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Limpie Z as / Junio 2015 52 con Firma En el fondo, se utilizan diferentes productos químicos, aunque lo que es innegable es el gran ahorro de esfuer- zo físico, de horas de frío, de una labor poco realizadora en fin, etc., que ha representado la existencia de los deter- gentes sintéticos. El consumo de jabón desde 1800 y el de jabón y detergentes a partir de 1940 por habitante y año ha ido siempre ligado al nivel de desarrollo y cultura de un pueblo. La estadística muestra como en países que han sufrido un desarrollo ascenden- te, los datos de consumo de detergente también lo han sido, y algunos que han perdido la hegemonía muestran valores relativamente descendentes en el uso tanto de jabón, como de detergentes. Pero la limpieza no hay que limitarla a un textil, hay que extenderla también a la limpieza de utensilios y reactores en industria alimentaria, lechera y ma- taderos, etc. De este modo, se eliminan contaminaciones y aumenta la calidad de los productos manufacturados. Muy fundamentalmente, se ha de pensar en la desinfección y limpieza de hospita- les con detergentes bacteriostáticos o bactericidas. El lavado de manos con detergentes y bactericidas, a lo que ha contribuido grandemente el desarrollo de los nuevos tensioactivos catiónicos, ha reducido el tratamiento con desin- fectantes químicos que resultaban muy irritantes. 㔾 La ropa quedaba amarilla tras el la- vado con jabón y con el azulete (pig- mento mineral) se conseguía que el color azul-amarillo diera un cierto matiz verdoso, obteniéndose al final un tono blanco de mejor aspecto, aunque algo grisáceo, especialmente si el lavado se había realizado con agua dura. Con el detergente ha sido preciso utilizar per- borato o blanqueantes químicos y óp- ticos que intentan igualar esta acción. Pero la presencia de blanqueantes ópticamente activos en formulación de detergentes permite captar las radiacio- nes ultravioletas no visibles que se refle- jan como visibles, las cuales, sumadas a la reflexión del espectro visible de la luz solar, producen mayor luminosidad y grado de blanco. los detergentes sintéticos usados hoy día, que precisan de la adición de sus- tancias especiales para evitar la re- deposición de la suciedad, como los tripolifosfatos, carboximetil-celulosas, sulfatos y otras. b La acción mecánica sobre piedras, rodillos o con palas, se sustituye por el giro mecánico del tambor o de la turbina de una máquina más o menos automática. c La reducción en la tensión superficial del agua se conseguía por la acción alcalina de las cenizas en contacto con el textil sucio durante varios días, lo que sería nuestro actual prelavado. d El efecto tensioactivo del jabón se suple con el de los tensioactivos sinté- ticos que forman parte de una formu- lación de detergentes. f La exposición de la ropa sobre la hierba para su secado y blanqueo se explica químicamente como una foto- oxidación provocada, por una parte, por la radiación ultravioleta del sol y, por otra, por el oxígeno naciente que liberan las plantas. 1 El descubridor de los blanqueadores ópticos fue el químico alemán Hans Krais en 1929. Completaba así una aventura que había comenzado en 1890 su compatriota A. Krafft, cuando observó que ciertas sustancias no jabonosas producían espuma al unirse con el alcohol. La investigación en la detergencia consiguió un producto que, con la máquina adecuada, evita un gran esfuerzo manual

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