El ozono era ya un sistema conocido por los profesionales de la limpieza e higiene profesional, y usado por determinados sectores como medio de higienización y método de purificación del aire, así como de eliminación de malos olores. Por ejemplo, en el sector hotelero es un sistema que ayuda a las camareras de piso a lograr que la habitación no mantenga el olor corporal y personal del huésped que ha partido, y por lo tanto que para el nuevo cliente la habitación no solo esté limpia en términos de suciedad, sino también en cuestión de olores. Encontrándose una habitación en la que olfativamente hablando parece que nadie estuvo antes.
Con la llegada de la pandemia y la consecuente crisis sanitaria producida por el Covid19, el interés sobre el ozono, por el ciudadano y el no profesional de la limpieza e higiene profesional, se mostró repentino y rápido, siendo éste un sistema que ha generado desde entonces muchas polémicas.
Nunca podría ser usado como forma de desinfectante aplicado directamente sobre personas o animales
Desde el Gobierno se ha informado a la sociedad y a los profesionales de negocios, a través de sus comunicados y correspondientes páginas web, acerca de los biocidas, entre los que se encuentran clasificados los desinfectantes virucidas, estos son unos productos enmarcados en una legislación propia con unas restricciones de uso muy concretas en cuanto a cómo y por quién se deben utilizar.
Estos productos, los biocidas, son soluciones necesarias para el control de los organismos nocivos para la salud humana, pero no están exentos de riesgos debido a sus propiedades intrínsecas y un uso no adecuado. Están regulados por el Reglamento UE nº 528/2012, además de por una normativa nacional, quedando claro que no se deben comercializar ni usar biocidas que no hayan sido expresamente autorizados y registrados debidamente o en su caso notificados. Es importante resaltar que, todos los biocidas que se comercializan deben contener sustancias activas que, a su vez, estén aprobadas con anterioridad o en periodo de evaluación en la Unión Europea. Es precisamente en este escenario en el que se encuentra el ozono. Cada producto presentado, en función de su eficacia y del uso que le da la entidad evaluadora podrá autorizarse como bactericida, fungicida y/o virucida.
Actualmente, no existe ningún producto virucida que esté autorizado para su uso por nebulización sobre las personas, este es entonces un uso con un gran riesgo sobre la salud de las personas.
Como decíamos, algunas sustancias biocidas se encuentra en evaluación en la Unión Europea, a la espera de los resultados, permitiéndose la comercialización de los productos (siempre que se respeten las medidas de seguridad correspondientes). En esta misma fase se encuentran algunas soluciones cuya generación se realiza in situ mediante maquinaria como es el ozono. Como contrapartida este hecho hace que no se deba etiquetar avisando de su peligrosidad y usos, a diferencia de lo que sí ocurre con el resto de biocidas.
Por ello, y ante su proliferación en el mercado en estos últimos meses, queremos recordar que este sistema no se puede aplicar en presencia de personas, y que los aplicadores deben contar con los equipos de protección adecuados. Al ser una sustancia química categorizada como peligrosa, puede producir efectos adversos por vía respiratoria, irritación de la piel y daño ocular. Se deberá ventilar adecuadamente el lugar desinfectado antes de su uso. Se deben tener muy en cuenta que puede reaccionar con sustancias inflamables y puede producir reacciones químicas peligrosas al contacto con otros productos químicos.
Ozono
El ozono es un gas. Una de sus características es su potencial de oxidación, que es capaz de interactuar fuertemente con muchas moléculas alterándolas, y, por tanto, rompiendo sus estructuras. “Por eso se plantea su uso como higienizante y como inhibidor de la acción de microorganismos, entre ellos los virus”, asegura la mutua ASEPEYO en su informe titulado Uso de ozono para desinfección de virus Sars-Cov-2.
Como el ozono no es estable como gas, no se suministra dicha sustancia en bombonas que lo contengan. Se realiza su aplicación con un equipo específico en el lugar en el que se higieniza. “El análisis de uso como sustancia activa desinfectante tiene en cuenta esta característica de uso”, explican desde ASEPEYO.
Según la mutua, “pese a que no hay estudios concluyentes y una descripción precisa sobre la acción del ozono sobre el Sars-CoV-2, sí que existe amplio consenso en la efectividad del uso para garantizar la no presencia de este agente. Numerosos estudios realizados con microorganismos similares avalan esta acción para unas determinadas condiciones de tiempo y concentración de ozono en aire”.
El ozono se encuentra en la ECHA en evaluación, por ello ante la cuestión de que éste pueda ser utilizado como biocida (con las particularidades de uso que conllevaría) y que sea eficaz contra el Covid19, ASEPEYO asegura: “Ante la cuestión de la aplicación del ozono para la desinfección del COVID, y dado que no figura como autorizado en el registro de virucidas; el Ministerio de Sanidad establece que este hecho impide que la maquinaria usada para su aplicación tenga un etiquetado que avise de su peligrosidad y usos, a diferencia del resto de biocidas. Por ello, para este tipo de biocidas, cuya comercialización debe haber sido notificada al Ministerio de Sanidad, se recuerda la importancia de seguir las recomendaciones del fabricante. En caso que estas instrucciones no sean claras y precisas no será fácil discriminar responsabilidades ante posibles efectos no deseados por la aplicación del ozono”.
Por eso es fundamental aclarar dudas y estar seguros de los usos con el proveedor de dicha máquina. Lo que no conlleva ninguna duda es que nunca podría ser usado como forma de desinfectante aplicado directamente sobre personas o animales. Se le clasificaría en el grupo PT02 si fuera aprobado como biocida. En este sentido, sí se ha expresado el Ministerio de Sanidad en nota de prensa: “Actualmente, no existe ningún producto virucida que esté autorizado para su uso por nebulización sobre las personas. Por tanto, esta técnica de aplicación que se anuncia en los denominados túneles desinfectantes de ningún modo puede ser utilizada sobre personas. Un uso inadecuado de biocidas introduce un doble riesgo, posibles daños para la salud humana y dar una falsa sensación de seguridad”.
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