En España, ¿están las viviendas libres de plagas? ¿Es realmente un problema en nuestro país?
Dentro del parque inmobiliario que tenemos en España, especialmente el más antiguo y el más envejecido, una gran mayoría es susceptible de poder servir como refugio de ciertas especies. El gozar de estos espacios de abrigo es algo que indudablemente puede ayudarlas a multiplicar sus poblaciones, lo que puede llegar a derivar en un problema de salubridad y/o convivencia, entre otros.
La inexistencia de imperativos legales que exijan que las edificaciones tengan en cuenta las plagas a la hora de ser proyectadas (o reformadas), hace que éstas sean tanto más vulnerables.
Si bien a día de hoy no podemos decir que la presencia de plagas en edificios sea un problema generalizado, si podemos afirmar que, adoptando unas ciertas medidas, el problema podría ser mucho menor. Sin duda, lo que sí podemos decir, es que cuando ciertas especies se instalan en edificaciones y proliferan, pueden llegar a convertirse en un grave problema para los habitantes o usuarios de ésta y su erradicación puede ser algo más complicada.
ANECPLA ha presentado recientemente la primera guía para la prevención de plagas desde el diseño de una edificación. Esto es un hito para el sector de las plagas y para el de la edificación. ¿Puede explicarnos por qué?
Efectivamente, hace algo más de un mes hemos presentado la Guía para la prevención de plagas a través del diseño en la edificación, la cual ha sido elaborada por el Grupo de Trabajo de Protección de Edificación de ANECPLA.
La importancia que tiene radica en el hecho de que es la primera guía de este tipo que se elabora en nuestro país. En un momento de reactivación del sector de la construcción y de gran renovación del parque inmobiliario de España, no deberíamos dejar pasar la ocasión para introducir recomendaciones que posibiliten el cumplimiento de estándares o referencias para minimizar la vulnerabilidad de los edificios frente a la proliferación de plagas.
Sobre el contenido de la guía, nos parece que éste resulta muy relevante, ya que facilita las labores de prevención, vigilancia y mantenimiento en lo que a gestión de plagas se refiere en cualquier tipo de instalación.
Concretamente, esta guía técnico-sanitaria está destinada a establecer los principios y las soluciones técnicas más eficientes en materia de gestión de plagas en los edificios públicos, viviendas y proyectos urbanísticos, en todas las fases de la vida del edificio: diseño-proyecto, ejecución de obra, funcionamiento, restauración y/o rehabilitación, aportando una serie de recursos y mecanismos que reduzcan su vulnerabilidad.
En su opinión, ¿por qué es tan importante fijarse en este aspecto desde la fase del diseño de cualquier inmueble?
La planificación territorial y urbana tienen un papel fundamental en el estado de salud y bienestar de los ciudadanos, tal y como ha sido reconocido e incluido en numerosas políticas, guías y recomendaciones internacionales sobre salud y urbanismo sostenible.
Dentro de estos preceptos, los edificios deben construirse y funcionar para minimizar los hábitats que favorecen la entrada y proliferación de las plagas en ellos. Un enfoque preventivo y proactivo mediante un mejor diseño y construcción de nuestras ciudades y viviendas es sin duda la línea de acción más sostenible, sencilla y económica.
¿Cuáles son las especies que pueden habitar en nuestros edificios y convertirse en plaga?
En esta Guía para la prevención de plagas a través del diseño en la edificación se mencionan ciertas especies como ra-tas, ratones, palomas o insectos como cucarachas, chinches, mosquitos, termitas, pulgas, garrapatas, abejas, avispas, termitas… Pero también se habla de otras que nos pueden parecer menos obvias como moscas, hormigas, gatos, murciélagos…
Si bien algunas de ellas no son en sentido estricto especies plaga como los pececillos de plata, en ocasiones o en algunas circunstancias en ciertos ámbitos puede tener una incidencia negativa (por ejemplo, cuando la población supera un umbral de tolerancia subjetivo o se ubica en espacios sensibles), por sus posibles repercusiones para las personas usuarias o habitantes de los edificios.
En definitiva, las medidas propuestas en esta publicación tratan de evitar no solo la proliferación de plagas, sino la mera entrada o anidamiento en estructuras o dependencias de estas u otras especies como método sostenible de gestión que evitaría la adopción de medidas activas de captura o destrucción de hábitats. La convivencia puede verse rota, o la salud ser puesta en juego, sin necesidad de que se llegue a un nivel en el que consideremos que estemos frente a una plaga.
Desde la prevención, insistimos, no habrá lugar para este tipo de incidentes y menos aún para plagas.
