Recientemente, ha sido nombrado director general de ANECPLA. ¿Querría comentarnos brevemente su trayectoria profesional y su relación con ANECPLA?
Mi relación con ANECPLA se remonta a hace ya más de una década, cuando comencé a colaborar con la asociación impartiendo cursos formativos para aplicadores y responsables de protectores de la madera, campo en el que he desarrollado buena parte de mi carrera profesional. De hecho, la promoción de la madera como material de construcción ha sido el eje de mi trabajo en el Instituto Nacional de Investigaciones Agrarias (INIA). Posteriormente, mi labor de formación en ANECPLA continuó en el Centro de Estudios de Sanidad Ambiental (CEDESAM), perteneciente a ANECPLA, profundizando más en mi relación con esta área, hasta que finalmente tuve la ocasión de participar en dos de los eventos más relevantes del sector de la Sanidad Ambiental: las ediciones de 2016 y 2019 de EXPOCIDA Iberia y EXPOCIDA Madera, respectivamente. Y desde entonces sigo ligado a este apasionante trabajo, hace algo más de un año como subdirector de ANECPLA y desde el mes de agosto, como director de la asociación, tras la jubilación de mi predecesora, Milagros Fernández de Lezeta.
¿Cuáles son sus retos profesionales como director general de la Asociación Nacional de Empresas de Sanidad Ambiental?
En los últimos tiempos, el sector de la Sanidad Ambiental ha protagonizado grandes avances. Una trayectoria constructiva en la que ANECPLA ha protagonizado un papel fundamental, agrupando a buena parte de las empresas del sector, la mayor parte de las cuales son pymes y micropymes. Esta fuerza conseguida a través de la unión ha dado como resultado un buen número de avances y logros. Mi objetivo fundamental como director general de ANECPLA pasa sin duda por seguir trabajando para situar a nuestro sector en el lugar que se merece, fortaleciendo aún más nuestra interacción con las Administraciones públicas, y visibilizando el importante papel que los profesionales, que trabajan día a día en este ámbito de la Sanidad Ambiental, representan a nivel social como garantes de la calidad de vida de todos los ciudadanos.
¿Qué objetivos están en la agenda de la asociación, que usted perseguirá desde su nuevo cargo?
ANECPLA es una asociación imparable, inmersa continuamente en proyectos y labores especializadas en la Sanidad Ambiental, todos ellos dirigidos a lograr el bienestar de la sociedad. En este sentido, mis retos como director general se alinean a la perfección con los objetivos de la asociación, siendo actualmente la visibilización del sector y su reconocimiento uno de los principales objetivos.
¿Cuáles serán las principales demandas del sector ante la Administración pública?
Las relaciones de ANECPLA con las Administraciones públicas son en general muy positivas y fluidas. En la actualidad, estamos trabajando codo con codo con muchas de ellas en labores de prevención y gestión de plagas, Legionella y un largo etcétera. Las numerosas especies invasoras que han aparecido en España en los últimos años, sumado al aumento de enfermedades zoonóticas, convierte al sector en pieza clave en un futuro a medio y largo plazo en lo que a protección de la salud y de la calidad de vida de los ciudadanos se refiere. En este sentido, creemos en la necesaria colaboración entre Administraciones públicas, el sector de la Sanidad Ambiental y la sociedad en su conjunto para afrontar este reto ambiental que se nos presenta y superarlo satisfactoriamente. Hoy por hoy, ANECPLA es ya un referente en el área de la Sanidad Ambiental para la Administración pública. Nuestro trabajo pasa por reforzar esta realidad y que la asociación sea tenida en cuenta siempre a la hora de tratar y regular cualquier tema relacionado con este campo de actuación.
Durante la crisis sanitaria del Covid-19, usted formaba parte del equipo ejecutivo. ¿Qué podría destacarnos de esos primeros momentos? ¿Cuál fue la labor de ANECPLA?
Desde el momento en el que se inició la pandemia, las desinfecciones profesionales pasaron a ser prioritarias, y fue en ese momento cuando el compromiso de los profesionales del sector de la Sanidad Ambiental, que fue decretado como ‘servicio esencial’, con la sociedad se hizo más patente que nunca, en un momento en que la sensibilidad de la población era enorme. Posteriormente, una vez pasado el Estado de Alarma, la labor del sector volvió a ponerse de manifiesto cuando, tras meses de cierre y de falta de mantenimiento, muchas instalaciones volvieron a ponerse en marcha en un momento en el que el riesgo de ataque de organismos nocivos era muy elevando y hubo que ejecutar tratamientos de choque. En aquellos momentos, también nos esforzamos mucho por aportar toda la luz y claridad informativa posible en un momento donde las informaciones eran muchas veces contradictorias y donde proliferaban tratamientos que no contaban con el aval científico requerido. Fue un momento duro, donde tuvimos que esforzarnos mucho contra el intrusismo que surgió al calor de la necesidad de los ciudadanos para que no empañara la impecable labor realizada por los miles de profesionales en toda España que realizaron entonces su trabajo con el mismo temor al contagio que teníamos todos, pero sobreponiéndose a él llevados por la responsabilidad y el sentido del deber.
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