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Limpieza y su ámbito GESTIÓN DE PLAGAS En lo que concierne a la pérdida de agua por evaporación, ésta depende de la cantidad de calor evacuada y de la humedad relativa del aire entrante, mientras que el caudal de agua de pur- ga se determina a partir de los ciclos de concentración que, a su vez, vienen condicionados por la calidad del agua de aportación y de las especificaciones del diseño de la instalación. Los ciclos se definen como el cociente entre la concentración de sólidos disueltos en el agua de recirculación y la concentración de sólidos disueltos en el agua de apor- tación y, como regla general, se reco- mienda que estén entre dos y cuatro, ya que por encima de estos niveles el agua ahorrada por utilizar pequeñas purgas se vuelve insignificante y se producen, ade- más, altos riesgos en el funcionamiento, de forma que cualquier pérdida de con- trol conduce al desarrollo de incrustacio- nes o corrosión en la instalación. L a calidad del agua Además de los restos de suciedad pre- sentes en el agua de reposición, cual- quier impureza en el aire puede ser transportada al interior de la torre y arrastrada por el agua en recirculación, por lo que es necesario implementar un programa de tratamiento de agua dise- ñado contra las incrustaciones y la co- rrosión y un control biológico, así como otro de supervisión que garantice que el anterior está logrando sus objetivos, es decir, manteniendo la calidad del agua dentro de los parámetros establecidos. Incrustaciones y corrosión resultan ha- bituales en el agua de reposición como Los requisitos para el mantenimiento de los equipos pasan por el control de la calidad del agua en recirculación y por un programa de mantenimiento que contribuya a las buenas condiciones y limpieza del equipo. He aquí (tabla 1) un ejemplo de siste- ma de mantenimiento típico de una torre de refrigeración. En los equipos de refrigeración evapo- rativa, el enfriamiento se produce por la evaporación de una pequeña cantidad del agua en recirculación que fluye a tra- vés del equipo. Al producirse dicha eva- poración, las impurezas presentes en la misma permanecen en el circuito y, salvo una pequeña cantidad de agua conocida como purga, que se drena del sistema, la concentración de sólidos disueltos se incrementa y provoca la formación de in- crustaciones o corrosión. Es decir, como consecuencia de la pérdida de agua en el sistema, tanto por evaporación como por purga, su reposición resulta necesaria. : Temperatura: la bacteria no se multipli- ca por debajo de los 20 grados aunque siga viva, mientras que por encima de los sesenta no sobrevive. : Nutrientes: en la instalación deben existir nutrientes que permitan la multi- plicación de la bacteria, es decir, sedi- mentos, lodo, restos de corrosión, etc. : Refugios: el lodo, las películas biológi- cas y las incrustaciones pueden ofrecer abrigo al crecimiento de la Legionella . La solución es muy simple: una co- rrecta inspección, limpieza y desinfec- ción de la instalación de refrigeración evaporativa impedirá la producción de cualquiera de estas circunstancias. L os pasos a seguir Aquellas organizaciones que cuenten en sus instalaciones y procesos industriales con torres y condensadores de refrigera- ción evaporativa deben desarrollar una serie de actuaciones básicas. En primer lugar, es necesario un libro de manteni- miento que permita registrar todas las ope- raciones de mantenimiento desarrolladas y los resultados obtenidos. Por otra parte, es precisa la existencia de planos actuali- zados de las instalaciones que faciliten la puesta en marcha de dichas operaciones. Las torres de enfriamiento y condensadores evaporativos sólo son susceptibles de aumentar la concentración de la bacteria 41 Febrero 2016 / Limpie Z as

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