Desde la asociación AFELIN, ¿cómo ven el año 2022 para el sector de la limpieza e higiene profesional, en concreto, para las empresas de servicios de limpieza?
2020 fue un año muy desigual para nuestro sector. Hubo empresas a las que les fue muy bien y crecieron mucho alentadas por la pandemia, pero otras muchas se vieron abocadas a una dramática situación económica que, incluso, les llevó a echar el cierre. Por el contrario, el año pasado fue un año de reactivación. A medida que los diferentes sectores de actividad se fueron recuperando, también lo hizo el nuestro.
El año pasado, además, aún perduraba esa necesidad de dotar de seguridad a clientes o trabajadores a través de la limpieza, por lo que nuestro sector se vio bastante consolidado y fortalecido. Para este 2022, confiamos en que nuestros clientes sigan apostando por la limpieza y la higiene, pero no ya por una cuestión de hacer frente al coronavirus, que tarde o temprano acabará desapareciendo, sino porque haya calado la idea de que la limpieza y la higiene es, además de imagen, prevención y seguridad.
¿Qué cambios relevantes se han producido en la actualidad en el sector respecto a adquisiciones, ceses, inversión internacional, etc.?
La pandemia ha dejado un panorama muy atractivo en nuestro sector y estamos asistiendo a movimientos corporativos interesantes, de los que hago una lectura positiva, ya que observo que nuestro sector está despertando un interés que antes no tenía, sobre todo por la entrada en escena de grandes fondos de inversión. Esta circunstancia anuncia un cambio de tendencia que, espero, se traduzca en un potencial de crecimiento.
Respecto a AFELIN, ¿cuáles son los objetivos a perseguir este año? ¿Cuáles son los principales asuntos en los que trabajarán, teniendo en cuenta todo lo que preocupa al sector?
Nuestras preocupaciones como industria no difieren mucho de las que llevamos años teniendo. En primer lugar, señalo la necesidad de valorizar nuestro sector para no caer en el eterno problema de la dictadura del precio con ofertas no ya sin margen de beneficios, sino a pérdidas. Parecía que esta situación se había corregido durante los primeros compases de la pandemia, cuando los clientes no escatimaban gastos por ofrecer seguridad a sus clientes para seguir prestando sus servicios; pero a medida que ha ido pasando el tiempo y que todo se ha ido relajando, volvemos a encontrarnos con esta problemática.
Otra de las cuestiones que nos preocupa, y nos ocupa, es el absentismo, un problema endémico en nuestro sector y que conlleva un gasto ingente para nuestras empresas. La sexta ola ha generado que el absentismo se haya disparado a cotas nunca vistas, y eso que nuestro sector ya adolecía de unos índices desorbitados. Durante estos meses, las empresas estamos teniendo muchos problemas para encontrar personal. Por eso, desde AFELIN hemos solicitado al Gobierno, a través de CEOE, que facilite la contratación de extranjeros en aquellos puestos que están siendo muy difíciles de cubrir como son los de limpiadores/as y cristaleros/as. Hay que enmarcar esta petición dentro del preocupante contexto actual, que está provocando situaciones caóticas en las plantillas y pérdidas económicas superiores a los exiguos márgenes de rentabilidad. Por lo que dar respuesta a esta necesidad es apremiante y ayudará no solo a que nuestras empresas superen esta época de dificultad.
La subrogación será otro de nuestros caballos de batalla sobre el que ya llevamos años trabajando y sobre el que seguimos manifestando nuestra absoluta disconformidad. Asumir una subrogación y tener que responder solidariamente de las deudas salariales contraídas por nuestros antecesores es un grave problema que atenta no solo contra nuestras empresas, sino también contra la administración pública y los propios clientes. Los riesgos a los que se ven sometidos las empresas no compensan. Por eso, muchas licitaciones públicas se están quedando desiertas, lo cual revierte en el cliente.
Finalmente, desde AFELIN quiero trabajar en mejorar la representatividad en algunas regiones y provincias que, o bien no cuentan con representación actualmente, o que la que hay no cumple las expectativas del sector. En este sentido, desde AFELIN vamos a iniciar una ronda de encuentros que nos llevará por toda España para valorar el margen de mejora que existe en cada una de las comunidades.
Necesitamos hacer de nuestro sector una industria fuerte y unida, y eso solo se consigue con cambios estructurales
¿Cuáles son los principales cambios que se han producido en el sector tras la crisis sanitaria del Covid?
Fundamentalmente en AFELIN hemos notado tres cambios. Por un lado, nuestros clientes nos demandan más frecuencias en las labores de limpieza. También hemos pasado de utilizar productos más tradicionales a productos biocidas (únicamente aquellos para los que estamos autorizados con nuestra homologación de empresas) y, finalmente, hemos empezado a hacer servicios relacionados con la calidad del aire, lo cual presenta grandes oportunidades, sobre todo teniendo en cuenta que el coronavirus y otras enfermedades se traspasan a través del aire.
¿Qué impacto está teniendo la tecnología en estos nuevos modelos de servicios? ¿Hay algún otro factor que este sirviendo de palanca?
Está claro que la tecnología ha influido notablemente en la mejora de las aplicaciones, con una maquinaria que optimiza el trabajo y el ahorro a todos los niveles. Sin embargo, aún hay mucho camino para que la tecnología impacte en nuestras empresas en gestión de personal. Debemos tener en cuenta que nuestros empleados se encuentran diseminados por diferentes centros de trabajo y la tecnología puede hacer que la gestión de personal y de administración no sea solo más sencilla, sino también más eficiente y con márgenes para el ahorro.
¿Cree que la importancia que se ha dado a la limpieza e higiene perdurará en el tiempo? ¿En qué medida cree que ha cambiado la percepción que teníamos de la limpieza?
Soy optimista y creo que sí. Gracias a la pandemia, hemos conseguido visibilizar una labor que antes pasaba desapercibida para la mayoría de las personas y sobre la que la sociedad únicamente recalaba si algo no funcionaba bien. Aunque no nos hubiera gustado tener que vivir una pandemia para conseguir el reconocimiento que merece nuestro trabajo, lo cierto es que debemos aprovechar esa oportunidad para ponerlo en valor y situarnos como un sector transversal y estratégico para el buen funcionamiento de otros sectores y servicios. El caso de los hospitales es quizás el más obvio, pero lo cierto es que hay multitud de actividades que no podrían prestarse de forma adecuada si no fuera por nuestro trabajo.
Yo creo que el primero paso, el de la visibilización y el reconocimiento, lo hemos conseguido. Ahora nos queda por delante el gran reto de que la sociedad, en general, y las empresas, en particular, aprendan a valorizar nuestra actividad, de modo que nuestro trabajo no se decida por precio, sino por la calidad y eficacia de nuestros servicios.