Limpiezas 160

Limpie Z as / Julio-Agosto 2022 58 ERGONOMÍA Limpieza y su ámbito ción real del trabajador, ya que depen- diendo del espacio disponible y de los medios de que disponen los trabajado- res, los métodos de trabajo varían de un centro a otro. - La información recibida por los emplea- dos no siempre incluye los riesgos pro- pios del centro en que se desarrolla su actividad. Esta debería incluirse previo inicio de los trabajos, junto con la infor- mación sobre los riesgos de su puesto. - La formación impartida no siempre es adecuada y suficiente, siendo en mu- chos casos teórica y no representativa del trabajo realizado. La formación recibida debería estar centrada en los riesgos concretos del puesto y debe incluir, en todos los casos, una parte práctica en la que se incorpo- ren aspectos tales como técnicas de ca- lentamiento y fortalecimiento muscular para realizar al inicio y al final de la jor- nada o técnicas seguras para el manejo de cargas y pautas para limitar los pesos manejados. Convendría contemplar ta- reas como el llenado de recipientes, el cambio de bolsas antes de su completo llenado, etc. - La vigilancia de la salud no debería ceñirse exclusivamente a la oferta de reconocimientos médicos que, en mu- chos casos, el propio trabajador opta por no realizar. Es conveniente desarrollar cam- pañas de sensibilización para el co- nocimiento de los síntomas del inicio de una patología y que incidan en la importancia de la revisión periódica del estado de salud acorde al trabajo que se desempeña para poder adoptar las medidas necesarias antes de que dicha patología se agrave. Se debería hacer hincapié en la re- visión, desde el punto de vista médico, de los retornos al trabajo tras un daño a la salud para, en coordinación con el equipo técnico, diseñar las medidas de adaptación oportunas. - En cuanto a los equipos de trabajo, deberían ser objeto de mantenimien- to continuo. Además, es necesario prestar atención en su adquisición y renovación, considerando el avance de las tecnologías que puedan ofre- cer mejoras ergonómicas y, por tanto, minimizar los riesgos (escurridores automáticos para reducir torsiones con fuerza de las muñecas; mangos extensibles y antideslizantes con bue- na zona de agarre o carros con barras de empuje). - La organización del trabajo no siem- pre atiende a criterios ergonómicos. Ciertamente resulta complicado es- tablecer una rotación de tareas hacia un uso de grupos musculares distin- tos. No obstante, cuando se trabaje en equipo es recomendable organizar una alternancia de tareas por zonas de trabajo, con distintos alcances, pesos, herramientas a manejar, exten- sión de superficies, etc. Las rotaciones deberían hacerse siempre dentro de la misma jornada. En todo caso, es necesario instruir al personal para conocer la zona del cuerpo que más se ve afectada por las diferentes tareas y así distribuir de for- ma autónoma la secuencia en la que las hace para alternarlas según la car- ga física (pesadas y ligeras). Las pausas y descansos son indis- pensables para la recuperación mus- cular, siendo este uno de los factores más importantes para los movimientos repetitivos, combinados además con aplicación de fuerza (limpieza de su- perficies o de paramentos verticales). Conclusión Para finalizar, es conocida la relación entre el estrés y la generación y de- sarrollo de trastornos músculo-esque- léticos debido a las tensiones muscu- lares y se debe, por lo tanto, elaborar y fomentar una auténtica cultura de colaboración y convivencia que re- dundará en la puesta en marcha de algunas de las medidas anteriormente citadas. En suma, hemos de pensar no solo en el desempeño del trabajo de hoy, sino en la calidad de vida del mañana. 㔾

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