Tanto el orden como la higiene son fundamentales desde la perspectiva de la PRL, y constituyen la base para crear y mantener un entorno de trabajo seguro y sano. Por eso, vamos a enumerar las características fundamentales que hay que tener en cuenta para mejorar estos aspectos en el puesto de trabajo.
La falta de orden
Las mesas o escritorios deben mantenerse bien organizados. El entorno de trabajo con obstáculos y objetos en pasillos, escaleras y zonas de paso es la principal causa de lesiones por golpes. Es importante asegurar la facilidad de movimiento y el espacio suficiente.
Cajones y puertas de armarios abiertas, estanterías en zonas de paso, portones y ventanas abiertas, etc. suponen un riesgo.
La presencia de puertas de todo tipo en las oficinas es causa de frecuentes golpes. A fin de evitar daños, es sustancial una buena señalización que permita tomar las precauciones necesarias.
La habitual utilización en la oficina de útiles cortantes y punzantes como tijeras, cutters, abrecartas, etc. son un factor de riesgo de cortes y heridas. Una correcta actuación tanto en su utilización, así como en la manera y lugar en que los guardemos nos evitará accidentes.
No almacene nunca en las estanterías objetos, especialmente si son pesados, en la parte alta donde sea difícil alcanzarlos o donde se puedan caer; no las sobrecargue.
Sepa dónde está el extintor más próximo y la forma correcta de utilizarlo, asegúrese de que las salidas de emergencia estén libres de obstáculos.
Los sobreesfuerzos
En trabajos de oficina son generalmente consecuencia de la manipulación de cargas, especialmente aparatos y cajas de papel, así como de posturas incorrectas o incómodas y de mantener la misma postura durante largos periodos de tiempo.
La corriente eléctrica
Normalmente utilizada en oficinas (220 voltios en base enchufe) y contrariamente a lo que pueda parecer es suficiente para provocar un accidente de consecuencias graves.
Precauciones a tener en cuenta. Entendemos por contacto eléctrico directo el contacto de la persona con algún elemento en tensión, que conduce corriente, fotocopiadora, impresora, ordenador, etc. Cables pelados, enchufes deteriorados, etc. son causa de posibles accidentes por contacto directo con la corriente eléctrica. La proliferación de aparatos eléctricos hace que el empleo de alargaderas, enchufes múltiples, etc. sea práctica habitual entre el personal de oficinas. La electricidad estática, que en condiciones normales puede presentarse en una oficina, no representa peligro alguno, pero sí una evidente molestia.
Organización de trabajo
La tensión y el estrés que un trabajo de oficina puede ocasionar a consecuencia de frecuentes prisas, trabajos simultáneos, posturas estáticas durante largo tiempo, etc. requieren también una prevención. Esto pasa por la adopción de «pausas» en el trabajo que permitan al trabajador moverse y relajarse, así como compaginar diferentes trabajos que faciliten adoptar posturas y actividades diferentes. Es mejor hacer pausas cortas y frecuentes que una única pausa larga en mitad del turno de trabajo. Se recomienda de 5 a 10 minutos de pausa y relax cada hora y media.
Condiciones ambientales
La iluminación, la temperatura, la humedad y el ruido afectan directamente al rendimiento de las personas de la oficina, pudiendo causar daños en su salud.
- La iluminación. Es un factor importante en cualquier trabajo de oficina. En este sentido hay dos conceptos a tener en cuenta: la intensidad de iluminación y los deslumbramientos, que se manifiestan tanto con iluminación artificial como natural. Los puestos de trabajo deben estar situados paralelamente a las ventanas para que la luz incida lateralmente. De esta manera se evitarán deslumbramientos. Si es diestro, procure que la luz entre por su izquierda; y si es zurdo, por la derecha. Así evitará sombras. La luz artificial, cada vez es más frecuente en las oficinas, no es perjudicial por sí misma; si bien su orientación en relación con el puesto de trabajo es muy importante para evitar los deslumbramientos que nos producirán la fatiga.
- Las condiciones climáticas (termohigrométricas). En una oficina constituyen un factor que influye directamente en el bienestar y en la ejecución de las tareas. Temperatura y humedad adecuadas para trabajos sedentarios, como son los de oficina, deben mantenerse entre los 20 y 24º C en invierno y entre 23 y 26º en verano. Por otra parte, la humedad relativa estará comprendida entre el 45% y 65%, excepto donde exista riesgo de electricidad estática, que será inferior al 50%.
- El ruido en oficinas. No suele ser en general elevado, por lo que no supone un riesgo de lesión con pérdida de capacidad auditiva. De todas maneras, la existencia de diferentes equipos de trabajo en funcionamiento simultáneo (fotocopiadoras, impresoras, teléfonos, etc.), unido a gente hablando, crea un ambiente ruidoso que puede llegar a ser molesto, generando tensión a las personas.
Vigilancia de la salud
Unas malas condiciones de trabajo pueden causar daños a los usuarios tales como vista cansada, fatiga muscular, dolores de cabeza, estrés, etc. Es importante, pues, un control periódico de su estado de salud mediante revisiones médicas de acuerdo con los riesgos de su trabajo.