Hoy en día, la automatización de los procesos de limpieza y desinfección en la industria alimentaria es una tendencia en continuo crecimiento. Y lo es en cuanto las empresas se centran en utilizar innovación para automatizar tanto los procesos de producción como los de limpieza y desinfección. Todo ello enfocado a conseguir procesos de higiene más seguros, fiables y validables que ayuden a garantizar la inocuidad de los alimentos.
En este sentido, la automatización es un paso clave para validar los procesos de higiene, ahorrar en recursos, estandarizar consumos de servicios y productos, así como realizar una apuesta firme por la sostenibilidad.
Uno de los sistemas para optimizar los procesos de limpieza y desinfección es la Higienización por Cavitación. Se trata del uso de ultrasonidos que junto a la utilización de productos específicamente diseñados, permite eliminar la suciedad y reducir la contaminación microbiana. La Higienización por Cavitación consigue reducir tiempos y automatizar los procesos de limpieza y desinfección, otorgando un elevado poder de desinfección y capacidad de limpieza a las industrias, incluso con la suciedad más incrustada.
Hoy en día, la automatización de los procesos de limpieza y desinfección en la industria alimentaria es una tendencia en continuo crecimiento
Otro claro ejemplo de automatización en la industria alimentaria es el lavado automático de cintas. A través de un sistema de limpieza perfectamente diseñado se logra asegurar un máximo grado de limpieza y desinfección, eliminando la suciedad de los puntos de difícil acceso. Este proceso de limpieza, además de resultar primordial para una completa higiene, es también muy importante para la optimización de recursos: tiempo, agua y productos. Pero al margen de este proceso de automatización de equipos bastante extendido hoy en día, existen otros como los que se aplican a la limpieza de cajas.
Beneficios de la automatización
Mediante la automatización de los procesos de limpieza, se consigue disminuir los consumos de agua, energía y productos, ya que estos están más controlados en los distintos procesos y se pueden ajustar al máximo sus consumos según las necesidades de limpieza, estandarizando las concentraciones y consiguiendo mayor control sobre ellos. Esta automatización permite a las industrias que la validación de los procesos de limpieza sea más fácil, ya que los procesos siempre se harán de igual forma, resultando la limpieza y la desinfección uniforme, logrando así una mayor fiabilidad y eficacia.
En cuanto al personal de limpieza, la introducción de la tecnología y automatización de los procesos de limpieza no significa que no haya responsables de higiene. Esta automatización permite que se puedan especializar e invertir el tiempo en aquellas tareas que necesitan ser más minuciosas, consiguiendo un resultado global de limpieza y desinfección mayor. Por lo tanto, la responsabilidad de estos procesos siempre será del personal de higiene, siendo estos más especializados en los distintos tipos de procesos. Un informe canadiense de 2011, publicado por el Consejo de Recursos Humanos de Procesamiento de Alimentos, “Tendencias y Nuevas Tecnologías que afectan a la labor realizada por trabajadores de sanidad en la industria de procesamiento de alimentos”, señaló un problema común para los pequeños y medianos procesadores de alimentos: el personal de limpieza en la industria alimentaria realiza trabajos peligrosos, con un horario nocturno de trabajo y en ambientes hostiles, con muchos desafíos. Desafortunadamente, estos trabajos suelen ser realizados por personas menos cualificadas y además son trabajos de alta rotación. Todo ello puede llevar a que no se le dé la importancia que realmente tiene la limpieza y desinfección adecuada para elaborar productos alimenticios seguros. Por todo esto, la automatización de estos procesos de limpieza y desinfección agiliza los trabajos que pueden requerir mayor concentración por parte del personal, evitando los procesos que se realizan por el personal de limpieza en ambientes hostiles, y consiguiendo unos resultados finales de limpieza y desinfección mejores y homogéneos.
La automatización de los procesos requiere de cierto grado de especialización en tecnología y, además, cada tipo de empresa, cada superficie a limpiar y cada tipo de suciedad requiere de un estudio previo. Con la adaptación de los equipos actuales a las nuevas tecnologías, se puede obtener unos resultados óptimos de higiene, recuperando rápidamente la inversión hecha en ellos.
La Higienización por Cavitación consigue reducir tiempos y automatizar los procesos de limpieza y desinfección
Los sistemas automatizados de limpieza actuales se pueden dividir en dos grandes grupos: aquellos que son cerrados como las cabinas o lavadoras, principalmente para cajas o utensilios; y aquellos que realizan la limpieza y desinfección de superficies abiertas.
Cabinas de lavado y lavadoras
Son equipos industriales que utilizan el mismo principio que los lavavajillas domésticos. Realizan sus tareas de limpieza con altas temperaturas, agitación de agua a un consumo muy bajo y utilización de productos químicos no espumantes. Este tipo de equipos proyecta el agua a temperaturas altas hacia todos los puntos y superficies a limpiar, y a continuación proyecta la disolución del producto químico no espumante y lo deja actuar. Finalmente se vuelve a proyectar agua a alta temperatura para realizar el enjuague final. Algunos equipos también disponen de una fase para la desinfección y la realizan por vapor o tienen una fase más en el proceso donde se aplica una solución de desinfectante, se deja actuar durante un tiempo y se hace el enjuague final. También suelen disponer de autolimpieza interior, pudiendo programar los distintos ciclos de trabajo. La utilización es sencilla, ya que simplemente se tiene que introducir aquello que se desea limpiar en jaulas o distintos utensilios y seleccionar el programa de trabajo que se desea.
Principalmente, estos equipos se utilizan para cajas, guantes, cuchillos, piezas de otros equipos, tolvas, etc.
La validación de los procesos en estos equipos es muy sencilla, ya que dependerá de la temperatura del agua, el tiempo de lavado y el producto químico para la limpieza y desinfección. Los procedimientos para la validación suelen venir fijados por los resultados que se obtienen en las distintas pruebas de lavado hechas previamente en distintos tipos de suciedades y utensilios a lavar, así como la concentración de producto, la temperatura del agua y los tiempos de cada ciclo. Una vez comprobados los parámetros y los resultados, se fijan y se utilizan siempre del mismo modo. De esta forma, la empresa se asegura una limpieza eficaz, eficiente y homogénea sin variación de resultados, tiempos, consumos de agua, energía y productos.
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