Las pantallas separadoras, las gafas de protección o los envases para alimentos han contribuido a que se cumplan las reglas de distanciamiento social y a poder frenar la propagación del virus. Antes de que la Covid-19 llegara, los plásticos tenían una imagen negativa. Sin embargo, el sector del plástico se volcó durante el confinamiento para abastecer a sectores esenciales como el alimentario o el agrícola. Además, en el sector sanitario fue imprescindible para proteger a los sanitarios, los más vulnerables en los peores momentos de la pandemia, y garantizar la higiene o la limpieza con la creación de equipos de protección individual, guantes, geles hidroalcohólicos, batas o respiradores.
Al formar parte de la cadena de suministro de bienes de primera necesidad, Sphere España ha mantenido la actividad durante toda la pandemia. Desde el primer momento se creó un plan de contingencia frente a la Covid-19. La toma de temperatura, la reducción de aforos de las zonas comunes, la instalación de máquinas expendedoras de mascarillas y gel, el fomento del teletrabajo y ofrecer formación a la plantilla ha llevado a ser catalogados como área segura por garantizar la salud y seguridad de los trabajadores.
La solidaridad se ha hecho necesaria debido al impacto social y económico de la crisis sanitaria. Sphere, con la colaboración de SABIC, también quiso contribuir donando mascarillas y bolsas de basura de gran formato para confeccionar delantales de protección o para complementar los EPI.
Estas actuaciones están recogidas en el plan de Responsabilidad Social Corporativa (RSC), donde se ha creado un apartado específico para las donaciones y las colaboraciones con distintas asociaciones llamado Eco-Colaboración. Se intenta que las acciones se realicen en un entorno de proximidad y se traduzcan en ayudas a instituciones locales. La responsabilidad social implica que estas acciones altruistas no se realicen solo de forma puntual o por una situación económica desfavorable, sino que exige seguir haciéndolo en la nueva normalidad y que la generosidad se convierta en una prioridad.
Estas acciones también se unen a las medioambientales. La economía circular es una de las piezas clave del Pacto Verde Europeo. Sphere ha decidido apostar por este modelo. Aplicado a diversos procesos como el eco-diseño, unido a una fabricación y una distribución más sostenibles, se pueden desarrollar productos reduciendo su impacto medioambiental. Gracias al reciclaje que llevan a cabo los ciudadanos, el ciclo de vida del producto continúa y sustituye al concepto de ‘usar y tirar’ para que se puedan volver a reutilizar.
Los plásticos tienen un gran valor en el día a día, pero todas sus ventajas y mejoras para la sociedad desaparecen si continúa la escasez de materias primas, las subidas de precio de los polímeros, las fuertes regulaciones o una gestión incorrecta de los desechos y residuos. El sector se enfrenta actualmente a una situación crítica y, por eso, hay que seguir reivindicando su importante papel en el suministro de productos esenciales, antes y después de la pandemia.