limpiezas 133
Café de redacción 19 Febrero 2018 / Limpie Z as nuestros invitados. “Antes en plantillas de centros comer- ciales había seis personas para realizar las tareas de lim- pieza nocturna, ahora han desaparecido. En Carrefour esas plantillas nocturnas pasan a hacer la apertura. Antes era un orgullo ser el más limpio, y se hacía todo lo necesario. Es un ejemplo de la bajada de calidad en el sector”, ex- plicaba David Izquierdo. “Era limpieza nocturna –prosigue José Pedro Calderón- porque se pensaba que era sinóni- mo de calidad, aunque era más caro, y eso es lo primero que se quitó. Hemos pasado del orgullo, en la época de la crisis, a colaboradores involuntarios de esa bajada de precios”, aunque matiza que siempre había un diálogo, un entendimiento por el que se daba algo de margen.”Ahora se sigue manteniendo el precio, pero intentando recuperar el orgullo y el buen servicio; pero falta adecuar el aspecto precio”, apostar por lo que se quiere y pagar el precio de un buen servicio. Hay un factor, que describe José Antonio Montero, que puede ser la vía de ese cambio que necesita el sector. Se trata del cambio generacional en el cliente final, en con- creto en el departamento de Compras (apuestan por las nuevas tecnologías y nuevas metodologías), “está cam- biando la percepción porque se están renovando las ge- neraciones y vienen con otras ideas, no están embebidos con lo anterior”. En su opinión, “nunca se han olvidado de la calidad, pero estaban siendo más permisivos y ahora empiezan a interesarse por tareas de limpieza que antes, durante la crisis, no les daban importancia”. Esta circunstancia está propiciando que todos tengan un sentimiento de mejora, las compañías clientes van dejando de lado el ahorro y poco a poco vuelven a tener “cierto ca- riño” por las empresas de limpieza, vuelven a visualizarlas como colaboradores, “porque lo bien que lo hagamos no- sotros será lo bien que estarán sus instalaciones”, insiste Calderón. Por otra parte, parece que la permisibilidad des- aparece y empiezan las exigencias; en otras palabras, si el cliente no busca ahorros y precio, si apuesta por el servicio y la calidad, y está dispuesto a pagarlo, es legítimo que apa- rezcan las exigencias. “Estamos en el camino de cuadrar las exigencias y la facturación”, concluye Calderón. Sin embargo, no comparte este argumento Paloma Catá. Para la responsable de FCC, “el cliente siempre ha sido muy exigente”, como mandos intermedios, y por el amplio abanico de empresas que ofrecen los mismos servicios, “estás obligado a cuidarles”. David Izquierdo también apunta que el mando intermedio se encuentra “en medio de toda la gestión: el cliente, las exigencias del contrato,
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