Actualmente, los datos ponen de manifiesto que el envejecimiento de la sociedad es una realidad y una tendencia creciente que se refleja en la población trabajadora. Por ejemplo, en el año 2020 el grupo de edad más numeroso eran los nacidos en los años 1970-1979; es decir, las personas entre 41 y 50 años, y lo seguirá siendo en 2040, con edades entre 61 y 70 años.
Si ponemos el foco en el número de afiliados a la Seguridad Social, observamos un aumento del número de personas mayores de 50 años, del 21% en 2007 al 33% en 2021, siendo el mayor aumento observable el grupo de edad de 55 a 59 años.
El envejecimiento fisiológico supone una merma progresiva de todas las capacidades del organismo, tal y como queda resumido en este cuadro:
En cualquier caso, cabe aclarar que se ha demostrado que envejecer de forma saludable depende en un 20% de la genética y en un 80% del estilo de vida.
Retos de la ergonomía para las empresas del sector limpiezas
En las empresas del sector de la limpieza los trastornos musculoesqueléticos (TME), relacionados con factores ergonómicos, son el principal problema de salud laboral. En general, existe una mayor incidencia de TME en trabajadores mayores, siendo difícil discernir entre los efectos de la edad y los de la antigüedad laboral debido a la exposición continuada a las demandas del puesto de trabajo.
Lo que es indudable es que el colectivo de trabajadores del sector limpieza envejece a un ritmo similar al de la población trabajadora general, lo que puede acarrear mayores problemas de salud y un aumento de los TME. Para lograr que las personas lleguen al final de su vida laboral de forma saludable es necesario optimizar las condiciones de trabajo. En este sentido, deberemos tener en cuenta la posible disminución de las capacidades funcionales a consecuencia de la edad como la reducción de movilidad articular, la menor capacidad de generar fuerza, la pérdida de destreza manual, las dificultades visuales o la mayor demanda cardiaca. Algunas de las medidas preventivas a aplicar son:
- Diseño del puesto de trabajo: Adecuar ergonómicamente los utensilios y equipos de trabajo mediante adaptaciones específicas en función de características individuales cuando sea necesario.
- Carga física: Reducir las fuerzas requeridas, evitar los trabajos en posiciones extremas, redistribuir las tareas más pesadas o alternar entre tareas con demandas distintas.
- Organización del trabajo: Limitar la duración máxima de la jornada o adecuar el horario de trabajo, establecer un ritmo de trabajo y de pausas periódicas que permitan la recuperación.
- Formación: La formación en hábitos posturales y principios biomecánicos tiene una especial relevancia, dado que las posibilidades de diseño ergonómico de los lugares de trabajo son limitadas.
Promoción de la salud
Es prioritario que las organizaciones implanten políticas de promoción de la salud para fomentar la adquisición de hábitos saludables, tanto en el entorno laboral como en el extralaboral. Las empresas con plantillas jóvenes no deberían posponer estas acciones; al contrario, deberían empezar cuanto antes y realizarlas durante toda la etapa laboral.
La actividad física es uno de los pilares de la promoción de la salud, junto a la alimentación y el bienestar emocional. Las personas con mayores niveles de actividad física durante su tiempo libre tienen un 15-25% menos de riesgo cardiovascular y un 40% menos de riesgo de mortalidad general que las menos activas. Y a pesar de que podríamos pensar que un alto nivel de actividad física ocupacional es un factor protector para la salud, una revisión sistemática evidencia que las personas más activas en su puesto de trabajo tienen hasta un 35% más riesgo cardiovascular y hasta un 27% más de mortalidad general que las personas con trabajos de menor carga física. Esto es debido a que habitualmente la actividad física laboral presenta características distintas que la realizada de forma recreativa: en el trabajo predominan las actividades de gran duración, sin tiempos de recuperación adecuados y en posturas estáticas, lo que se asocia a un aumento continuado de la presión arterial y de la frecuencia cardíaca.
La evidencia muestra que las personas con un trabajo activo disminuirían el riesgo cardiovascular y de mortalidad prematura si realizaran actividad física aeróbica moderada en su tiempo libre. Por tanto, será clave promocionar la actividad física saludable y evitar el sedentarismo en el tiempo de ocio entre los trabajadores del sector.
Medicina del trabajo
Los exámenes de salud desempeñan un importante papel para identificar cualquier alteración que pueda sufrir el trabajador como la posible disminución de la capacidad funcional asociada a la edad. Por ello, sería recomendable incentivar entre los trabajadores los reconocimientos médicos periódicos, incluyendo la revisión del sistema musculoesquelético y cardiovascular.
Además de la vigilancia de la salud, la educación sanitaria tiene un papel destacado para garantizar una buena calidad de vida en todas las edades. Por ello, es recomendable:
- Reforzar el papel del médico del trabajo en la promoción de la salud: elaboración de protocolos, divulgación de aspectos relacionados con la salud a partir de los 50 años, realización de campañas para dejar el tabaco, etc.
- Realizar campañas informativas para la prevención de enfermedades no transmisibles ligadas a la edad: obesidad, patologías cardiovasculares, etc.
Todos envejecemos desde el momento de nacer y es responsabilidad de todos hacerlo con buena calidad de vida. Cada trabajador debe adoptar un rol activo para mantenerse con buena salud y las organizaciones tienen que garantizar unas condiciones laborales que lo permitan.
En el portal de prevención de MC MUTUAL hemos creado una colección de envejecimiento activo. Los materiales incluidos permiten divulgar la importancia de adoptar hábitos saludables como un requisito indispensable para garantizar una buena salud física, mental y emocional en todas las etapas de la vida.