¿Qué función tiene la Unidad Militar de Emergencia? ¿Cuáles son las principales labores de la UME? ¿Para qué y cuándo fue creada esta unidad?
La UME nace para mejorar la respuesta del Estado a las emergencias, convirtiéndose en la unidad de primera intervención de las Fuerzas Armadas en estas situaciones.
La UME es una fuerza conjunta, organizada con carácter permanente, que tiene como misión la intervención, en cualquier lugar del territorio nacional o del extranjero, para contribuir a la seguridad y bienestar de los ciudadanos junto con las instituciones del Estado y las Administraciones Públicas, en los supuestos de grave riesgo, catástrofe, calamidad u otras necesidades públicas, conforme a lo establecido en la legislación vigente.
¿Cuáles han sido las principales tareas que ha llevado a cabo la UME frente a la crisis sanitaria del Covid-19 durante las primeras semanas del Estado de Alarma?
La Unidad Militar de Emergencias comenzó su despliegue el día 15 de marzo dentro del marco de la Operación ‘Balmis’, que así se denomina la operación de apoyo de las Fuerzas Armadas frente al COVID-19.
Desde un primer momento las misiones encomendadas fueron las de reconocimiento e identificación de posibles puntos críticos para su posterior desinfección como aeropuertos, estaciones, puertos, comisarías, centros penitenciarios, así como en instalaciones críticas como hospitales o residencias de mayores entre otros.
Mención especial merece las más de 4.000 actuaciones en residencias de mayores de toda España, donde además de realizar desinfecciones reactivas, donde había casos confirmados y preventivas, se puso en marcha un plan integral junto con la Comunidad de Madrid para asesorar al personal de estos centros en medidas como la sectorización (redistribución de espacios, establecimiento de zonas rojas, verdes y de tránsito) y reordenación de actividades para reducir los contagios, favorecer la eficacia de la desinfección y saber cómo actuar ante casos confirmados.
Otra de las misiones asignadas a la UME ha sido la del traslado de pacientes afectados por el SARS-Cov-2 desde diferentes hospitales de varias comunidades autónomas hacia otros centros sanitarios, hospitales de campaña como el de IFEMA (en el caso de Madrid) u hoteles medicalizados para la ocasión.
Tras estas semanas iniciales, la UME ha puesto en marcha un programa formativo para compartir la experiencia adquirida durante este tiempo, especialmente en materia de actuación integral en residencias, con los numerosos servicios civiles especializados y unidades militares, bien mediante charlas informativas en diferentes localidades o en la Escuela Nacional de Protección Civil, con la que está colaborando en la organización y diseño de cursos sobre técnicas de seguridad y actuación para equipos de primera intervención en labores de desinfección de espacios y edificios.
En el marco de las colaboraciones se apoyó a la Consejería de Sanidad de la Comunidad de Madrid en el traslado de fallecidos desde los hospitales a los tres depósitos intermedios habilitados en la Comunidad de Madrid.
También se han realizado misiones de concienciación e información a la población, labores de transporte logístico.
En materia de desinfección, ¿podría detallarnos cuándo comenzaron sus intervenciones y en qué instalaciones y lugares?
Las intervenciones en materia de desinfección comenzaron, como ya hemos comentado, desde un primer momento, y diariamente se desplegaban militares desde todas sus unidades (Madrid, Sevilla, Islas Canarias, Valencia, Zaragoza y León), con la finalidad de abarcar el mayor número de poblaciones del territorio nacional y de instalaciones entre las que se encontraban, además de las anteriormente citadas, residencias de mayores, hospitales y centros de salud de la red sanitaria, aeropuertos, estaciones de tren y metro, comisarías, juzgados, centros de control, establecimientos penitenciarios, marquesinas de autobuses, parques de niños, etc.
La UME cuenta entre sus unidades con el Grupo de Intervención en Emergencias Tecnológicas y Medioambientales (GIETMA), un equipo especializado para actuar en emergencias provocadas por riesgos tecnológicos, incluyendo los riesgos químico, nuclear, radiológico y biológico, como es este caso. Entre sus misiones y preparación está la de actuar en ambientes con gran carga vírica y descontaminar tanto a personas como a material, es por ello que cuenta con personal y material específico para ello como son los nebulizadores, estaciones de descontaminación y durante la operación comenzaron a trabajar con la tecnología Ultravioleta para eliminar el agente virológico.
¿Con qué herramientas o procedimientos se llevaron a cabo las desinfecciones?
Para esta misión se han seguido principalmente las recomendaciones dadas por la OMS, las Órdenes y Guías emitidas por el Ministerio de Sanidad.
Entre el material utilizado están las mochilas pulverizadoras, nebulizadores portátiles y cañones difusores que la UME ha adaptado a los depósitos de sus vehículos, para aumentar la capacidad de desinfección con hipoclorito sódico, consiguiendo así un recubrimiento más efectivo en grandes espacios en un corto periodo de tiempo.
Para la desinfección se ha utilizado como regla general una mezcla de agua con hipoclorito al 0,5% el cual distribuyen de manera homogénea por toda el área a desinfectar. En las instalaciones sanitarias e instalaciones con casos confirmados, siempre ataviados con su EPI, utilizan el equipo con medios portátiles de desinfección tipo mochila o aerosol, con el cual están realizando la limpieza y desinfección de superficies y mobiliario, haciendo hincapié en las superficies que se tocan con frecuencia como pomos, interruptores, reposabrazos, baños e inodoros. Durante la desinfección las ventanas se mantienen cerradas permaneciendo así el tiempo necesario de actuación del producto. Durante ese periodo, se prohíbe el paso al personal y tras esto abren las ventanas para lograr una correcta ventilación.
El servicio de veterinaria de la UME, con gran experiencia en labores de desinfección en acuartelamientos y bases militares en las operaciones en el exterior, ha tenido un importante papel para determinar las mezclas y los agentes químicos a utilizar en cada caso, como es el uso de nebulizadores.
El procedimiento con estos nebulizadores comienza con una desinfección manual con hipoclorito sódico en toda la estancia, centrándose en aquellos objetos o partes más susceptibles de tener contacto, como pomos, mesas, sillas, puertas, teléfonos, etc. Una vez realizada esta desinfección manual es el turno de los equipos con nebulizadores de peróxido de hidrógeno, quienes con este procedimiento logran llegar a desinfectar las partes más difíciles. De esta manera primero comienzan con la desinfección de volúmenes generales asegurándose de que la nube desinfectante impregna todo el volumen de la estancia comenzando desde el punto más alejado hasta la salida.
Para la desinfección de bienes de interés cultural se ha seguido la Guía de recomendaciones del Instituto del Patrimonio Cultural de España (IPCE). Este documento recoge las pautas de actuación para los casos necesarios de desinfección de entornos, que afectan a bienes culturales, definiendo los procedimientos, los productos más adecuados para cada tipo de material y las formas de aplicación más convenientes en su caso.
Concretamente, en estos casos se ha utilizado una mezcla de agua y jabón neutro (Polisorbato 20) al 0,5%, aplicado a través de una autobomba provista de una lanza de presión regulable. Los zócalos de granito, vallas perimetral y las rejas metálicas se han desinfectado por medio de mochilas de nebulización con una disolución de agua destilada y etanol al 70%.
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