El pasado 16 de septiembre, voluntarios de cerca de 200 países unieron fuerzas por un propósito común: limpiar nuestro entorno y retirar los residuos abandonados que suponen un riesgo para el equilibrio y la salud del ecosistema. La razón fue la celebración del Día Mundial de la Limpieza (o CleanUp Day, su nombre en inglés), que se lleva a cabo el tercer sábado del mes de septiembre y está promovido por Let’s Do It World (LDIW, una ONG global con sede en Tallín, Estonia).
Sus primeros pasos se remontan a 2008, cuando un grupo de 50.000 personas de Estonia (aproximadamente un 4% de la población del país) se unieron para limpiar toda la nación en solo cinco horas. De esta iniciativa surgió un movimiento abierto al que cada año pueden sumarse todas las personas que quieran, registrando su iniciativa en el sitio web de Let’s Do It World o apuntándose a alguna de las convocatorias que ya haya abiertas. Tanto administraciones como entidades privadas pueden contribuir también a este esfuerzo, que este año ha marcado un nuevo hito.
En esta edición 2023 se ha batido el récord de países o territorios participantes: se sumaron un total de 195. Esto es visto por la asociación como una “señal alentadora”: “El mensaje de que necesitamos un cambio social duradero está siendo adoptado por la población general y por los responsables políticos, en cuyas manos está implementar cambios que aborden la crisis global de la mala gestión de los residuos”, destaca LDIW.
En palabras de Heidi Solba, presidenta y líder de la Red Global de la ONG: “Vemos que el movimiento está creciendo en aquellos países donde ya era grande, y la incorporación de nueve territorios nuevos es prueba de que se está produciendo una masa crítica de compromiso para generar un cambio social”.
Aunque los organizadores siguen recopilando información para concretar el número total de voluntarios de la edición 2023, LDIW estima que, a lo largo de todos estos años, el Día Mundial de la Limpieza ha movilizado a 71 millones de voluntarios, que han recogido unas 325.000 toneladas de basura.
En España, este año se organizaron un centenar de actividades a lo largo de toda la geografía nacional, en lugares que “queremos mantener, conservar, cuidar, devolver a su buen estado o incluso mejorar”, comparten a esta revista desde la coordinación de Let’s Do It Spain.
Por ejemplo, se registraron actividades de recogida de residuos en parques y otras zonas arboladas urbanas, y en playas de la costa mediterránea, islas Baleares y Canarias. En Ceuta se efectuaron recogidas submarinas, mientras que hubo voluntarios que se afanaron en limpiar las riberas de los ríos —dando visibilidad al problema de las toallitas higiénicas—, los alrededores de las zonas industriales o los senderos naturales en la zona del interior y del norte del país.
Una lucha con cooperación y positividad
La variedad de escenarios que se han registrado en esta edición dan fe de que, “desafortunadamente, tiramos desechos y generamos residuos en todos los sitios”, lamentan desde la delegación española de la ONG, en la que Federico Sancho y Andrea Solanas ejercen como Country Leader y Country Co-leader, respectivamente. “No somos conscientes del daño que hacemos al planeta y a nosotros mismos generando tantos residuos y, además, deshaciéndonos de ellos en lugares inapropiados, desde la colilla de cigarro que se tira en la acera o en el parque hasta el perjuicio medioambiental que producen las botellas de plástico o latas que hay en los ríos y los trozos de vidrios que se quedan enterrados tras un botellón”.
Sin embargo, desde un ángulo más optimista, la delegación destaca el hecho de que la gente haya colaborado para lanzar el mensaje de que “el planeta no es un vertedero”, esgrimiendo los valores de cooperación y positividad.
Han sido participantes con perfil muy diverso, desde niños hasta personas mayores: “Da igual la religión, las ideas políticas o participar como colegio, empresa, grupo de amigos, de vecinos o unirse a un grupo creado sin conocer a nadie. La causa es común, estamos todos unidos por un mundo libre de residuos”, afirma Let’s Do It Spain.
“No somos conscientes del daño que hacemos al planeta y a nosotros mismos generando tantos residuos y deshaciéndonos de ellos en lugares inapropiados”
Riesgos para el planeta y para nuestra salud
Retirar la basura arrojada a nuestro entorno y garantizar la correcta gestión de los residuos no es una mera cuestión estética: su presencia tiene una influencia directa en nuestra salud y en la del medioambiente.
En la Unión Europea, cada ciudadano genera una media de 530 kg de residuos municipales. Aproximadamente, el 50% de este volumen se recicla o se composta, mientras que el 27% se incinera y el 23% se deposita en los vertederos, apunta la Comisión Europea.
