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Limpiezas

específicas

Limpie

Z

as

/

Abril 2017

CALIDAD DEL AIRE INTERIOR

y se convierte en un elemento adicional

del sistema de ventilación.

En cualquier caso, es recomendable el

uso de filtros probados y homologados

conforme a las normas DIN EN 779 y DIN

EN 1822 o ISO 29463 por instituciones

independientes como Eurovent Certifi-

cation u organismos similares. Concre-

tamente, las dos primeras clasifican los

filtros por su eficiencia a la hora de filtrar

partículas gruesas (G3 y G4) o finas (M5

a F9). Cuando por exigencias de higiene

el aire debe tener la máxima pureza, por

ejemplo en salas limpias para la industria

alimentaria, se utilizan filtros EPA, HEPA y

ULPA, dependiendo de su eficiencia de

separación y la ausencia de fugas.

R

ecomendaciones

Dicho esto, conviene subrayar que los fil-

tros previos han de colocarse lo más cerca

posible de la entrada de aire y pertenecer,

como mínimo, a la clase M5. De hecho, es

una práctica tecnológica habitual conse-

guir el filtrado previo más eficaz y econó-

mico posible, a fin de mantener las condi-

ciones de higiene y limpieza, y al mismo

tiempo prolongar al máximo la vida útil de

las etapas de filtrado posteriores.

En este punto, los expertos recomien-

dan recurrir a dos etapas de filtración del

aire exterior en la ‘Zona B’ y ‘Zona M’ y a

tres etapas de filtración en la ‘Zona H’. Por

razones de higiene, aconsejan también

utilizar filtros de aire de clase superior

para minimizar la propagación de conta-

minantes en suspensión por los sistemas

de ventilación y aire acondicionado.

Por otra parte, los filtros que presentan

mayor rendimiento de separación requie-

ren más energía para funcionar. Así pues,

elegir el grado de eficiencia adecuado

para cada etapa de filtración es el resulta-

do de un proceso de optimización basado

en un análisis de riesgos, a partir del cual

se cumplen los requisitos de higiene con

el mínimo consumo de energía posible.

Asimismo, conviene asegurar que los

propios filtros no sean fuentes de con-

taminantes o sustancias olorosas. Por

ejemplo, no es necesario ni recomenda-

ble utilizar filtros con determinadas im-

pregnaciones antimicrobianas. Basta con

usar materiales de filtrado inertes que no

ofrezcan condiciones propicias para el

desarrollo de hongos y bacterias.

E

ficiencia

energética

Por último, y al gestionar la calidad del

aire en la industria alimentaria, también

conviene tener en cuenta otro compo-

nente importante: la eficiencia energéti-

ca. El aumento de costes de la energía y

la necesidad de reducir las emisiones de

CO

2

confieren cada vez mayor importan-

cia al consumo energético de los siste-

mas de filtración.

De hecho, según determinados es-

tudios, en Europa, entre el 10 y el 20%

de la energía eléctrica consumida por el

sector industrial y comercial es absorbi-

da por el funcionamiento de los sistemas

de ventilación. Es más, en las salas lim-

pias, el consumo de energía de los siste-

mas de ventilación y aire acondicionado

puede representar hasta el 80% de las

necesidades totales de energía de las

instalaciones.

En este sentido, la optimización de

los filtros de aire de alta calidad energé-

ticamente eficientes es una manera re-

lativamente sencilla de ahorrar energía.

Sin embargo, no hay que olvidar que las

optimizaciones siempre deben mantener

los niveles de protección adecuados. En

otras palabras, la eficiencia energética

de los sistemas de aire acondicionado no

puede aumentar a costa de la higiene o la

calidad de aire.

Precisamente, y con el objetivo de que

resulte más fácil para el usuario selec-

cionar filtros energéticamente eficientes,

la asociación europea de fabricantes de

sistemas de aire acondicionado y secado,

EUROVENT, ha desarrollado un sistema

europeo de clasificación de la eficiencia

energética de los filtros de aire dentro del

proceso de homologación.

Precisamente, este sistema permite

al usuario comparar cuantitativamente

el diseño de los distintos filtros con el

rendimiento energético durante su fun-

cionamiento. Así pues, el objetivo de pro-

tección de los sistemas de tratamiento de

aire debe fijarse en función de los requi-

sitos de pureza de éste; y superarlo por

haber seleccionado filtros de eficiencia

innecesariamente alta tiende a generar

un consumo de energía excesivo.