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Limpie Z as / Octubre 2017 86 Limpieza en el hospital L a limpieza hospitalaria es la limpieza más técnica y exi- gente del sector profesional. Dicha exigencia nace de la necesidad de no solo aportar una limpie- za estética basada en la suciedad visible o de la simple comodidad que serían aceptables para otro tipo de sectores, sino de aportar un control de la población microbiana. La finalidad última es la re- ducción de infecciones nosocomiales, es decir, las infecciones que son contraídas durante el tiempo de hospitalización. Por ello, en este tipo de limpiezas será nece- sario añadir el término higienización. Con higienización entendemos la reducción de la contaminación ambiental y de los posibles riesgos que pueda conllevar para la salud de los usuarios. Dicha reducción supondrá el decrecimiento del número de infecciones nosocomiales y con ello un ahorro de dinero y sufrimiento. Una característica de las últimas dé- cadas es que la susceptibilidad a la infección hospitalaria ha aumentado progresivamente en función de la mayor agresividad de las técnicas diagnósticas y terapéuticas y del aumento en la expec- tativa de vida de la población, todo ello hace que los métodos y técnicas de lim- pieza deban ser cada día más rigurosas. Dicho control microbiano adquiere una importancia significativa porque nuestros usuarios son pacientes con factores de riesgo como la inmunosupresión, respira- ción asistida, intervenciones quirúrgicas, quemaduras, neonatos, etc. Menos de un 1% del total de microor- ganismos son potencialmente patóge- nos; pero es suficiente para infectar a pacientes susceptibles. evitaremos posibles contaminaciones cruzadas. 3. Se evitará el uso del algodón en las bayetas, fundas de fregado y demás elementos de limpieza, sustituyéndolos en todos los casos por microfibra, dada su capacidad de absorción y retención, tanto de las partículas de polvo como de suciedad en general, además de bacte- rias, gérmenes, etc. Con los elementos de microfibra se evita el desprendimien- to de oxicelulosa y la consiguiente con- taminación de las superficies. 4. Un aspecto crucial relativo a los mate- riales de limpieza es que éstos deben ser distintos para áreas diferentes y dis- tintos también para diferentes objetos o superficies dentro de una misma área. Resulta obvio que nadie limpiará la mesa del quirófano con la misma bayeta que se empleó en el inodoro. Sin embargo, muchas situaciones no son tan eviden- tes. No es extraordinario observar en algunos centros hospitalarios el empleo de los mismos materiales de limpieza en dependencias de índole muy diversa. 5. En un centro sanitario encontramos diferentes zonas. Cada una de ellas tienen unos requerimientos de higiene diferentes. Por ello, se delimitan tres Por ello, Albarri ha adquirido un com- promiso de emplear metodologías y pro- cedimientos que aseguren esa higieni- zación y evitar al mínimo las infecciones nosocomiales atribuidas a procesos de limpieza, partiendo de la certeza de que las metodologías tradicionales no podrán asegurarnos los resultados apropiados. Por ello, empleamos las siguientes pau- tas fundamentales: 1. El desempolvado y barrido de las super- ficies nunca deberían realizarse en seco, sino siempre en húmedo; no se debe- rían utilizar escobas, ni plumeros para no levantar polvo. El clásico barrido con escoba, aunque sea realizado con cui- dado, aumenta la contaminación aérea bacteriana hasta 10 veces, por lo que es ineficiente y peligroso. Los sistemas de as- piración en seco plantean el problema de generar torbellinos a partir del aire expeli- do que movilizan microorganismos proce- dentes de zonas no limpias, por lo que su uso requiere un cuidadoso diseño de los aparatos que elimine este inconveniente. Si deben utilizarse, dispondrán siempre de filtro total. Los métodos de limpieza en seco están radicados en los hospitales. 2. Emplear bayetas y mopas limpias y desinfectadas por habitación. Con ello A lberto B arrientos CEO G rupo A lbarri Limpiezas específicas LIMPIEZA SANITARIA

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