Limpiezas 162

Limpie Z as / Noviembre-Diciembre 2022 56 Limpiezas específicas LIMPIEZA DE OFICINAS Y CAI C uántas veces las solucio- nes más sencillas son las más eficaces. Tal es el caso en el ámbito de la Calidad del Aire en Interiores (CAI), donde la ventilación natural mediante la apertura de ventanas se ha demos- trado como la medida más efectiva para conseguir ambientes limpios y renovados. Una máxima que fue des- cubierta en el siglo XIX, en el marco de la guerra de Crimea, por parte de la en- fermera británica Florence Nightingale, quien comprobó cómo una adecuada ventilación en las salas de los hospita- les donde trabajaba contenía en gran medida la propagación y contagio de enfermedades. “Como enfermera en la guerra de Crimea”, reconocía en su libro Notes on Hospitals , publicado en el año 1859, “he visto morir diez veces más soldados por enfermedades que por heridas de batalla”. Fue a partir de este momento cuando tanto médicos como arquitectos centraron sus esfuer- zos en la importancia de la ventilación para la salud y comenzaron a prolife- rar los conocidos como ‘pabellones Nightingale’ en honor de esta influyen- te profesional de la salud que llevó a cabo una potente campaña de higiene masiva en los hospitales abarrotados, donde la máxima principal era llevar a cabo una correcta ventilación de salas y pasillos. Esta revelación volvió a cobrar fuer- za con el estallido de la pandemia por COVID-19, una vez quedó confirmado que el virus causante de la enfermedad (el SARS-CoV-2) se propagaba efectiva- mente a través del aire, algo a lo que los expertos se mostraron reacios a aceptar al comienzo. Así, y para evitar contagios, muchas ventanas tanto de oficinas como de colegios o centros sa- nitarios han permanecido abiertas du- rante los dos últimos años, hiciera frío o calor en el exterior, a fin de asegu- rar una adecuada ventilación cruzada. Una medida extremadamente simple y eficaz a partes iguales que ha evitado multitud de contagios. Sin embargo, transcurridos los mo- mentos más críticos, y enmarcados en la actualidad en la popularmente deno- minada como ‘nueva normalidad’, pa- rece que esta revelación ha caído en el olvido, arrollada fundamentalmente por la crisis energética actual y el elevado precio de la electricidad. No podemos permitir que los criterios económicos se antepongan de forma tan flagrante a los sanitarios. Es importante que sepa- mos encontrar un punto medio donde ambos intereses confluyan. De lo con- trario, no tardaremos en comprobar las nefastas consecuencias de este cam- bio de tendencia. No podemos olvidar que en España los ciudadanos pasamos en torno a un 95% de nuestro tiempo dentro de edi- ficios, fundamentalmente en el ámbito laboral, donde pasamos la mayor parte de nuestra jornada. Asimismo, y a la luz de los datos recabados a lo largo de la pandemia en nuestro país, alrededor del 75% de los contagios por COVID-19 tuvieron lugar en espacios interiores. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), los espacios interiores pueden estar de cinco a 10 veces más contaminados que el aire exterior. Los materiales de construcción, los produc- tos de limpieza, el CO2, la humedad causada por la propia actividad de las personas, además de la presencia de virus, ácaros y bacterias son los gene- radores fundamentales de esta conta- minación, principal causa de enferme- dades cardiovasculares y respiratorias, y con potencial para provocar además daños hepáticos, renales y del sistema nervioso central. Pero no sólo se trata de evitar la propagación de enfermedades respira- torias, sino que ya en el año 1982, la OMS reconoció como enfermedad en sí misma lo que vino a denominar como el Síndrome del Edificio Enfermo (SEE), Una correcta CAI ahorraría bajas laborales y costes innecesarios J orge G alván D irector general de A necpla

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