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Limpie Z as / Abril 2015 78 Limpieza viaria y RSU La importancia del silencio en las ciudades J avier M oñino V ique D irector división V ial para S ur de E uropa & R esponsable de D esarrollo de N egocio V ial para A sia -P acífico de T ennant C ompany H ay una contaminación en el aire que no se ve ni huele, pero sí tiene efec- tos sobre la salud. Es el ruido. Los ciudadanos viven rodeados de sonidos, unas veces agradables, pero otras no tanto. Los coches, el metro, la ambulancia que pasa o la música del bar de abajo influyen en la calidad de vida de las personas tanto que, en exceso, provocan, entre otros efectos, estrés, insomnio, aumentan la tensión arterial y aceleran la pérdida de audición. Los problemas físicos y psicológicos derivados de una exposición continua, a un nivel de ruido elevado y continuo, son algo más que meras molestias, se- gún la Organización Mundial de la Salud (OMS). Es una amenaza para la salud de las personas, es la segunda causa de enfermedad por motivos medioam- bientales, por detrás de la polución at- mosférica, según la organización. La normativa española al respecto es extensa, hay estatal, autonómi- ca y local. Pero todas ellas tienen un denominador común, un tope que no se puede rebasar. La Ley del Ruido de 2003, trasposición de una directiva europea, fija que no se pueden sobre- pasar los 65 decibelios de día y los 55 de noche en zonas residenciales, un poco encima incluso de los que acon- seja la OMS, 50dBA de día y 40 de noche. Pese a las recomendaciones y las leyes, más de nueve millones de españoles soportan niveles de ruido superiores a los permitidos. Estos datos sitúan a España en la segunda posición, después de Japón, con mayor proporción de personas ex- puestas a ruidos. Este problema no es único, sin embargo, de la sociedad es- pañola, considerada ruidosa en el más amplio sentido de la palabra, aunque sí tiene relación con la cultura y las costumbres; en definitiva, con el estilo de vida. Uno de cada tres ciudadanos occidentales, según la OMS, afirma sufrir trastornos de salud ligados al rui- do diurno. Más aún, uno de cada cin- co dice tener dificultades para dormir a causa del tráfico. El transporte, los coches, aviones y ferrocarriles son las principales fuentes de sonidos nocivos en las ciudades, según el estudio Rui- do y Salud. Los bares y locales de ocio nocturno concentran, sin embargo, el grueso de las quejas ciudadanas, un 35%, dice el informe de DKV, GAES y ECODES. La resignación no es la respuesta. La contaminación acústica es un proble- ma grave, sobre todo cuando se cuela en casa, en el sueño y la tranquilidad de las personas. Cuando la perturba- ción excede los límites permitidos, deja de ser una cuestión de respeto y convivencia -aquello de no molestar al vecino en las horas de siesta- y entra en el terreno de la legalidad. Los municipios de más de 100.000 habitantes deben realizar, por ley, ma- pas del ruido. Algunos ayuntamientos se resisten todavía a realizarlos, lo aplazan o demoran, o simplemente no le dan importancia. Solo 19 ciudades han enviado su mapa estratégico del ruido, pese a que la fecha tope para hacerlo era junio de 2012. Grandes

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