Limpiezas 171

Limpie Z as / Mayo-Junio 2024 78 Limpieza y su ámbito PREVENCIÓN DE RIESGOS LABORALES nes y rotaciones de tronco. Algunas de ellas también se combinan con manipu- laciones de cargas, que al prolongarse durante una parte significativa de la jornada laboral pueden sobrecargar y lesionar la zona dorsolumbar. Sin embargo, podemos encontrar diferentes avances tecnológicos cuya implantación en el sector de la limpieza podría contribuir a reducir la incidencia de las patologías lumbares laborales. A continuación, profundizamos en tres de ellos. Carros de tracción eléctrica El transporte de ropa de cama y aseo en carros de lavandería convencionales por trayectos con cambios de dirección y rampas es habitual en muchos hoteles, y puede exigir esfuerzos físicos excesivos. El usuario del carro convencional solo dispone de su fuerza física y peso cor- poral para manejarlo. Las extensiones alternativas de las piernas al caminar y la proyección del peso corporal en la di- rección de avance lo impulsan y dirigen. La incorporación a estos carros de ruedas motrices, con sus correspondien- tes dispositivos de control y batería eléc- trica, puede reducir significativamente la carga física requerida. La potencia de avance del carro eléc- trico la proporcionan sus dos ruedas de- lanteras motrices. El usuario solamente debe orientar las ruedas traseras con los brazos para dirigirlo y caminar tras él; por lo tanto, no ha de empujarlo hacia adelante. Asepeyo ha utilizado tecnología de captura de movimientos humanos para comparar las exigencias cinemáticas y posturales requeridas para transportar una carga por un trayecto con cambios de dirección y rampas con un carro con- vencional y con un carro de tracción eléctrica. El resultado se puede con- sultar en el vídeo del siguiente enlace: ht tps://prevencion.asepeyo.es/video/ uso-de-carros-de-lenceria-electricos- en-trayectos-con-rampas/. Elevadores de camas Hacer una cama consiste, básicamente, en colocar adecuadamente sábanas, al- mohadas y otros elementos de abrigo o adorno sobre un colchón situado enci- ma de un somier. Las camas suelen tener una altura de entre 45 y 50 cm, incluyendo el colchón, para facilitar su accesibilidad. Para alcanzar con las manos alturas por debajo de la mitad del muslo, es necesario flexionar el tronco hacia ade- lante. Por tanto, para remeter sábanas, mantas, colchas y edredones bajo el colchón hay que flexionar repetidamen- te el tronco hacia adelante. Estas flexiones requieren un incremen- to de la tensión ejercida por la muscula- tura extensora de la columna vertebral. A mayor ángulo de flexión, mayor tensión muscular requerida y, por tanto, mayor riesgo de lesión. Al hacer los esquineros y desplazar la cama, el esfuerzo asociado a la flexión de espalda se combina —con efecto multiplicador— con el de levantar la esquina del colchón y el de empujar o tirar de la cama. Evidentemente, a mayor peso de la cama y del colchón, mayor riesgo de lesión. Elevar la cama a la altura de las cade- ras reduciría significativamente la ampli- tud de las flexiones de tronco requeridas para hacerla y, por tanto, la carga dor- solumbar. Podemos encontrar diferentes avances tecnológicos cuya implantación en el sector de la limpieza podría contribuir a reducir la incidencia de las patologías lumbares laborales

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