En estos tiempos de pandemia global, las consultas se suceden y marcan una línea muy clara. Nuestros clientes necesitan nuestra ayuda para adaptar sus lavanderías al nuevo entorno Covid-19 y posterior. Desde los hoteles que se medicalizaron hasta las residencias de personas mayores, todos ven ahora sus lavanderías con ojos distintos y la pregunta es ¿cómo tengo que adaptarme?
El Covid-19 nos ha enseñado que tanto un establecimiento con una pequeña lavandería como una gran lavandería de 10.000 kilos tienen las mismas necesidades y problemática: ahora es necesario más que nunca que trabajen con procedimientos y sistemas higiénicos que aporten seguridad. En este sentido, la seguridad tiene dos líneas muy claras: seguridad tanto para nuestros trabajadores, como para nuestros usuarios, ofreciendo ropa totalmente higienizada y desinfectada.
A la hora de preparar todos los procedimientos de lavandería hay un momento clave, como es la definición de la lavandería y de sus espacios. Las dos grandes áreas conocidas por todos como zona de ropa sucia y zona de ropa limpia se subdividen dentro de cada área en zonas de uso concretas: zona de selección y/o recepción en la zona sucia, zona de lavado, zona de planchado y/o doblado, etc. Pero en esta lista no aparece una de las zonas más importantes y que tiene una incidencia más grande en temas de higiene en la lavandería. Esta zona externa a la lavandería es donde todo empieza y es la conocida como la zona de uso.
En la zona de uso es donde empiezan los procesos de lavandería. La separación de ropa potencialmente infectada por virus como el Covid-19 siempre debe realizarse en el propio punto de posible infección, siendo aquí donde la ropa debe señalizarse y separarse para que el personal de lavandería esté prevenido. Cuanto más trabajados estén los procedimientos de selección y mejor se adecuen al sistema de trabajo de la lavandería, más fácil será el trabajo y más eficiente será la lavandería.
Las lavanderías deben establecer un circuito claro de movimiento de ropa, no solo de entrada y salida, sino que cada operario deberá saber la posición de la ropa en cada operación. Para ello es necesario limpiar, reordenar, señalizar y disponer de todas las instrucciones necesarias, ya sea en formato carteles u otros, para que todos los operarios dispongan de la información necesaria. Además, los horarios de trabajo en cualquier lavandería deben estar adaptados a las necesidades del centro y la capacidad operativa de la lavandería, de forma que cada día la ropa quede limpia, planchada y almacenada. Otro aspecto a tener en cuenta es la necesidad de convertir la lavandería en un área de acceso restringido. En este sentido, puede que se requiera buscar otra ubicación para el ropero general, lo que permite eliminar gran parte de las entradas y salidas de personal ajeno a la planta de lavandería.
Las adaptaciones necesarias son simples y no requieren de grandes operaciones radicales, aunque el mayor reto está en cómo trasmitimos estos cambios a toda la organización y en cómo conseguimos que se mantengan a lo largo del tiempo, tras el Covid-19.
Para ello, recomiendo aplicar estrategias de marketing utilizadas en gran consumo, ya que las que se utilizan, por ejemplo, en los grandes supermercados están pensadas para dirigir nuestra visita y que no nos dejemos nada; para captar nuestra atención sin que seamos conscientes de ello, a través del trabajo de nuestras emociones y las fortalezas y debilidades humanas. Desde la organización espacial hasta los colores utilizados pueden ser una buena fuente de inspiración para conseguir nuestros objetivos y reorganizar y adaptar las lavanderías al entorno Covid-19 mientras que nos aseguramos que estos cambios se implementen y mantengan a lo largo del tiempo.
La entrada de un supermercado y la disposición de las cajas de pago corresponden a la forma en como organizan todo nuestro paseo por el centro, pero, además, éstas están ubicadas de forma que para nosotros sea natural el camino que tomamos para llegar a ellas. Utilicemos este recurso para dibujar el circuito que debe realizar la ropa dentro de la lavandería para que el proceso sea totalmente higiénico. Organicemos el armario ropero de forma lógica. Lo más necesario a la altura de los ojos, los artículos menos usados arriba de la estantería. Ubiquemos la ropa de forma que la primera que entra en el ropero sea la primera que sale.
Los carros de supermercado son de gran capacidad para ayudar a vender más. En una lavandería esto también es importante, ya que carros innecesariamente muy grandes pueden limitar el espacio libre entre maquinaria, mientras que carros especialmente pequeños pueden generar que se quede ropa en el suelo.
El mayor coste de una lavandería es el coste de personal. En este sentido, generar un buen ambiente de trabajo y, sobre todo, establecer un sistema de formación continua aumenta el nivel de productividad y limita los errores que generan ropa poco higiénica. El punto clave para que todos los cambios surjan efecto y sean estables en el tiempo es el personal, ya que sin una formación adecuada se corre el riesgo de que las indicaciones no lleguen a aplicarse de forma correcta.
En el negocio de la lavandería hemos detectado una gran necesidad de formación. Por eso, en Girbau hemos desarrollado un plan de estudios específico para las lavanderías, ofreciendo cursos para profundizar y ampliar los conocimientos de lavandería, a través de diferentes cursos dirigidos a todos los niveles del sector. Además, disponemos de un servicio de asesoramiento y acompañamiento y ofrecemos un servicio integral para conseguir cambios y nuevas lavanderías.
Espero pues, que nos reencontremos nuevamente en nuestra plataforma de formación, en Girbau continuaremos ayudando para conseguir lavanderías eficientes, eficaces e higiénicas.
