas, raticidas, etc.), biocidas (anteriormente, plaguicidas no agrícolas) en la jerga profesional, cuentan con unos requisitos más estrictos para su uso y manipulación -en concreto la empresa tiene que estar dadas de alta en el ROESB (Registro Oficial de Establecimientos y Servicios Biocidas) de las diferentes comunidades autónomas dependiendo del Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar Social-.
En este mismo sentido, podemos clasificar tradicionalmente los productos: para la limpieza y para la desinfección. Éstos últimos cuentan con unos requisitos para su autorización para su comercialización por su legislación propia (Reglamento 528/2012), en concreto estos productos tienen que estar registrados en el Registro Oficial de Biocidas del Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar Social.
Debe tenerse en cuenta que, conforme a la actual legislación de biocidas, tanto los productos para el control de plagas no agrícolas (insecticidas, rodenticidas, etc.) como los desinfectantes de manos o de superficies son productos biocidas.
Situación de los productos
Dentro del apartado de productos, podríamos citar los productos desinfectantes de superficies, que son los que ahora nos interesan. Éstos productos tenían que estar registrados anteriormente como Productos Plaguicidas y en el momento que se apruebe la sustancia activa biocida que le confiere ese poder biocida, deberán registrarse ya como productos biocidas siguiendo la legislación europea. Una vez deban registrarse como productos biocida, deberán ajustarse a los nuevos requisitos que marca el Reglamento 528/2012 y adaptar sus composiciones a las posibles restricciones que establezcan otras legislaciones como el Reglamento 1272/2008 CLP o el Reglamento REACH.
Esta pandemia ha pillado justo en pleno proceso de cambio y registro de productos, por lo que el número de productos registrados es limitado.
En este contexto, la industria química, sobre todo los fabricantes de productos de limpieza y desinfección de espacios y superficies, prosiguieron con la adecuación de los productos que así lo precisaran a la reglamentación europea, pasando de tener productos plaguicidas a productos biocidas. En la actualidad, el Programa de Revisión de todas las sustancias activas biocidas aún no ha terminado y durante este tiempo seguiremos conviviendo con la legislación española de productos plaguicidas y la reglamentación europea de productos biocidas. Por tanto esta pandemia ha pillado justo en pleno proceso de cambio y registro de productos, por lo que el número de productos registrados es limitado.
Ademas, de esa lista de productos registrados, el ministerio ha hecho una lista aún menor con los productos que señala como eficaces para eliminar el nuevo coronavirus que produce la enfermedad Covid-19. De esta manera, el número de productos es todavía más limitado.
A la vez, hay muchas peticiones de fabricantes para autorizar sus productos, bien para que los incluyan por primera vez en el registro como desinfectantes, bien para que los incluyan en el listado oficial de productos eficaces contra el nuevo coronavirus. O bien porque, aunque ya estaban autorizados, han realizado cambios en su formulación para que sean aptos como viricida contra el nuevo coronavirus (SARS-CoV-2), lo que requiere una nueva autorización.
Por tanto, como decimos, si se produce una concentración de la demanda en un número reducido de productos, si todas las empresas, comercios y negocios solicitan los mismos productos, sí tendremos problemas de suministro.
El contexto empresarial
En cuanto a las empresas de limpieza y desinfección de espacios y superficies, el número de compañías inscritas en el ROESB es también limitado. En su mayoría son empresas que realizan labores de control de plagas y sanidad ambiental, es decir con un expertis en plagas pero con menos experiencia en labores de limpieza.
En contra partida, hay muchas empresas de limpieza profesional, altamente especializadas en distintas técnicas de limpieza, pero no inscritas en ROESB
Por último son pocas las empresas de limpieza profesional que cuentan con división registrada de control de plagas y por tanto inscritas en el ROESB. Éstas empresas, que son las más preparadas para limpiar y desinfectar, como decíamos su número es el más limitado.
Por tanto nuevamente alarmamos del contexto empresarial que se puede producir si las empresas, comercios y negocios concentran su demanda de servicios de desinfección en un número reducido de compañías.
Por último, el sector ha seguido investigando e innovando y existen en la actualidad otros sistemas que garantizan la desinfección o que las compañías prestadoras de los servicios de limpieza y desinfección de espacios y superficies utilizan de forma complementaria, como la luz ultravioleta, el ozono, entre otros. Estos procesos se están usando con resultados satisfactorios, como parte de un procesos doble o triple que pasa por la necesaria limpieza y desinfección de los entornos, pues sin limpieza no hay una eficaz desinfección, pero no están contemplados en los listados oficiales.
A modo de conclusión, queremos dejar constancia de unas aclaraciones y recomendaciones:
1.- No se puede hablar de desinfección como proceso único. Limpieza y desinfección son conceptos que van ligados. No puede haber desinfección sin una limpieza previa, e incluso también una limpieza posterior a la desinfección.
2.- Las empresas de limpieza profesional están perfectamente capacitadas para realizar labores de desinfección complementando sus servicios de limpieza y es un servicio que legalmente pueden realizar. En todo caso, depende del tipo de desinfección: si se trata de una desinfección rutinaria asociada a un servicio de limpieza, con desinfectantes de uso profesional, el operario tendrá que tener conocimientos sobre uso de productos químicos y medidas de protección laboral. En caso de desinfecciones altamente especializadas, con desinfectantes de uso profesional especializado, las empresas deben estar inscritas en el Registro Oficial de Establecimientos y Servicios Biocidas, deben disponer de un responsable técnico y los aplicadores deberán tener el Certificado de Profesionalidad (curso de 370h).
3.- La Administración debe dotar recursos para agilizar el proceso de homologación de productos y que haya una mayor oferta de productos desinfectantes registrados y, por tanto, una mayor capacidad de producción, comercialización y suministro de productos adecuados.
4.- Se deben flexibilizar los requisitos para poder usar productos desinfectantes. No es lo mismo realizar una desinfección en una oficina, que una desinfección en un centro hospitalario o que realizar un tratamiento de control de plagas con productos altamente tóxicos. No parece lógico que haya solo una única homologación de empresas y sea la más estricta y que además y para mayor complicación está a nivel comunidad autónoma (ROESB,). Buscando un paralelismo, no hay un solo carné de conducir, porque no es lo mismo conducir un camión o una ambulancia que un turismo.
5.- Las empresas y comercios deben dejarse asesorar por las empresas de limpieza profesional, que les van a recomendar e indicar cuáles son las mejores acciones a realizar.
6.- La psicosis que genera la nueva situación no debe ir contra el sentido común y no se puede pretender que cualquier oficina o comercio tenga los mismos requisitos de desinfección que un quirófano. No permitamos que la psicosis o la desinformación tomen protagonismo en las decisiones de compra de las empresas, porque puede provocar la falta de productos y servicios donde son más necesarios. Se debe, por tanto, garantizar que las instalaciones críticas (centros hospitalarios, residencias de ancianos, salas blancas, etc.) dispongan en todo momento del suministro de los productos y sistemas de desinfección adecuados.
En definitiva, que la desinfección no se convierta en un nuevo problema.