Lavandería Desinfección en lavandería textil, ¿cómo hacer frente al Covid-19?

El pasado 12 de enero, la revista LIMPIEZAS junto con la empresa LACTIPS organizaron un evento digital en el que se abordaron distintos casos de éxito, buenas prácticas y protocolos en el ámbito de la Desinfección en Lavandería Textil en el contexto del Covid-19

De la mano de Antonio Borredá, director de la publicación, se desarrolló la jornada de mañana, que contó con la participación de profesionales del ámbito de la lavandería hospitalaria, lavandería hostelera y fabricantes de productos de lavandería. Por su parte, Borredá inició el evento dando las gracias a profesionales y asistentes (más de 300 personas se registraron para asistir virtualmente al evento, que obtuvo un 60 por ciento de conexión a la sesión en directo), y resaltó los numerosos eventos que la editorial junto a todas sus cabeceras han organizado durante el 2020, en formato digital, pero con la intención de continuar con su labor profesional.

Desinfección en lavandería

Jorge García, Bunisiness VP de Lapstic, explicó que el objetivo de la jornada es aprender y conocer numerosas buenas prácticas. Asimismo, resaltó antes de dar paso a los primeros ponentes, que durante todos los meses en los que la pandemia ha ocupado nuestro día a día, la sostenibilidad no se ha abandonado. “En un entorno Covid-19, la gente sigue aspirando a ser sostenible”. Según García, la sostenibilidad en el sector de lavandería textil industrial pasa por crear un proceso circular. En este sentido, Lactips propone unabolsa fabricada con un polímero natural biodegradable, con un cierre hidrosoluble y reciclada -se vuelve a usar-, porque el producto después del lavado está limpio. De esta manera, no acaba en el mar. “En el mercado se está valorado nuestro producto”, añadió García.

Uno de esos mercados es el hospitalario. David Martínez Lagarejo, jefe del Servicio de Hostelería del Hospital Central de Asturias, fue el responsable de explicar el proceso que se lleva acabo en la lavandería en su centro hospitalario.

En el servicio del principado de Asturias hay dos lavanderías, ambas dan servicio a varias áreas sanitarias. Su alcance en cifras es: 2.232 camas, 16.390 profesionales y 58 centros de atención primaria. Podemos ver que tiene un importante alcance.

Si se compara su actividad entre 2019 y 2020, “vemos que hemos tenido una reducción en cuanto a la ropa procesada. Sin embargo, en este último año hay dos etapas concretas: la primera marzo y abril, en la que hay una reducción de producción porque los hospitales pasaron a ser ‘hospitales Covid’; y la segunda, durante la segunda ola, que fue más acusada que la primera”.

En todo este periodo, el procesado de uniformidad, ha sido algo bastante significativo, se ha incrementado, “a causa del aumento de las plantillas por la pandemia, la modificación de los hábitos (algunos no usaban uniformidad completa) y la mayor rotación”, explica Martínez.

El objetivo de una lavandería es el procesado de la ropa con el que se busca proteger de posibles infecciones, como el Covid-19, a los pacientes y a los profesionales. Desde este punto de vista hay tres fases: la segregación (identificación de dónde viene y su trasporte a la lavandería), la clasificación y el lavado. Cada una de ellas con sus circunstancias especiales, entre las que destacó que, en esta pandemia, hay que ser muy cuidadosos con la ropa contaminada (correctamente identificada) y con la desinfección de los lugares donde se ha depositado.

Además, los equipos de protección individual de los trabajadores, que depende según el puesto y su riesgos laboral, también han sido clave para proteger a los empleados. Otra casuística de esta pandemia es que, en los peores momentos de esta crisis sanitaria tuvieron un desabastecimiento de bolsas hidrosolubles, entre otros.
Asimismo, en la lavandería han implementado medidas organizativas adicionales: compartimentación de turnos, como grupo burbujas; entradas y salidas de turno escalonadas; y establecimiento de turnos para los descansos.

Para el ámbito de lavandería profesional, el Ministerio de Sanidad indicó lavar a 90 grados con el detergente habitual de la lavandería, y, si no se puede alcanzar esa temperatura, se utilizarán productos de descontaminación o aditivos específicos. “En nuestras lavanderías en lavado de ropa plana (sábanas y colchas…), el proceso combina la parte térmica con la química. Combinación de alta temperatura y detergente alcalino y blanqueante. Y luego un suavizado para quitar estos productos; por último, si quedasen restos contaminantes, el planchado a alta temperatura lo eliminaría.

La ‘ropa de forma’ se procesa con desinfección térmica y desinfección química similar a la lejía, y acabado con el secado en el túnel de unos 180 grados”, concluyó.

El profesional comparó su proceso y casuística con otras lavanderías españolas similares y resultó ser muy similar en cuanto a la sistemática, asimismo también han aumentado en esos casos el procesado de la uniformidad.

Para terminar, resaltó la incidencia del Covid-19 en su centro. “Son 154 trabajadores en total en las dos lavanderías de distintas categorías profesionales; tuvimos 5 casos Covid-19 positivos en una misma lavandería, 3 durante la primera ola y 2 en la segunda ola. Desde el punto de vista de riesgos laborales, no encontraron que tuvieran relación entre ellos, se entiende que el contagio se produjo fuera”. Estos positivos no se dieron en la zona sucia, luego las medidas tomadas han dado resultado.

Respecto a la trasmisión a través de la ropa, la tasa de contaminación nosocomial cuenta con estudios que indican que es de un 12,5 por ciento de casos, datos del entorno hospitalario en Inglaterra e Italia. Cada estudio depende de muchos factores, y lo que demuestran es que no hay incidencia demasiada importante. La ropa sí es un claro agente de contagio, pero la carga viral se reduce de forma muy significativa con el paso del tiempo. La conclusión es que la trasmisión nosocomial a través de ropa procesada en lavandería es prácticamente inexistente.

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