El sector químico experimentó en 2021 un crecimiento de su cifra de negocios del 19,7% respecto a 2020, alcanzando un resultado de 77.241 millones de euros, tal y como Feiquerecoge en el informe Radiografía del sector químico español. Por su parte, las exportaciones se incrementaron un 21,1%, hasta los 44.527 millones de euros. Este inusual crecimiento respondió, por un lado, al comportamiento de la producción, impulsada por la alta demanda experimentada por los productos químicos, pero, sobre todo, por el incremento de los precios.
A pesar de que el ejercicio 2021 estuvo marcado por una demanda muy intensa y una oferta todavía
en proceso de ajuste, la evolución inflacionista de los costes de producción y operación (altos precios
de la energía, las materias primas y el transporte marítimo), presionaron de forma notable sobre los
márgenes de las compañías del sector químico.
Producción
La mayor parte de las plantas españolas mantuvieron un alto ritmo de operación hasta alcanzar un crecimiento sectorial del 5,9% que ha permitido recuperar ampliamente las 3 décimas perdidas en 2020. En el periodo 2007-2021, y a pesar de las crisis financiera y sanitaria globales, el sector químico acumuló un crecimiento productivo del 25,1% que contrasta con una pérdida de casi el 23% para el conjunto de la Industria española.
Los mayores crecimientos se han producido en los subsectores que estuvieron más afectados por el impacto de la pandemia, principalmente en la química básica, manteniendo un comportamiento más estable en el área farmaquímica. La elevada demanda y el impacto de los precios en 2021, también se vieron reflejados en el consumo de productos químicos por habitante en España, que creció un 17%, hasta superar los 1.800 de euros anuales.
Mercados exteriores
En 2021 el sector químico continuó siendo el 2º mayor exportador de la economía española, creciendo un 21,1% hasta la cifra récord de 44.527 millones de euros. De nuevo, esta cifra se debe fundamentalmente al incremento de los precios. La industria química continúa siendo un sector altamente internacionalizado al destinar un 57,6% de su producción a mercados exteriores.
Las exportaciones experimentaron un notable crecimiento del 21,1% hasta los 44.527 millones de euros, superando en seis puntos el ritmo importador. El sector consolida su posición como segundo mayor
exportador de la economía, generando en mercados internacionales casi el 60% de su cifra de negocios. Aunque el mercado demandante sigue concentrándose en la UE (60%), liderado
por Francia, Alemania e Italia, el sector mejora especialmente su posición en
mercados extracomunitarios como China, Brasil o Turquía.
Zonas geográficas
El crecimiento de la demanda continuó concentrándose en la UE (61,2%) si bien se aprecia una mayor penetración en los mercados extracomunitarios, que se incrementa un 26% desde 2000. De hecho, en regiones fuera de la UE es donde se han producido los mayores crecimientos. Es destacable que los once países a los que se exporta por un valor superior a 1.000 millones de euros representan el 63% del total de la cifra de negocios exterior lo que evidencia la gran capilaridad en mercados exteriores. Por lo que respecta al empleo, la industria química ha seguido generando puestos de trabajo estables y de calidad entre 2019 y 2021, registrando un ligero incremento de 3.700 asalariados en ese periodo. La cifra de empleo total generado supera ya las 710.000 personas contabilizando los puestos de trabajo indirectos e inducidos, que en conjunto suponen ya el 3,7% de la población activa asalariada de España. Asimismo, y en cuanto a la estabilidad laboral, el 93% de los empleos directos de la industria química (208.950) tienen carácter indefinido, con un salario medio por trabajador que supera los 38.000 euros anuales, un 67% más que el salario medio en España (22.800 euros/año).
El sector químico continúa representado el 13,3% del PIB Industrial de España de manera directa y el 5,4% del PIB nacional sumando sus efectos indirectos e inducidos. Genera empleo estable y de calidad de manera directa para 209.000 personas que alcanza los 710.000 considerando sus efectos indirectos e inducidos
(3,7% de la población activa asalariada en nuestro país).
I+D+I
Continúa siendo el principal inversor industrial en I+D+i (un 23,3% de la inversión de la industria en su conjunto), como palanca para desarrollar las tecnologías necesarias para alcanzar los objetivos de descarbonización, economía circular y digitalización contemplados en el Green Deal.
El sector químico continúa liderando la inversión industrial en esta área (un 23,3% de la inversión
de la industria en su conjunto), como palanca para desarrollar las tecnologías necesarias para alcanzar los objetivos de descarbonización, economía circular y digitalización contemplados en el Green Deal. Se destinan 1.721 millones de euros anuales y donde también encabeza la contratación de investigadores del sector privado, ya que 1 de cada 5 son contratados por la industria química. Esta fortaleza innovadora se evidencia de manera muy clara en que el 10,5% del valor añadido bruto de la industria química se destina a la inversión en I+D+i frente al 1,7% que arroja la media nacional y el 6,2% de la media industrial. La apuesta por la innovación se encuentra directamente ligada a la consecución de los objetivos de descarbonización y economía circular que, junto con la digitalización, se sitúan como vectores indispensables para ofrecer, por un lado, soluciones sostenibles a otros sectores y, por otro, mejorar los procesos propios y ser una industria todavía más eficiente, productiva y sostenible.
La industria química es uno de los principales motores económicos de España tanto por su solidez como por su tamaño, pero sobre todo por su capacidad tractora de la economía. De hecho, abastece de productos y tecnologías al 98% de los sectores productivos y se encuentra en la base de innumerables cadenas de producción.
Si bien los datos de 2021 subrayan la solidez del sector, el comportamiento en 2022 presenta incertidumbres geopolíticas y económicas evidentes, en las que, a la injustificable invasión rusa de Ucrania y sus graves consecuencias humanitarias, se une la escalada de precios energéticos iniciada en 2021 y una hiperinflación que amenaza la estabilidad de la mayoría de las economías mundiales.
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