Foto recurso mujer.
Mercedes Heras Responsable de servicios generales Hospital Fraternidad-Muprespa Habana

Hospital Fraternidad-Muprespa Habana, también la limpieza es sostenible

Limpieza en hospitales, hospital, Muprespa

Por importante que sea el trabajo diario que se desarrolla dentro de un hospital, nada funcionaría en su interior si el entorno no se cuidara adecuadamente. Un espacio moderno, digital, bien distribuido, gestionado con eficacia, soportado por profesionales de prestigio y donde todo está centrado en el paciente y su recuperación no tendría ninguna utilidad sin una correcta y rigurosa limpieza que asegure a sus ocupantes unas condiciones óptimas de habitabilidad. Fraternidad-Muprespa, mutua colaboradora con la Seguridad Social nº 275, comenzó en 2016 la construcción de un nuevo hospital en el solar donde se ubicaba el antiguo. En abril de 2019 el Hospital Fraternidad-Muprespa Habana abrió sus puertas para continuar con el cumplimiento de una de las funciones que la ley atribuye a las MCSS: la asistencia sanitaria, incluida la rehabilitación, comprendidas en la protección de las contingencias de accidentes de trabajo y enfermedades profesionales de la Seguridad Social.

Así pues, la mutua ya disponía de un centro puntero en lo tecnológico, digital desde su concepción y sostenible medioambientalmente; y todo ello, acreditado por el certificado Leed Healthcare en su máxima categoría, la Platino. La operatividad debía, por tanto, estar a la altura, y casi un año después de la llegada de los primeros pacientes, estamos convencidos de que efectivamente lo está.

En el aspecto relativo a la limpieza del centro se establecieron protocolos para las diferentes áreas de trabajo en función de su riesgo potencial y con una detallada descripción de las tareas, la organización del servicio, la periodicidad, el personal asignado, los métodos de limpieza o el tipo de productos.

División en zonas

Para facilitar las cosas, el espacio se dividió en tres zonas:

  • Zonas de alto riesgo o críticas. En ellas la limpieza debe ser más exigente por existir un mayor riesgo de infecciones nosocomiales; es decir, las infecciones que se contraen en un hospital y que, por tanto, hacen necesaria una mayor frecuencia de la limpieza y que esta sea más específica. Requieren procesos exhaustivos y específicos de limpieza y desinfección ante la posible presencia de bacterias o enzimas. Son, entre otras, el bloque quirúrgico, que en el Hospital Fraternidad-Muprespa Habana está integrado por tres quirófanos, la sala de adaptación al medio, la unidad de recuperación post-anestésica (URPA), el área de esterilización o las habitaciones de los pacientes aislados.
  • Zonas de riesgo medio o semicríticas. Necesitan una limpieza especial, aunque no se realicen en ellas actividades de elevado riesgo para pacientes o personal. Por ejemplo, el área de urgencias, de hospitalización, las habitaciones convencionales, el gimnasio de rehabilitación, los vestuarios, las consultas, las salas de curas o la radiología, así como los aseos.
  • Zonas de riesgo bajo o comunes. Son el resto de espacios del hospital, que requieren una limpieza convencional. Esto engloba zonas como los vestíbulos, los pasillos, las escaleras, el área administrativa, las zonas de aparcamiento y el garaje, los comedores o los almacenes.

trabajadoras de limpieza en residencias

Área quirúrgica

Por sus especiales características, nos vamos a centrar en la limpieza de la zona quirúrgica, que comienza después de haber dejado cerradas durante unos diez minutos las puertas del quirófano, con el fin de que reposen los microorganismos que puedan estar suspendidos en el aire.

El personal que realiza la limpieza de esta zona, vestido adecuadamente con uniforme limpio, gorro, mascarilla, calzas, etc., debe estar debidamente formado y es recomendable evitar su rotación. Con respecto al material de limpieza, todo lo que se use se limpiará y desinfectará antes de guardarse. Además, el carro y los útiles de limpieza permanecerán en el interior de esta zona, evitando moverlo a otras para evitar la contaminación cruzada.

La limpieza en el área quirúrgica se divide en cuatro fases:

  1. Limpieza de apertura. Evita que las partículas de polvo contaminen el campo quirúrgico y consiste en una limpieza de superficies, haciendo hincapié en la lámpara de quirófano. Esta limpieza se iniciará con el tiempo suficiente para que al inicio de la programación quirúrgica todas las superficies estén secas.
  2. Limpieza entre intervenciones. Asegura la correcta limpieza y desinfección entre las operaciones que tienen lugar en quirófano. Se lleva a cabo con las puertas cerradas para mantener en el interior del quirófano la presión positiva; es decir, que el aire circule de dentro hacia fuera, impidiendo al mismo tiempo que el aire de fuera entre en la zona quirúrgica. Las rutinas en esta fase implican la limpieza y desinfección de los lavamanos en la antesala de quirófano, la retirada de la basura, la limpieza de los cubos, la reposición de bolsas, el uso de empapadores absorbentes para la recogida de residuos líquidos, la retirada de otros restos, la limpieza de las superficies de trabajo (mesa de intervención, mesas auxiliares…) con paños desechables o bayetas humedecidas en agua con desinfectante, la limpieza de paredes únicamente cuando hay salpicaduras de sangre, y excepcionalmente en los quirófanos donde se practican cirugías de alto riesgo (vascular con implante, cirugía cardiaca, neurocirugía y traumatología con implante de prótesis) y la limpieza del suelo con el producto desinfectante recomendado.
  3. La limpieza de cierre o exhaustiva. Es la que se realiza al final de la jornada, centrándose en la limpieza del suelo, las superficies horizontales y verticales, la lámpara y el mobiliario de quirófano. También se realiza por petición del personal sanitario en ciertos momentos determinados.
  4. La limpieza general. Es la más exhaustiva e incluye todo el mobiliario, las placas de enchufe, las paredes, los techos, las rejillas y puertas, el fregado de paredes anexas a la sala de intervención y de la zona de lavamanos y la limpieza de paredes y suelo de la sala de intervención, que debe estar vacía de mobiliario.

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