El año 2020, quedó marcado como el año del Covid-19, un virus que afectó y golpeó en muchísimos aspectos. Desde casi el inicio de la aparición del coronavirus SARS-CoV-2, y según las evidencias científicas de la FAO y la OMS, los alimentos no se consideraron vectores. No obstante, hizo que en las industrias alimentarias evaluáramos los procedimientos que teníamos para valorar nuevos requerimientos y protocolos en cuanto los procesos de limpieza y desinfección, ya que uno de los modos de transmisión sugeridos fueron a través de superficies por contaminación cruzada.
Las empresas del sector ya disponen de programas de limpieza y desinfección en la industria alimentaria, dos procesos complementarios y fundamentales para garantizar que el grado de higiene es el adecuado en todo momento, reduciendo al mínimo el riesgo de contaminación, y así asegurar la salubridad de todo lo que fabricamos. Dicho esto, os aseguro y como muchos sabréis, son protocolos muy estrictos, pero a raíz de la crisis sanitaria ocasionada por el coronavirus, en Argal nos surgieron principalmente las siguientes preguntas:
¿Qué productos teníamos que usar para un adecuado proceso de limpieza y desinfección en la industria alimentaria?
Desde el principio se hablaba de cuáles eran los productos desinfectantes que inactivaban los coronavirus, pero permitirme enfatizar que, sin una limpieza previa, tampoco puede existir una buena desinfección. En este sentido, siempre hemos trabajado muy de la mano con la empresa que se encarga de la higienización en Argal, y nuestro proveedor de productos para asegurarnos de que estábamos utilizando los artículos de limpieza y desinfección más adecuados.
Las evidencias científicas mostraban que la limpieza con agua y detergentes y el uso de productos desinfectantes que ya utilizábamos deberían ser suficientes y, por lo tanto, estar también al nivel de desinfección frente al coronavirus.
¿Cómo teníamos que adaptar nuestro programa de limpieza y desinfección?
A la sistemática que ya teníamos existente de limpieza diaria y para prevenir la transmisión a través de superficies, incluimos lo siguiente:
- Un refuerzo en aquellas zonas de contacto habitual y de uso común. El personal de limpieza lo hacía constantemente sin parar, haciendo unas ruedas tanto en fábrica como en oficinas.
- Desinfecciones ambientales. Argal ya contaba en algunas zonas con este método como acción complementaria a la desinfección habitual de superficie basado en una evaluación de los riesgos en las diferentes áreas y salas. A ello, se añadió este procedimiento en aquellos espacios con más interacción de personas.
- Toma de muestras. La comprobación de la eficacia de limpieza y desinfección se realizaba mediante un control de muestreo de superficies. A este plan habitual se incluyó la toma de muestras de superficies situadas en zonas de máxima concurrencia para la detección de rastros de coronavirus, el cual nos servía para confirmar si los métodos establecidos eran adecuados y, por tanto, eficaces.
- Potenciar la desinfección de las manos. Además de los múltiples puntos con lavamanos (con agua y jabón disponible) se habilitaron dosificadores de desinfectantes a base de alcohol y algunos puntos dispensadores de toallitas desinfectantes para que en cada cambio de turno se realice la limpieza de útiles por los propios usuarios.
Más adelante, y a la vista de las características de las zonas de trabajo, de la interacción de las personas y de la experiencia, se decidió centrar los esfuerzos en fábrica en los desinfección de los puntos comunes (ficheros, apertura de puertas, accesos, barandillas, garitas…) y reduciendo limpieza en superficies de oficinas como las manecillas de puertas, porque ya están constantemente abiertas (salvo excepciones de muy poco uso) y puntos de luz (que solo se actúa sobre ellos una vez al día y una sola persona).
Aunque actualmente ya son varios los estudios que han minimizado el riesgo de contagio de Covid-19 por superficie, tuvimos que dar una respuesta inmediata aptándonos a la información que se disponía, y a partir de las guías que iban apareciendo, con el fin de tomar medidas excepcionales ante esta situación. No obstante, y para finalizar, no olvidemos que un alto grado higiénico en las industrias alimentarias es una obligación y necesidad.