Si hablamos concretamente de los envases, uno de los grandes retos en esta área, el 75% de los creados con papel, cartón o metal se recicla, pero en los de plástico y madera, el porcentaje se reduce hasta el 40%. En el caso de España, es el cuarto país del bloque comunitario en el que más ha aumentado el reciclaje de envases de plástico en los últimos 10 años: del 35,1% al 45,7% en 2021, según Eurostat.
Como recoge un informe especializado elaborado por el Ministerio de Sanidad, los residuos depositados en los vertederos son responsables del 4% del total de los gases de efecto invernadero (GEI) que se arrojan a la atmósfera, ya que emiten dióxido de carbono, metano y distintos óxidos de nitrógeno.
En el caso de los desechos que se arrojan sobre los ecosistemas terrestres, están vinculados con la liberación de sustancias tóxicas y los efectos adversos que genera el plástico en la microbiota del suelo y el ecosistema.
Por otra parte, entre el 1,5% y el 4% de la producción global de plástico termina en los océanos. Estos desechos impiden que los pastos marinos y los corales reciban la luz y el oxígeno que necesitan, y suponen un riesgo de intoxicación y asfixia para las especies marinas, entre otros problemas. El ser humano también se expone a peligros derivados por estos residuos, por la liberación de sustancias químicas asociadas a los plásticos en el medio marino o la ingesta de productos contaminados por este componente.
Otro tipo de desechos en auge, por la cada vez mayor presencia de la tecnología en nuestro día a día, es la basura electrónica. En 2020 se recogieron unos 10,3 kg de residuos de aparatos eléctricos y electrónicos de media por cada ciudadano de la UE, estima Eurostat.
El problema es que hay ocasiones en las que este tipo de residuos “se envían a países de bajos y medianos ingresos, a menudo de manera ilegal”, alerta la Organización Panamericana de la Salud (OPS). Allí hay personas, incluyendo niños y adolescentes, que trabajan de forma no reglada recogiendo y desmantelando estos residuos para extraer materiales valiosos, como el plomo y el cobre. Y, al hacer esto, se exponen al contacto de sustancias peligrosas (mercurio, níquel, etc.).
El valor de la limpieza en nuestro día a día
El Día de la Limpieza también es una jornada para recordar “la importancia de la higiene y la desinfección en nuestro día a día”, y que, si bien la limpieza profesional contribuye a mejorar nuestra calidad de vida reforzando la seguridad de los espacios públicos, “está en manos de todos mantenerlos en buen estado”, considera Juan Albarracín, jefe de Servicio de Ndavant en el Hospital de Bellvitge (en L’Hospitalet de Llobregat, Barcelona).
Además, destaca la naturaleza particular de los espacios relacionados con la salud, como los hospitales, que son “especialmente sensibles” dado que allí encontramos residuos de alta toxicidad. Por ello, la gestión correcta de los mismos es “imprescindible” si queremos garantizar la salud tanto de los equipos de profesionales como la de las personas usuarias, indica Albarracín.
Dentro del total de residuos generados por las actividades de atención sanitaria, el 85% son desechos comunes y exentos de peligro. Sin embargo, el 15% restante es considerado como material peligroso, ya que puede ser infeccioso, tóxico o radioactivo, de acuerdo con datos de la OMS. Además, el volumen de los desechos sanitarios aumentó como fruto de la crisis del COVID-19.
El Día de la Limpieza también es una jornada para recordar “la importancia de la higiene y la desinfección en nuestro día a día”
Por otra parte, la desinfección de superficies es uno de los factores imprescindibles en la prevención de infecciones y enfermedades. Así, en la limpieza profesional, enclaves como los centros hospitalarios, los quirófanos o las zonas de hospitalización “requieren de un protocolo específico y muy estricto, que conlleva la utilización de materiales y productos con base de peróxido de hidrógeno, cuyos agentes antioxidantes son muy potentes para eliminar microorganismos y asegurar que no queda ningún espacio ni superficie sin tratar”, subraya Araceli Nicolich, responsable de Calidad de Ndavant en el Hospital de Bellvitge.
Si hablamos de otro tipo de instalaciones fuera de las sanitarias, el servicio ha de adaptarse a sus necesidades particulares. “Por ejemplo, en los centros educativos destinamos los desinfectantes a zonas específicas, como los baños, y empleamos otro tipo de limpiadores de superficies para el resto de las salas. En cambio, para infraestructuras de transporte urbano, utilizamos maquinaria de limpieza más técnica y especializada, así como tecnología adaptada”, explica Nicolich.
Por último, no se puede dejar de lado la limpieza diaria de nuestro hogar. De acuerdo con la experta, en este ámbito es importante incidir, especialmente, “en todas las zonas.
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