El enfriamiento y los condensadores evaporativos es una tecnología ampliamente utilizada en todos aquellos procesos industriales que en su funcionamiento emplean el frío. Su eficiencia energética, ahorro económico y seguridad son incuestionables. Un sencillo y constante mantenimiento de las instalaciones, acordes con la normativa relacionada con la prevención de riesgos laborales, ayudará a mantener su rendimiento térmico y a prevenir el crecimiento de micro-organismos potencialmente perjudiciales, como la legionela.
En España, la Ley 31/1995 de Prevención de Riesgos Laborales ha tenido como consecuencia un amplio desarrollo reglamentario que se ha traducido en la aparición de diferentes normas orientadas al establecimiento de medidas que garanticen la protección de los trabajadores. Entre ellas, se encuentra el Real Decreto 664/1997 sobre la protección contra los riesgos relacionados con la exposición a agentes biológicos durante el trabajo.
En el caso de los riesgos derivados de las propias instalaciones, existen otras normas que, aún sin ser específicas en esta materia, recogen medidas destinadas a prevenir los riesgos derivados de las mismas y establecen unas pautas de utilización, mantenimiento e inspecciones, con objeto de proteger la salud de los usuarios de estos equipos. Una de ellas es el Real Decreto 865/2003, de 4 de julio, por el que se establecen los criterios higiénico-sanitarios para la prevención y control de la legionelosis a tener en cuenta en empresas que dispongan de instalaciones susceptibles de albergar la bacteria de la legionela.
La bacteria de la legionella
La legionela es una bacteria que se desarrolla en bajas concentraciones en la mayoría de circuitos de agua, resultando inocua en estas condiciones. La forma en la que accede al organismo humano es por la vía aérea, a través del sistema respiratorio. Las torres de enfriamiento y condensadores evaporativos sólo son susceptibles de desarrollar la bacteria, es decir, de aumentar la concentración de la misma en el agua que recircula, si el líquido que recibe de la red está contaminado.
En consecuencia, para que se produzca un brote asociado a una torre de enfriamiento es necesario que se presente una cadena de sucesos altamente improbable: la existencia de una alta concentración de colonias de la bacteria, que entran en la instalación a través de la red pública de suministro y condiciones incontroladas que permitan la multiplicación de la misma, es decir, la descarga de una corriente de aire con aerosoles contaminados al ambiente y un número suficiente de micro-gotas de los aerosoles inhalados por personas susceptibles de padecer la enfermedad (inmunodeprimidos). Estas circunstancias muy raramente se producen.
Para prevenir el riesgo de Legionelosis, en las torres de enfriamiento y condensadores evaporativos, basta con romper esta cadena de sucesos en cualquiera de sus eslabones, algunos de los cuales es sencillo quebrar con sólo establecer un buen diseño y un correcto mantenimiento de las instalaciones de enfriamiento. De este modo, es posible minimizar el arrastre de aerosoles de agua en la descarga del aire de los equipos, reducir las posibilidades de inhalación mediante el adecuado emplazamiento del equipo y/o protección personal y, sobre todo, eliminar las condiciones que favorecen la multiplicación de bacterias.
Es decir, la posible entrada de una colonia de Legionela en la instalación de refrigeramiento sólo se volverá perjudicial para el ser humano si prolifera de forma descontrolada, algo que únicamente es posible cuando dicha instalación no se controla y mantiene de forma adecuada, tal y como exige la ley en el Real Decreto 865/2003 de 4 de julio por el que se establecen los criterios higiénico-sanitarios para la prevención de la Legionelosis.
Una correcta inspección, limpieza y desinfección de la instalación de refrigeración evaporativa impedirá la producción de cualquiera de estas circunstancias, convirtiéndose en la solución para minimizar los riesgos de legionela.
Prevención de riesgos laborales
Una vez que la empresa ha identificado las instalaciones que, según el Real Decreto 865/2003 son susceptibles de albergar la bacteria, deberá atenerse a las recomendaciones de mantenimiento establecidas en el mismo para evitar cualquier riesgo para la salud de las personas implicadas en la manipulación de los equipos. En cualquier caso, cualquier medida de prevención desarrollada desde las empresas que disponen de equipos de enfriamiento evaporativo debe ir orientada a vigilar aquellos factores que podrían favorecer la proliferación de la legionela y a asegurar el cumplimiento de los registros y programas de mantenimiento adecuados a las características del equipo.
De forma general, es recomendable que aquellas organizaciones que cuentan en sus instalaciones y procesos industriales con torres de enfriamiento y condensadores evaporativos desarrollen una serie de actuaciones básicas que, por otra parte, todos los fabricantes prescriben:
- Se hace necesario un libro de mantenimiento, que permita registrar todas las operaciones de mantenimiento desarrolladas y los resultados obtenidos.
- Deben existir planos actualizados de las instalaciones existentes que faciliten la puesta en marcha de dichas operaciones.
- Cuidar el diseño de los equipos a fin de facilitar la accesibilidad de los mismos para su limpieza y desinfección. Hay que tener en cuenta factores como la utilización de materiales susceptibles de ser desinfectados en caso necesario, frente a aquellos, que al igual que las elevadas temperaturas, favorecen el crecimiento de legionela, y la necesidad de evitar el vertido de aerosoles en zonas transitadas.
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