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Limpie Z as / Octubre 2015 42 con Firma vida es como un espejo: Si sonrío, el espe- jo me devuelve la sonrisa. La actitud que tome frente a la vida, es la misma que la vida tomará ante mí. Yo por ello les deseo a todos que el espejo de su vida les muestre la mejor imagen que sean capaces de soñar. 㔾 1 EMSLEY, J. – Vanidad, Vitalidad, Viri- lidad . S.L.U. ESPASA LIBROS, MADRID 2005 2 GOLEMAN, D. – Inteligencia emocio- nal . Colección Ensayo. Editorial Kairós 1996 3 Para los interesados en estos temas el libro de Edgar Morin, Ciencia con Conciencia se puede descargar gratis en Internet: www. edgarmorin.org/descarga-libro-ciencia-con- conciencia.html 4 Sobre este tema hay infinidad de textos accesibles desde Internet. Mi recomenda- ción el libro El proyecto Atman de Ken Wil- ber, Editorial Kairós, 1988 5 OTERO NOVAS, J.M. – E l retorno de los césares . Libros Libres 2007 Pero no quisiera acabar con palabras pe- simistas, los que me conocen, saben que no lo soy. Por ello me gustaría terminar con una breve reflexión de Ghandi que puede ayudarnos y, sobre todo, enseñarnos que nunca debemos darnos por vencidos. Le preguntaron a Mahatma Gandhi cuá- les eran los factores que destruyen al ser humano. Les respondió así: La Política sin principios, el Placer sin compromiso, la Ri- queza sin trabajo, la Sabiduría sin carácter, los Negocios sin moral, la Ciencia sin hu- manidad y la Oración sin caridad. La vida me ha enseñado que la gente es amable, si yo soy amable; que las personas están tristes, si estoy triste; que todos me quie- ren, si yo los quiero; que todos son malos, si yo los odio; que hay caras sonrientes, si les sonrío; que hay caras amargas, si es- toy amargado; que el mundo está feliz, si yo soy feliz; que la gente está enojada, si yo me enojo fácilmente; que las personas son agradecidas, si yo soy agradecido. La ra como una ilusión, creada por nuestra mentalidad medidora y clasificadora. Es el engaño que crea nuestro propio ‘ego’. En la filosofía budista se le llama avidya o ignorancia, y es considerada como un estado mental confuso que se debe su- perar: cuando la mente está confusa se produce la multiplicidad de las cosas, sin embargo, cuando la mente está tranquila, desaparece la multiplicidad de las cosas. Lo triste es contemplar que o no he- mos sabido ser ejemplos para nuestra sociedad o no hemos puesto el ahínco necesario para transmitirlas. Y el panora- ma que ofrece hoy nuestra vieja Europa, en cuanto a valores es decepcionante. Como señala el profesor Otero Novas en su libro El retorno de los césares 5 , con este espléndido análisis: “Sé muy bien que en este momento del ciclo apolíneo, todas las prédicas y llamadas que haga- mos al pueblo a favor de los valores que nos faltan, de la exigencia, de la jerar- quía, del mérito, del idealismo, de la es- peculación filosófica, es decir, todas las pretensiones de cambiar el clima espiri- tual de las gentes, quizás ni sean oídas pero en todo caso serán rechazadas por las mayorías porque no encajan en las tendencias dominantes.” Sin los valores esenciales en nuestra sociedad no seremos capaces de resolver las complejas situaciones

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