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58 Limpieza y su ámbito COVID-19 Limpie Z as / Mayo-Junio 2020 Caso práctico de desinfección: la «vuelta a la normalidad » de los hoteles medicalizados J esús M artínez N ogal D irector G eneral G rupo NB D entro del miedo genera- do a la utilización de los espacios comunes en el sector hotelero en gene- ral y a los alojamientos turísticos en particular, unos de los establecimien- tos que generan más desconfianza son aquellos que durante la actual pandemia han sido destinados al tra- tamiento de pacientes de COVID-19 de forma previa al alta. Nos referimos a los llamados “hoteles medicalizados” o “Arca de Noé”. En un sector ya duramente casti- gado durante la fase de alarma, estos alojamientos arrastran una etiqueta de hotel contaminado difícil de dejar atrás. Por tanto, tanto el proceso de limpieza y descontaminación una vez finalizada su función médica, como el seguimien- to posterior de los protocolos de desin- fección deben llevarse a cabo con la mayor garantía tanto para el personal del establecimiento, como para sus fu- turos usuarios. Es importante destacar que las des- infecciones de estos hoteles se llevan a cabo en la mayor parte de los casos a cargo del propio servicio de salud, con personal especializado y con experien- cia previa en desinfecciones. P rimer paso : el proceso de descontaminación La descontaminación inicial debe lle- varse a cabo en varias fases: : Fase de acondicionamiento. Incluye la retirada de enseres de forma que las superficies queden lo más despejadas posible, especialmente de papeles, cartones, textiles o cualquier material poroso. Los textiles presentes en habi- taciones deben ser retirados y lavados y/o secados a altas temperaturas. : Desinfección ambiental previa. Las instalaciones de cuidados para infec- tados se consideran zonas de riesgo de mayor carga vírica, lo que impone, además de un grado de desinfec- ción mayor, un alto riesgo de conta- gio para el operario de limpieza. Por ello, se procede en primer lugar a la desinfección vía ambiental de todas las superficies del interior del edificio, por medio de aplicación de un desin- fectante virucida de forma aérea, que permita al operario trabajar con mayor seguridad. La aplicación de la desin- fección se realiza siempre siguiendo el trayecto desde las zonas menos contaminadas hacia las más contami- nadas (de fuera hacia adentro), tanto en el edificio en su conjunto como en cada una de las estancias. : Limpieza y desinfección de contacto. En zonas contaminadas, la carga ví- rica en algunas superficies puede ser muy significativa, por lo que se impo- ne una desinfección en las áreas de mayor riesgo mediante la aplicación de un desinfectante de contacto de forma manual. Si se considera nece- sario, se pueden aplicar productos con efecto detergente además de vi- ricida. Así, una vez cumplido el plazo de seguridad del biocida se procede a la desinfección manual de las superfi- cies más cercanas a las camas (borde de somieres, cabeceras y mesillas) y de zonas de contacto frecuente en habitaciones (manillas y zonas de contacto en puertas, reposabrazos, interruptores, mandos, pasadores); aseos (encimeras, lavabos, dispen- sadores, griferías, WC y asideros de cualquier tipo) y zonas comunes (ma- nillas de puertas y ventanas, bancos, botoneras de luz y ascensores, baran- dillas, mostradores, sofás y zonas de descanso, etc.). Para esta aplicación, se mantiene en todo momento el pro- tocolo de desinfección desde fuera hacia dentro. : Desinfección final. Tras la desinfec- ción por contacto de superficies se completa el proceso nuevamente mediante la aplicación de un desin- fectante masivo de superficies por vía ambiental con efecto virucida. En esta ocasión, cajones y puertas de arma- rios se dejan abiertos para garantizar

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