Limpiezas
específicas
CALIDAD DEL AIRE INTERIOR
perspectiva de la higiene; por ejemplo,
para prevenir o limitar el crecimiento de mi-
croorganismos en las áreas de producción
o almacenamiento de los artículos.
Por todas estas razones, los expertos
recomiendan definir las categorías de
riesgo de los productos por medio del es-
tudio del área de producción en cuestión.
Como resultado, se han de establecer los
grados de pureza necesarios y realizar
una división por áreas.
Z
onas de
riesgo
Los productos alimentarios están sujetos a
distintos riesgos en virtud de su exposición a
la contaminación microbiológica, que pue-
den ir desde niveles bajos, como en el caso
de los alimentos envasados secos y esta-
bles; hasta otros altos, como los de los ali-
mentos congelados o listos para consumir.
En la producción de este tipo de artículos
se utilizan materias primas muy diferentes
en condiciones muy distintas de procesa-
miento que podrían introducir, eliminar o
controlar diversos peligros microbiológicos.
Por eso, y a fin de gestionar y mantener
el riesgo dentro de los niveles requeridos
y reducir al mínimo los costes de produc-
ción, es esencial desarrollar un concepto
de higiene integral en las fases iniciales
de planificación y diseño. En la práctica
esto se traduce en dividir las instalacio-
nes de producción alimentaria en tres
zonas de riesgo. La primera sería la ‘Zona
B’, con un riesgo higiénico normal. El ob-
jetivo es evitar la contaminación del pro-
ducto y controlar o limitar ciertas fuentes
de riesgo de contaminación que podrían
afectar negativamente a las zonas con
mayor necesidad de higiene.
La segunda sería la ‘Zona M’, con un
riesgo higiénico medio. Además de hacer
lo mismo que en el área anterior, también
deberían protegerse contra la contamina-
ción atmosférica las zonas internas de la
planta de producción que se encuentren
expuestas al aire ambiente de la sala.
Finalmente, la última sería la ‘Zona H’,
con riesgo higiénico alto. Aquí se persi-
gue controlar o evitar, en la medida de
lo posible, cualquier contaminación del
producto, por lo que el aire que reciben
estas áreas debe estar lo suficientemen-
te filtrado y limpio.
L
os
filtros de aire
A continuación, es momento de elegir el
sistema de filtrado para conseguir la cali-
dad del aire deseada. En términos gene-
rales, los filtros de aire y otros sistemas
de purificación deben escogerse, cons-
truirse y operarse de manera que los dis-
tintos componentes de los sistemas de
ventilación y aire acondicionado estén
siempre protegidos de los contaminan-
tes en suspensión. En otras palabras, la
calidad del aire suministrado debe satis-
facer en todo momento las exigencias
en materia de higiene.
Eso sí, conviene distinguir bien el tipo de
filtros que se deben elegir. Cuando sea ne-
cesario separar componentes gaseosos,
aparte de polvo y aerosoles, podrán utili-
zarse filtros de fase gaseosa; por ejemplo,
de carbono activado u otros sistemas simi-
lares, en etapas de filtrado adicionales.
En cambio, si la concentración de pol-
vo es elevada, suelen emplearse sistemas
de extracción de polvo eficientes y lava-
bles por razones técnicas y económicas.
En determinadas condiciones, el aire lim-
pio que producen puede volver a circular
Zona B (riesgo bajo) Zona M (riesgo medio)
Zona H (riesgo alto)
Recomendación del filtro para aire ambiente
1ª Etapa filtración M5 o F7
1ª Etapa de filtración F7
2ª Etapa de filtración F9
1ª Etapa de filtración F7
2ª Etapa de filtración F9
3ª Etapa de filtración E10-H13
(dependiendo del riesgo)
Sobrepresión positiva de zona de más riesgo
a zona de riesgo inferior
------------
Opcional
Esencial
Control de temperatura
Opcional
Esencial
Esencial
Control de humedad
------------
Opcional (depende de la
evaluación de riesgos)
Opcional (depende de la
evaluación de riesgos)
Cantidad mínima de
renovaciones por hora
-------------
5
10
Monitorización microbial
Opcional
Recomendado
Esencial
Normas y directrices sobre la higiene en la calidad del aire en alimentación
Fuente: Freudenberg Filtration Technologies.
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Abril 2017
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Limpie
Z
as