¿Qué problemas pueden acarrearnos las plagas si, particularmente, éstas se encuentran en los edificios que habitualmente habitamos?
Los problemas que la presencia de estas especies (insistimos, no es necesario que sea una plaga para que puedan convertirse en un problema o acarrear consecuencias) pueden traer vienen desde la mera convivencia, resultando incómoda la cohabitación con ellas, a posibles problemas de salud por la transmisión de enfermedades zoonóticas, riesgo de mordeduras o picaduras, o la posibilidad de que favorezcan la proliferación de otro tipo de especies (por ejemplo, una población de gatos puede favorecer la aparición de pulgas). También pueden llegar a suponer daños en las estructuras de las edificaciones y, por supuesto, acarrearán un gasto económico para lograr echarlas de la edificación y/o reparar elementos dañados.
Además, solventar un episodio de este tipo sin invertir en prevención nos vuelve automáticamente vulnerables a que algo igual o similar vuelva a suceder.
¿Qué se propone desde la guía y a quién va dirigida, principalmente?
La guía establece recomendaciones y estrategias que sirvan de referencia a arquitectos y otros colectivos interesados para prevenir y minimizar los riesgos a los que están expuestos los edificios y sus usuarios en materia de plagas.
En ella se exponen toda una serie de factores a tener en cuenta a la hora de proyectar las edificaciones, muchos de ellos pequeños detalles que podrían pasar desapercibidos y en los cuales puede estar la diferencia entre permitir que ciertas especies aniden o no.
Otra cosa de gran valor que aporta esta guía es una serie de soluciones concretas a distintos escenarios de vulnerabilidad frente a plagas en edificaciones ya existentes, por lo que demuestra que nunca es demasiado tarde para trabajar en la prevención en nuestros edificios.
Este documento nace con la vocación de servir de ayuda y con la convicción de que en la actualidad es más necesario que nunca gestionar el control de plagas desde un enfoque integrado y multidisciplinar. Y más aún ante la evidencia de que en un futuro inmediato la biodiversidad urbana sufrirá cambios importantes y que los riesgos asociados a plagas y vectores, así como los problemas de cohabitación entre humanos y animales en las zonas urbanas, generarán problemas emergentes o reemergentes.
Este documento no es de obligado cumplimiento. ¿Existe en el Código Técnico de la Edificación alguna indicación sobre el aspecto que cubre la guía de ANECPLA? ¿Quizás en los apartados que hacen referencia a la seguridad e higiene de las edificaciones?
Por muy evidente que pueda parecer esta cuestión a la hora de garantizar la seguridad y la higiene para los usuarios, hasta este momento no existía una guía en este sentido ni indicación alguna dentro del Código Técnico de la Edificación (CTE).
Con todo, esta guía espera ser un impulso que ayude en el desarrollo reglamentario de esta materia dentro del ámbito del CTE, pasando de ser meras recomendaciones a ser requisitos básicos para cumplir con la salubridad de las edificaciones.
En la actualidad, al no planificar esta cuestión desde el diseño, ¿qué vulnerabilidades presentan, en general, los edificios españoles que atraigan la proliferación de plagas?
Son muchas las vulnerabilidades que presentan las edificaciones no correctamente planificadas desde este enfoque, probablemente muchas más de las que podamos imaginar en un primer momento, muchos de ellos no visibles a nuestros ojos: un mal ajuste en las carpinterías, no sellar huecos en torno a tuberías… Pero en muchas ocasiones el problema no es el elemento constructivo en sí, como podría ser una marquesina, una cornisa, un tejado… sino más bien problemas como la difícil accesibilidad a ellos, lo que no permite una oportuna vigilancia del espacio o dificulta la tarea de erradicación.
Estas previsiones desde el diseño, ¿facilitarán después alguna otra acción u operación en los edificios? ¿Cuáles y por qué?
Efectivamente, esta guía trabaja no solo desde la perspectiva de proyectar medidas que eviten el anidamiento o proliferación; también aporta los mecanismos necesarios para que, si finalmente nos encontramos con incidentes de este tipo (es imposible ser totalmente infalibles), lograr un oportuno control y eliminación sea posible y más sencillo, facilitando el trabajo de los técnicos expertos al entender la manera en que estos desarrollan su trabajo.
¿Conocen cuál ha sido la respuesta del sector ante esta guía?
Las sensaciones que nos están llegando desde su publicación están siendo muy positivas y aplauden la iniciativa. Lleva muy poco tiempo publicada, así que solo esperamos que su puesta en práctica también se ponga en marcha y avancemos en materia de prevención, que es la mejor de las formas en que podemos abordar los problemas.