En esta ocasión de la mano de Francisco López Molina, gerente de Químicos y Papel S.L. vamos a conocer los inicios y la historia, en su 40 aniversario, de Quimpa.“Allá por enero de 1984, con la ilusión de un nuevo proyecto y la energía que produce la juventud, empezamos a diseñar este sueño”, comienza Francisco López a contarnos. El planteamiento inicial “era sencillo”, decidieron comercializar productos químicos de limpieza y combinarlo, en este mismo ámbito, con la venta de celulosa. “De ahí vino el nombre: Químicos y Papel S.L.; y decidimos resumirlo en un anagrama que fuera fácil de escuchar: Quimpa”, añade.
“Asociar estos dos conceptos -continúa Francisco López- no era lo habitual entonces. Asociar la celulosa a la limpieza o al secado de manos no era lo normal, y gracias al empeño de empresas consolidadas como Sancel, con su marca Trapicel; de Sarrio con su marca Colhogar; y, especialmente, en nuestro caso a una incipiente Molnlycke con su marca Tork, se fue introduciendo este concepto tanto en las empresas como en el ámbito doméstico”.
Los inicios, nos cuenta el gerente de Quimpa, “difíciles siempre, pero también apasionantes”, los llevaron a ir conociendo el mercado e ir dando a conocer la empresa. “El crecimiento en facturación, en número de personas que componían la plantilla ha sido constante, hasta llegar en la actualidad a formar un equipo de 30 personas y lograr superar los 4 millones de euros”.
Quimpa comenzó en un pequeño local en la calle Ozono de Torrejón de Ardoz, Madrid. Unos años después, en 1992 se trasladan a Loeches, “a una nave industrial en la que incorporamos el proceso de fabricación de productos químicos; y en 1994 ya dimos el cambio definitivo a una nueva nave de 600 metros cuadrados, en la que ya fijamos nuestro domicilio fiscal hasta nuestros días”.
Respecto a las instalaciones la evolución ha sido también constante, Quimpa fue creciendo con la construcción de nuevas naves, hasta cubrir los 2.500 metros cuadrados de terreno disponible, “e incluso este año, con la adquisición de una nueva nave y el acondicionamiento de las instalaciones específicas para la fabricación y envasado de los productos químicos, con algo más de 500 metros cuadrados disponibles, “hemos logrado prácticamente duplicar nuestro potencial de producción”, asegura López.
“El camino ha sido largo y también lleno de dificultades y alegrías- prosigue Francisco López-, superamos la profunda crisis de 1992, la interminable del 2008 (que en realidad a nosotros nos afectó dos años después), incluso un terrible incendio en el año 1999 que nos hizo tambalear, pero al final produjo un efecto de superación y de cohesión en la plantilla, que nos permitió salir reforzados; y además sumamos la pandemia del COVID en el año 2020, que nos obligó a prestar un servicio sin descanso como empresa de actividad esencial y a adaptarnos a una situación cambiante en una época muy complicada”.
Durante todos estos años, Quimpa ha desarrollado interesantes colaboraciones con empresas multinacionales como Chicopee o Floorpul y también ha formado parte del grupo Heleo, desde 2008 hasta su salida en 2014, “lo cual nos aportó una experiencia complementaria de cara a la distribución a nivel nacional”.
Principales logros
La calidad es uno de los pilares de la compañía. En esa apuesta por la calidad como elemento diferenciador, iniciaron en el año 2003 la implantación de un Sistema de Aseguramiento de la Calidad que culmina con la certificación conforme a la norma ISO 9001 (recientemente revisada y actualizada ISO 9001:2015).
Así mismo, en el año 2012, la empresa fue galardonada con el distintivo acreditativo de Buenas prácticas en materia de conciliación de la vida laboral y personal, por la Comunidad de Madrid; y el distintivo de Buenas prácticas en materia de igualdad y conciliación al año siguiente.
Además, “conseguir un equipo de trabajo totalmente comprometido y con protocolos de actuación, en los que cada uno sabe perfectamente qué es lo que tiene que hacer para lograr el objetivo común”, es otro de sus éxitos. “La filosofía de gestión es diseñar unos objetivos claros y comunicar e involucrar a toda la plantilla para lograrlos. Al mismo tiempo darles la confianza, la seguridad y hasta el orgullo de pertenecer a un equipo”, explica López. Por otro lado, los objetivos a corto y medio plazo son terminar las nuevas instalaciones de fabricación y aumentar el desarrollo comercial.
Otro de los secretos de Quimpa es que siempre “entendimos la relación con nuestros proveedores como de mutua confianza, es decir, siempre nos ha gustado ser fieles a los proveedores que han mantenido su apuesta por nosotros, que nos han apoyado y con los que hemos podido negociar en los momentos difíciles. Este compromiso, además de la exigencia en la calidad de los productos y el buen servicio, nos ha permitido desarrollar nuevas líneas de producto con las garantías necesarias para nuestros clientes, en cuanto a calidad, servicio y precio se refiere”.
La cartera de clientes está muy diversificada, tanto en sectores; hostelería, empresas de limpieza, industria, hoteles, residencias, administraciones públicas, embajadas y distribuidores, especialmente fuera de Madrid. También con respecto al volumen, suministran a todo tipo de clientes, en la actualidad tienen alrededor de 1.800 operativos.
La distribución la realizan con reparto propio: “Entendemos que garantiza un mejor servicio al adaptarse a las necesidades del cliente y la posibilidad, en caso de distribuidores fuera de Madrid, de una agencia de transporte ágil y segura”, explica.
En cuanto a la formación, es constante, tanto para el personal propio, con cursos que van poniendo a su disposición, según sus necesidades, como para sus clientes y distribuidores, con formaciones específicas por parte de sus proveedores y por parte suya en el caso de los productos químicos.
“El proceso de distribución es muy importante para nosotros, reducir los plazos de entrega, minimizar los errores, con un doble filtro, a la hora de la preparación de la carga y garantizar la buena presentación del material a la hora de la entrega, es un objetivo fundamental”.
El servicio postventa lo basan en su equipo comercial, que está en contacto directo con sus clientes y “por supuesto, en el departamento de Facturación, que cuenta con tres personas dedicadas a la recepción de pedidos y la aclaración de cualquier duda o consulta necesaria”.
Apuesta por la energía limpia
“Fieles a nuestro compromiso con el medioambiente y el ahorro energético, hemos implementado un proyecto de generación de energía fotovoltaica. Se trata de una instalación de 84 paneles de 540 W cada uno, que nos permitirá producir anualmente 45.360 Kw. Este avance supondrá un ahorro de un 60% en nuestro consumo eléctrico.
Además, con respecto a la utilización y reducción del residuo plástico y el cumplimiento de la Ley 07/2022 y del RD 1055/2022 del 27 de diciembre, adaptamos la composición de nuestros envases plásticos de 5l, incorporando para su fabricación, un 50% de material reciclado”, asegura el gerente de Quimpa.
El reto principal para el futuro, según Francisco López, es mantener el ritmo de crecimiento y de mejoras en cada una de las áreas, e ir adaptándose al cambio generacional, “tanto en los productos, como en los procesos y también en la mentalidad de las personas”.
Quimpa recientemente ha celebrado junto a los profesionales del sector su 40 aniversario. “Cuando cumples 40 años con una empresa, es inevitable sentirse orgulloso, pero también sabes que el año siguiente es el verdaderamente importante, porque es el que te permite seguir creciendo.
Por todo esto, solo nuestro compromiso con nuestros clientes y proveedores para realizar nuestro trabajo de la mejor manera posible es la garantía de seguir cumpliendo años”.
Archivado en:
