El envase es un sector mayoritario en cuanto a la utilización de materiales plásticos en Europa. Casi el 40% de los materiales plásticos empleados en este continente, de un total de 50,7 millones de toneladas, se emplea en esta industria. El sector envase está constituido por un gran número de subsectores de aplicación. Dentro de estos destaca el subsector del envasado de sustancias y productos químicos, siendo el material plástico más ampliamente empleado en el mismo el polietileno (PE) principalmente el de alta densidad (HDPE) cuando se centra en la parte de botellas y bidones. Este subsector y, en concreto, los productos tipo botella y bidones son particularmente interesantes desde el punto de vista de la economía circular porque pueden admitir una gran cantidad de plástico reciclado, en especial los productos de detergencia y limpieza. En la actualidad, el 24% de los materiales plásticos reciclados obtenidos en Europa se emplea para aplicaciones de envase y embalaje usados tanto en el hogar como en la industria. Una gran parte de ellos se emplea, precisamente, en la fabricación de botellas para productos de limpieza.
Dentro de este tipo de productos y envases, hay que distinguir dos posibilidades principales: pequeños formatos de tipo doméstico y formatos más grandes, de tipo industrial; es decir, que estén afectados o no por ADR (envase para el transporte de mercancías peligrosas por carretera).
Envases afectados por ADR
Se define sustancias peligrosas, como las sustancias, mezclas de sustancias, disoluciones, artículos u objetos que, debido a sus propiedades físicas, químicas o toxicológicas, pueden producir durante su fabricación, manejo, transporte, almacenamiento o uso daños de diversa magnitud en personas, equipos de transporte o medio ambiente. Dependiendo de a quién puedan afectar, las sustancias pueden tener peligros para la salud, producir peligros físicos o químicos o pueden ser peligrosas para el medio ambiente; o cualquiera de las combinaciones.
Se definen las mercancías peligrosas como aquellas materias y objetos cuyo transporte por carretera está prohibido o autorizado exclusivamente bajo condiciones establecidas específicas
En general, se considera así todas aquellas mercancías que pueden agravar las consecuencias de un accidente. Existe una regulación del transporte de mercancías peligrosas desarrollada por el Comité de Expertos del Consejo Económico y Social de Naciones Unidas y tiene carácter internacional. Y se distinguen diferentes regulaciones, relacionados con el transporte de estos productos, como son: ADR (transporte por carretera), RID (transporte por ferrocarril), IMDG (transporte por mar) o DGR/OACI (transporte aéreo).
Las sustancias y mezclas se acogen a estos acuerdos dependiendo del grado de peligrosidad y la cantidad en que se presentan. Los envases utilizados deben ser controlados y homologados para garantizar la seguridad durante su vida útil.
Respecto a los envases ADR, donde en muchos casos se tienen materiales plásticos, se debe cumplir que se realice un control en tres puntos principales:
- La materia prima: características intrínsecas y propiedades físico-mecánicas y químicas.
- El proceso de fabricación: peso, espesor, rigidez de la pared, solidez de los estrangulamientos destinados a los tapones, aspecto, transparencia, brillo, entre otros.
- Los envases en sí: cumplimiento de las características con las que han sido homologados.
La homologación implica ensayos en laboratorios acreditados, analizando su resistencia química (ensayos de compatibilidad química entre el envase y sus diversos contenidos) y resistencia física (ensayos de caída, estanqueidad, presión hidráulica, apilamiento y prueba complementaria de permeabilidad).
Algunos de estos envases son de más de un uso y pueden reutilizarse bajo condiciones controladas, otros son de un solo uso. Tras su utilización, siendo después de un uso o de más, estos envases se convierten en residuos peligrosos y deben ser gestionados como tales.
Independientemente de este residuo, los envases para ADR pueden contener material reciclado. Estos envases también tienen que ser controlados y homologados. En este sentido, hay que señalar la existencia de la norma UNE-EN ISO 16103:2006. Envases y embalajes. Envases y embalajes para el transporte de mercancías peligrosas. Materiales plásticos reciclados. Esta norma establece requisitos y métodos de ensayo al respecto y pone énfasis en el aseguramiento de la calidad. A continuación, se indican algunos de los requisitos que establece:
- Especifica un marcado especial. En el caso más habitual en el que se trate de un envase de polietileno, si lleva material reciclado, el marcado es obligatorio y se indicará como REC-PE.
- Establece criterios básicos para el material como un lote máximo de material reciclado de 25 toneladas, con material homogéneo y parámetros conocidos de índice de fluidez, densidad y tracción.
- Indica requisitos en la recogida, aplicables a envases/embalajes industriales, como:
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- Evidencia de los contenidos anteriores de los envases.
- Marcar/identificar el material y la fecha de fabricación.
- Excluir residuos de envase que hayan contenido productos que hayan afectado al propio material plástico o hayan contenido ciertas sustancias peligrosas o que tengan más de diez años, que presenten signos de deterioro, que no puedan ser reprocesados o que estén marcados con el símbolo REC.
- Inspección de verificación para asegurar los requerimientos para la recogida.
- No mezclar distintos plásticos, ni distintos tipos de transformación.
- Los envases deben ser limpiados tanto por el exterior como por el interior.
- Control de calidad del producto final, verificando el índice de fluidez, la densidad y la resistencia a la tracción y realizando ensayos de resistencia química y física.
Esta norma se ha detectado que es muy difícil de cumplir y no se ajusta a la realidad actual de los materiales plásticos reciclados, por lo que, sin perder de vista el objetivo de la seguridad, en la actualidad se ha tomado la decisión en el grupo de trabajo europeo correspondiente que se va a retomar su actualización y/o modificación durante el año 2021.
Envases no afectados por ADR
Los envases de detergencia y limpieza domésticos, aunque contengan productos que presentan unas características de peligrosidad, quedan fuera del alcance del ámbito de ADR, principalmente por el volumen del propio envase, relacionado con una baja-media peligrosidad de las sustancias que contiene.
En este caso, estos envases no están sujetos a una legislación específica, por lo que el uso de material reciclado en ellos se limita a que cumpla las especificaciones técnicas requeridas. Así, uno de los puntos que debe tenerse en cuenta es que es interesante controlar el efecto de la compatibilidad química o stress cracking del envase. Este ensayo se hace en el envase final, puesto que su diseño afecta mucho a esta propiedad y no solamente las características del material.
Hay diferentes normas que se centran en este tipo de ensayos como, por ejemplo, la UNE 53975:2007 Plásticos. Envases de polietileno (PE). Determinación de la resistencia al agrietamiento por tensiones en medio ambiente activo. Esta norma establece la necesidad de hacer un ensayo sobre el envase, rellenado con la sustancia que va a transportar (o un simulante que cubra las propiedades) y se le somete a temperatura de exposición en posición normal o invertida y se valora las fisuras del envase o las propias pérdidas de contenido a lo largo del plazo del ensayo.
Hay un claro interés por parte de los envasadores, marcas y grandes superficies por incorporar material reciclado a estos envases, en ocasiones en marcha a través de iniciativas y acuerdos voluntarios
En este sentido, por ejemplo, hay que destacar el de ADELMA (Asociación de Empresas de Detergentes y de Productos de Limpieza, Mantenimiento y Afines) que ha lanzado una iniciativa voluntaria con el objetivo de aumentar el contenido de reciclado en envases de plástico en los próximos años.
Reciclado de materiales plásticos para limpieza
El empleo de material reciclado en estos envases es clave para alcanzar una mejora ambiental y, en general, para trabajar en la circularidad de estos productos.
En este sentido, hay que hablar tanto de un material reciclado procedente de procesos más tradicionales como el reciclado mecánico, como el de nuevos procesos que se están desarrollando y cobrando más importancia en la actualidad como los de reciclado químico. En él se rompe la cadena del propio plástico o polímero para obtener sustancias de tipo monómero, oligómero o sustancias intermedias para obtener otra vez plástico reciclado de una alta calidad. Las posibilidades, en este sentido, son infinitas y es necesario seguir avanzando por este camino.